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El big data del alma

Se va Merkel y se lleva el sueño de los euromillones

Estos escritos son ya póstumos porque el mundo se ha acabado un poco y lo que queda es la espera de los fondos europeos, aquellos euromillonazos que ya no van a llegar.

Los euromillones se los ha quedado Merkel para jubilarse. Prusia estaba esperando que se fuera Merkel, que calmaba las furias desde su autoridad de tótem y tabú, matrona inane en tiempos de machos impedidos. Todo está un poco fuera de su sitio, fuera de fecha. Francia ha perdido los submarinos a gasoil. Alemania ha perdido a Merkel, que garantizaba la inmovilidad, triste anhelo de Europa.

El i+d de Europa es que no pase nada.

Que no se lleve USA sus bases, que no inventen nada más, ¡que vuelva el 3G!

España (esp) y Sánchex el primero, lo fiaban todo a los euromillones que ya no van a llegar porque Alemania está en trance mientras Merkel cual Penélope teje el sudario para sus sucesores. Pero no hay ningú Ulises al que esperar.

Europa está entre la renta y el crédito (a menos de cero), pero siempre a la espera de algo que mejor que no llegue nunca: del pasado o del futuro.

España (esp) y Europa funcionan a fuerza de emigrantes, pero hasta que se hagan emprendedores y magnates va a haber una generación de tiktokers nativos que dan poco beneficio.

La peli Free Guy, de Shawn Levy, es divertida y profunda, romántica e hiperreal. Viene a cuento de los videojuegos, la IA y todo eso. El malvado, que podría ser un Zurkerberg cualquiera, rompe los servidores con un hacha. Es una peli divertida y filosófica, que hasta Kant eran términos sinnónimos.

Dentro de esta postración póstuma, que ya es, Europa va a tener su microchip, empeño e impulso de Mateo Valero, ojalá llegue a tiempo.

Los primeros años veinte han pasado bajo la ilusión de los euromillones, y así, y chupando la estela de Draghi en el BCE, 80.000 M€ al mes, se ha ido viviendo a fuerza de emigrantes, rentas y glorias de imperios ya fenecidos. Pero Merkel se ha ido y Alemania no está para más inflaciones.

Ha sido bonito tener la ilusión, y rellenar los impresos (aunque el sanchazgo, siguiendo el método de las tesis doctorales, los ha copiapegado, ha hecho bien, para lo que van a servir), pero el sueño eterno no da más de sí.

En la peli de esa novela de Chandler dice Bogart: «en esta ciudad hay más armas que cerebros».

 

 

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