La OCDE prevé un crecimiento para España (esp) del 6,8 este año. Aunque sean estimaciones calculadas a ojo se agradece el optimismo y la visión positiva. A ver si se cumple y se reparte algo. (Aquí está el informe, y la Home). A ver si capilariza.
La OCDE trae la buena nueva para esp y parte del mundo mientras China trata de convencerse, como todos, de que es estupenda y de que puede controlar ese volcán que le ha salido con Evergrande, un burbujón espeluznante.
China trata de ser estupenda a pesar de ser una nación humana. Ha enroscado el módulo de su estación espacial. Lo único que le falta a China para seducir al mundo destrgoy es mandar dinero. Comprar trozos de futuro y suelo a cambio de sopa.
La OCDE da un 6,6% para 2022 a España (esp). La españa sanchera podría tener un futuro si crece a ritmo chino. Pero estamos ya en el decrecimiento creciente, implosiones diversas, monsergas, volcanes. Todo lo mueve la fe: el consumo, los chips que no llegan, la trilateral USA/Australia/RU, la desnutrición cerebral universal. La peli Lapsis, estupenda. Pequeñas distopías diarias.
El retoproblema, para las pymes y los grandes equipos de fútbol, es enganchar algo de ese hipotético y anhelado seis por ciento de la OCDE. Los clubes de fútbol han entregado un trozo a cambio de dinero. Las pymes a lo mejor no tienen ya trozos. Y los autónomos, en fin.
El retoproblema es sobrevivir hasta que llegue ese seis por ciento o vete a saber.
La energía llega a Europa ya muy floja de voltios y muy alta de precios. Volvemos clandestinamente al carbón, a quemar leña, rastrojos, papeles viejos del container.
Opípara prosperidad de rentas y créditos. La OCDE necesita ese dígito mágico –¡podía haber estimado un 7% ya puestos!– para llegar a fin de mes ella misma como calculatrix oracular.
Ojalá acierte cuanto antes.
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