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El big data del alma

Ahora saldrá lo mejor de España

España se divide ahora por mascarillas: zonas de mascarilla obligatoria, voluntaria o mixta.

Zonas bajo multa de 100 € al que pillen sin la prenda que ya nos define.

La diversidad de las CCAAs crece más que la población: cada comunidad ha promulgado cientos de leyes sobre las cosas más variadas. Toda la vida y sus accesorios está regulada por doce mil preceptos incompatibles, confusos, a veces contrdictorios.

Es el ambientazo español, el juego de las identidades cruzadas.

Esta exhuberancia de leyes y organigramas se colma con la burocracia de la era covídea, fases, multas, máscaras, confines.

La definición de cada estado se mueve a espasmos: inmunidad, anticuerpos, serológico seráfico, asintomático…

¿Cuál es el mínimo asintomático exigible en cada CCAA? ¿Cómo debe calibrar el agente la eficacia del tapabocas? ¿Están homologados los baremos? ¿Y los criterios?

En Galicia y País Vasco se celebran mañana elecciones, pero habrá ciudadanos que no podrán votar porque están en brotes o rebrotes.

El DNI, al ser un objeto pringable (susceptible de transportar bacilos, bacterias…) es intocable.

Y las urnas, que serán desinfectadas por la unidad de guerra bacteriológica con el trapo del polvo.

Así que el Mapa Metafísico de España, MME, obra en marcha, embrión en ciernes, se abarroca cada día un poco más, pues el virus desafía el afán legislador. Se barroquiza.

Échale un dron al genoma.

Estamos en plena contrarreforma, ¡y sin haber comenzado la reforma!

Lutero, Calvino y Zwinglio. Las hijas del Cid.

España ha estado confinada ensimismada en la era posmoderna (¡y antes, desde 1800!) hasta la fecha.

España ha sufrido en silencio su hemodiálisis diaria. Ya vale.

Los últimos 40 years han sido como un entrenamiento para salir al mundo. Prisioneros de nuestras monsergas inexportables.

A lo mejor la era covídea que estamos estrenando nos ayuda a expandir el brío secularmente contenido. El mundo no ha visto nada.

Al obligarnos a cancelar las tradiciones (despeñar una cabra en fiestas, alancear toros, matarnos de vez en cuando) el Pandmonium nos estimula a crear o remiexear algo mejor.

A ver pues.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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