Vemos en directo la lucha por el poder. Muy ajustada. Con grandes presiones y la máxima virulencia dialéctica.
Hay más actores, más candidatos a ocupar trozos de ese poder, y no hay contumbre de repartirlo tanto. Siempre se ha cedido ante los nacionalistas, pero ahora hay más gente. Y la tarta es un poco menor. Y las cesiones son mayores.
A los partidos grandes les han salido rivales/socios en sus respectivas parcelas. El 15M, la ultraderecha. Hay de casi todo. Los nacionalistas han crecido y además, al estrecharse los márgenes, tienen más opciones. Hasta ha surgido una agrupación de electores, Teruel Existe, lo que demuestra que es posible llegar al Congreso y hacerse un hueco en el búnker hermético.
La pelea es mucho más interesante, hay novedades, nuevos personajes, nuevas caras en un mundo que cambia cada diez minutos.
De los petroleros en llamas pasamos al ataque de Trump a Irán, que viene del impeachment. Y de China, que está por todo, hasta en la cara oculta de la luna.
Pasadas las sesiones de cuchillos blandos se abre un día de Reyes de suspense. Va tan justa la mayoría que si alguien se resbala o se resfría ya se malogra el gobierno.
El fondo, el paisaje, muestra la extraordinaria foto callejera subida a Twitter por Javier Labrada en la que aparece el Rey Felipe VI con su hija mayor paseando o deambulando por el centro de Madrid.
Esa imagen da para una enciclopedia.
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Estamos superpreocupados por los incendios terribles que asolan Australia. El humo tarda, pero llega.