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El big data del alma

Resucita Puigde un rato

Aquel Puigdemont ha ido a que lo detengan en Cerdeña. Al no poder soportar el olvido ha acudido a la llamada de los titulares que, de paso, también resucitan al TS o Tribunal Supremo.

Pero la historia ha corrido más que ellos.

Los titulares, con tal de renovarse, se resucitan a sí mismos.

Largo era el olvido, aquel que hasta los niños de España (esp) coreaban en chistes y memes en el lejanísimo 2017 se había subsumido, como todos, en el huracán de la histeria de los días sin rumbo. Sólo el cambio climático CC y la emergencia opulenta de China (Xina) rigen el desnortado devenir. Hasta la pandemia se olvida.

Puigdemont estaba sepultado por el olvido, ni negacionistas tenía.

Y con él, la monserga impetuosa que le aupó hasta ponerle casa y sueldo en Bélgica, en la villa napoleónida de Waterloo.

El TS, por su parte, estaba ya en el clímax de la decadencia. Artilugio del estado profundo, caducado y polvoriento como todas las cúpulas de la antigua esp (España), conoció la gloria insumisa del año 17 y luego no hubo nada.

Así que la reaparición del prófugo ha resucitado también el código de Hamurabi y Aranzadi, pero la hiperrealidad ha arrasado con todo eso y nadie tiene tiempo ni ganas (excepto que le vaya el sueldo en ello) de rescatar esas minuncias.

Todo aquel hervor ha quedado en si se acepta o no un aeropuerto y en una mesa que necesita Sánchex para perpetuar su presupuesto. El prófugo necesitaba un titular y, tras días de vulcanismo y memes ultras, la ha conseguido.

Todo antes que pensar en Alemania.

 

 

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