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El big data del alma

La foto de la cama y la tensa espera

El lunes de la foto de la cama ha traído un cierto reposo al Estado maltrecho. El presi en funciones ha visitado a un agente herido en BCN y ha sido abucheado a la entrada del hospital, así que él también ha sufrido las iras y las furias del gentío disconforme con la sentencia, aunque no le han tirado un rodamiento, ni le han atacado con una motosierra.

El presi, como todos los candidatos, acude a donde está la noticia.

Van de día, pero a medida que arrecie la campaña irán de noche, quizá de sport.

Lo primero es atender a los propios empleados, cosa que no hace casi ninguna empresa, y menos el Estado.

Lo primero es dar fiesta a los polis machacados y poner a otros de refresco. Y darles botas nuevas y cascos a prueba de bolas de acero. Lo mejor es llamar a Boston Dynamics y comprar robots soldados para guerrilla urbana. Se pueden traer de prueba, cedidos, como los futbolistas o los obreros, sin ficharlos del todo. También se pueden reclutar repartidores de Glovo y otros similares para reponer las balas que gastan los policías. La logística urbana es un arte. Y más en tiempos de sedición. Tiempos postsedición.

Los riders, como buenos microautónomos, ya se ve que pasan entre las llamas sin chamuscarse. Son de un mundo aparte. El próximo superhéroe será un repartidor.

Sánchez ha ido a hacerse la foto de la cama, pero no ha visto a Torra, el apestado por unanimidad.

Lo primero es mandar polis de refresco y dar fiesta a los que han sufrido la primera oleada.

Y ya de paso se encarga un estadista negociador disruptor (esto ya hay que pedirlo a la casa madre) para que afronte esta monserga o hipermonserga Cat.

Tal como dicen los expertos es demasiado tarde. Décadas de cesiones (que nunca son suficientes) han succionado los cerebros los nacionalistas hasta hacerlos sediciosos (TS) aunque no rebeldes. Todavía quedaría ese grado por explorar, si es que hay tiempo/espacio y containers.

La zona nacional de España no acierta a bombear noticias que no sean el rebote de Cat, el único foco de exportación de memes a un mundo que no pierde ni un minuto en ellos. Las hogueras enseguida se hacen paisaje. La zona nacional va a trasladar a Franco sin que nadie se fije. Esa indiferencia es la fuerza implacable del presente, que a veces, como ahora, es incendiario y viene con la motosierra.

El lunes, hoy, estaban todos los agentes sociales agotados y/o magullados, excepto los empresarios, que se han fumado un  puro liado con el Financial Times y emiten los lunes su voluta dominical. Y los políticos, que no duermen hasta clavarse en el poltrón.

El lunes primera parte solo ha dejado la foto de la cama, y los candidatos visitando el campo de batalla.

Y la tensa espera.

 

 

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El Estado, una vez emitida la sentencia, se ha quedado sin proyecto, sin ideas, sin nada que lanzar a la ávida parroquia mundial.

Se pone a la espera, también él en funciones. La iniciativa está, como siempre hasta los sucesos del 17, en el bando sedicioso.

 

 

 

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