Son paisajes caprichosos, microscópicos, de superficies que no podemos apreciar a simple vista. Son fotografía y experimento.
Erno Raitanen, artista finlandés residente en San Francisco (Estados Unidos), hizo de 2008 a 2010 un acercamiento personal a lo que significa hacer fotos sin cámara. Para Bacteriograms cultivó muestras de bacterias sobre el negativo de una película fotográfica a color. Aunque el proyecto no continúa, no he podido evitar traer estas hermosas manifestaciones plásticas de la ciencia a la sección de Obsesiones.
«Es un proceso parecido al que se usa en los laboratorios sobre las placas de Petri«, dice Raitanen. La superficie del negativo sustituye a esa hermética cajita redonda que los científicos utilizan para poner los microorganismos a buen recaudo. Utilizó bacterias de su propio cuerpo y dejó que consumieran la película, creando imágenes fotográficas basadas en el azar biológico.
El artista dice que le fascina la idea de que sólo veamos los surcos y manchas que producen, pero nunca veamos a las autoras. Además, le gusta no ser parte del proceso, pero ser el causante. » Al fin y al cabo las imágenes son producto de mi cuerpo, autorretratos».
La declaración de intenciones ya es otra cosa: «Quiero plantear preguntas sobre la representación y la realidad, la naturaleza y el lugar del medio fotográfico en la sociedad contemporánea».
No comparto el discurso -lleno de ideas un tanto sobadas y que suenan más a justificación que a teoría– pero el resultado sí es un ejercicio de la imaginación, una colección de manchas de colores que invitan a encontrar formas conocidas, como cuando se mira a las nubes. Me gusta el azar de las bacterias.
Helena Celdrán
Muy interesante!
09 noviembre 2011 | 05:59