La realidad se compone de deuda + empresas

Hay dos realidades: empresas y gobiernos que dependen de las… empresas.

Lo demás es accesorio. Excepto lo esencial, que es la deuda. Si estás endeudado dependes de alguien. España, bajo una deuda monstruosa, está intervenida y reformó la Constitución en una tarde para dar preferencia a los acreedores (BOE 27-9-2011).

El procés Cat puede verse como un intento de salirse de la realidad sin tener en cuenta la deuda ni las empresas. Por eso se han ido las empresas y nadie ha reconocido la aventura. Rajoy, como gestor de deuda, solo ha actuado cuando se han ido las empresas.

Un problema político no es un problema real. Un problema de deuda (de no atender o someterse a la deuda) sí es real. El procés ha despreciado a las empresas: no tiene ni una multinacional que le patrocine. Más desidia no puede haber.

El procés, al no reconocer la realidad, ha sido un impulso romántico: el enemigo no era España (que solo es una fórmula para devolver deuda), sino el mundo real. Al igual que le ocurre a cualquiera el independentismo se ha dado cuenta de que enfrente no tiene a nadie, pues el Estado español solo es gestión de deuda y favores a empresas: por eso no ha intervenido hasta que no han empezado a fugarse los bancos.

En este marco las elecciones, como en Grecia, son un pasatiempo, una especie de encuesta bastante completa que decidirá quiénes van a gestionar la deuda y a pedir a las empresas que vengan.

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La foto es de Zaragoza, el día 10 de octubre:  una mujer tiende la colada entre dos banderas de España.

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