Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

En fin

La democracia es ya chatarra, carne de desguace, algo superfluo. El Estado no pinta nada. Ha sido sustituido por el capital global que fluye loco sin control y se autoevade de pagar impuestos. Sin impuestos de los grandes no hay política posible. El estado del bienestar se cae a trozos. No se deciden a darle la puntilla pero cada día tiene menos recursos. Muerte lenta, que se hace rápida para el que espera en la lista de espera. La deuda mundial supera al PIB mundial en 200 o 300 %, ni se sabe. La desesperación invita al totalitarismo en todas sus variantes locales. Ya no creemos ni en los manuales de autoayuda. El ambiente no es demasiado bueno. Italia tiembla y hace temblar a Europa entera. Se impone descuartizar al disidente cuando va a buscar un certificado para casarse. O envenenarlo con polonio. O volar un avión de pasajeros en el aire. La IA diagnostica una placa mejor que los médicos, orinamos plástico y respiramos de todo menos aire. Tal vez hemos mutado y no nos hemos dado cuenta. Ya avisan de otro crack ¿o será un crash? ¿Qué tal un paseo en patinete alquilado? Lo más peligroso, aparte de llegar a fin de mes, es hacerse un selfi en las alturas.

 

Pd. ¿Hemos mandado ya las bombas láser –las que decía Borrel que son tan finas que matan con precisión– a Arabia Saudí? ¿Siguen las 400 bombas en Zaragoza?

 

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