Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

La luz viene del fin del mundo y por eso es tan cara

La luz y la muerte. De nuevo sube. Es una rutina. Como el volcán.

Una vez que son rutinas ya son cosas del gobierno, que todo lo hace mal.

(…)

En Brexitlandia rozan el MadMax, siempre estamos a un tris de MadMax. Militares para conducir camiones de combustible. Colas en gasolineras. Desabastecimiento. En esp hay gasolina y gasoil de sobras, lo que no hay es dinero para llenar los depósitos. Ni depósitos.

Ya estamos viviendo mentalmente en la era eléctrica, pero el day a day va a petróleo.

Mentalmente siempre estamos en otra parte. Calviño es un buen ejemplo.

Y más desde aquel 2008 del Gran Susto. Del 11-S al 2008 y para de contar.

Así, en Brexitland viven las glorias del imperio pero no se acuerdan de cuál.

Todo el mundo debería pedir disculpas a alguien, a México, a los largamente colonizados, a los olvidados que no fueron colonizados. Pedir disculpas y mandar bocadillos, agua, placas solares…

Las disculpas sin víveres no sirven de nada. Y pedir disculpas a los próximos colonizados, next sorry o sorrynext.

Estas subidas salvajes nos traen la luz de la muerte. Es una luz tan cara porque viene del fin del mundo.

No es que esté lejos, que quizá sí, es que esa luz viene a contrapelo, a contranatura. Tiene que vencer a su propia velocidad, que viene del futuro y va a la velocidad de la luz.

Y por eso es tan cara.

La buena noticia bien fakeada es que el fin del mundo se aleja –el acelerador de partículas aun no sabe explicarlo–, pero ese alejarse tiene consecuencias: la luz es más cara porque cada vez viene de más lejos y las pensiones no van a poder pagarse, por eso está preocupado Escrivá.

Por lo demás todo OK.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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