Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Momentos tan delicados que casi no se notan

Apenas se puede decir nada sobre nada, excepto que pase algo lejos. Pero nada está lejos. Hay hasta un manifiesto para reivindicar la minilibertad de expresión. Juan Soto Ivars lo explica en su artículo de hoy.

La censura etérea nos deja en un paraje orwelliano, OrbeOrwell (OO, o cero-cero). Esto ya venía de atrás, como todo, pero en el mundo covídeo se ha agudizado.

En el mundo covídeo apenas hay nada que hacer, es un postmundo zenificado en el que se trata de conservar la energía, si la hay, y esperar en la quietud extrema.

A esta multicensura «cultural» se añade la de siempre, más o menos innombrable. Juntas, forjan un virus cerebral, un tapón.

Pensar en secreto produce migraña o jaqueca, según lo pensado.

Orwell (1984): Doblepensar.

Tap tap tap.

Momentos tan delicados que casi ni se notan.

Que pase el tiempo y a ver si vuelven los 83 millones de turistas, esa población flotante que es la esencia de España, y la que ha evitado la cainidad.

Que alguien compre un coche, o algo, lo que sea.

España se vertebra por el turista, que no quiere independendizarse cada año ni evade.

Lo demás mejor ni mencionarlo. Está todo con pinzas. Nadia Calviño, ay, cuando aquel Samaranch tenía el COI en la mano.

España ha perdido el poder del mangoneo. Y la costumbre. Todo tiene un ritual, un engrase, un agasajo y un mamoneo.

Hasta la costumbre de las comisiones se ha perdido, ahora es hasta de mala educación.

Hasta Trump va a ser confinado al fin… el Supremo de Allí le obligará a mostrar sus cuentas… sexuales (las cuentas siempre son sexuales). Pero será ya después de las eleccs de noviembre.

El alcalde de Seúl, que dijo a mitad de junio que nada volvería ser igual

“Debemos sacudirnos la fantasía de que podemos volver al pasado al que estábamos acostumbrados”.

Y eso. En USA los indios van a recuperar sus reservas, la jurisdicción. Han esperado a que casi no quedaran indios.

Ni búfalos. Una vez que el cine agota un tema ya se pueden restañar las heridas culturales, coloniales, etc.

España, entretanto, se une y se divide de una forma nueva, inesperada: por la mascarilla.

Las CCAAs, y aun las provincias, han encontrado una forma de ser diversas, una nueva postidentidad cultural: la mascarilla, con o sin multa.

Pero eso lo dejamos para el finde.

Gracias.

 

OO 00

Que nadie diga nada mientras tanto si eso

 

La mascarilla se instala también dentro del cerebro, signo de la censura orwelliana difusa.

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