Piensa en la evolución. En la mutación. En el poder de la casualidad para perpetuar a las especies. En el azar que un día transforma a un insecto. Un accidente que moldea los rasgos y los colores y produce una ilusión en los ojos. Azul y blanco. Cuerpo abombado… Por el capricho de una evolución convergente el escarabajo acaba pareciéndose a R2-D2, el robot de la saga Star Wars. Está de suerte.
Los humanos, al sentir esta pareidolia, un error de percepción, no lo matarían, lo admirarían o incluso criarían. «¡Qué bonito, se parece al robot de la peli!». En unos años esta especie de escarabajo mutante ganaría a sus congéneres. Tendríamos una raza victoriosa, el Roboduobus Deoduobus. Los escarabajos negros, feos y apenas cinematográficos, terminarían chafados, cucarachas bajo las suelas.
Este es el ganador…
Piensa en el juego creativo. En usar las ideas como si fueran alas de mosca, patas de tinta, antenas galácticas. En crear insectos que se mimetizan cual iconos de la cultura popular. A eso se dedica el ilustrador Richard Wilkinson: inventa ese insecto que nos recuerda a alguien… Un insecto imaginario que se parece a un personaje imaginado.
Su proyecto se inspira en la ilustración de la Historia Natural clásica, el arte de quienes se sienten fascinados por coleccionar, clasificar, catalogar. Solo que Wilkinson colecciona películas, programas de televisión, videojuegos, cultura popular. Así nació Arthropoda Iconicus Volume I: insectos de una galaxia muy lejana.
La pareidolia es una percepción errónea, un estímulo vago o aleatorio que nos manda un falso recuerdo, el parecido engañoso que recibe el cerebro que todo lo edita y que suele equivocarse al procesar el metraje de la realidad. En el anterior insecto, el Dominus Magister, habrás visto al Maestro Yoda, pero el bicho no es un caballero Jedi. Se trata solo de una colección de animales imaginarios que tienen un sutil y misterioso parecido con los personajes de una ópera espacial. Una colección de 60 pinturas que Wilkinson vende en su web. Una idea para la evolución que juega en el duro campo de los meteoritos: si los insectos fueran así, imitadores de los deseos humanos, esquivarían los insecticidas, serían bendecidos en todos los jardines, como le ocurrió a la mariquita, y un día, quién sabe, tal vez dominarían la Tierra.
Que la Fuerza los acompañe. El cazamariposas es aquí la Estrella de la Muerte.