Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Ante el desastre poco es mucho… o todo

Y así va pasando la pandemia, se nos come nos devora el cuco invisible que viaja en el aire, es un bombardeo, una esponja de humo, la vida se acaba engullida por la ola:

el método es muy avanzado, el propio sistema inmunitario se ofusca y nos mata, el virus engaña a todos siempre, es más listo que nadie.

En la segunda ola, Aragón ya va por la tercera, mil por cien mil, más del doble que el resto, nadie sabe qué pasa ni por dónde circula y se inyecta o respira o se absorbe este horror. Aragón anuncia el cierre a las 20 horas de todo lo no esencial, y sella las tres provincias, no se podrá pasar de una a otra, el perimetral ya estaba cerrado.

Todo cerrado. Toque de queda eterno.

Desorientación absoluta, caos interior, íntima depre jamás reconocida ni asumida. Tampoco es fácil hablar, apenas se oye nada. Nadie está para monsergas. Bastante tengo con lo mío…

Zombis aislados en el denso pánico de cada cual, el miedo es la antesala del horror, mejor calmarse y respirar, sin excesos, que ha de haber aire para todos. Respirar mascarilla.

En medio del pánico alguien se para y piensa (en secreto): estoy viv@!!! ¿será posible? ¿será necesario?

Estamos rozando lo peor, rezando en lo peor, pero bajando… Cada día parece que lo peor solo acaba de empezar…

Se comprende que haya quien prefiera negarlo todo, un invento, un montaje (colosal)… un show como el de Truman…

Se comprende todo.

..

Y eso yendo bien. Ánimo, reforzar los vínculos, inventar otros nuevos, echar una mano. Poco es mucho.

Esa llamada que nunca se hace.

Etc.

Poco es todo.

 

Esencial: Guillermo Fatás: Objetos sacros venidos de mundos celestiales

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