Un museo ‘on line’ para conservar los sonidos de los objetos que desaparecen

Si hablamos de extinción pensamos en animales, seres vivos, plantas, ciudades, o planetas perdidos en galaxias ignotas donde los agujeros negros tragan materia sin muestra alguna de misericordia cósmica. Pocas veces pensamos en los sonidos de las cosas, ondas que forman la parte expresiva de estos objetos, en las “vocecitas” de una grabadora, por ejemplo, o de un radiocasete, un teléfono con dial giratorio, el plano de una ciudad al arrugarse, el disparo de una polaroid spectre.

Polaroid Spectre. Wikimedia Commons.

Polaroid Spectre. Wikimedia Commons.

 

Estos «sonidos- voces-remilgos» de las cosas, que fueron comunes y que formaron parte de nuestras vidas pasadas, dejarán de existir, como el canto de un pájaro dodo o la pisada de un moa gigante. Las leyes del tiempo son igualitarias, y pronto morirán y nadie recordará cómo “hablaba” una máquina calculadora o un molinillo de café, una báscula o un bote metálico de leche.

El silencio será su epitafio, y el olvido su lápida.

El proyecto Conserve The Sound está ideado cual museo online para los sonidos amenazados o desaparecidos. El eco de un matasellos, el susurro de un walkman, el golpeteo de una máquina de escribir, el estruendo de un modem de 56k… que están empezando a esfumarse, devorados por la electrónica avanzada y la obsolescencia planificada.

El museo clasifica los aparatos por la década, el nombre y la marca que los creó. Cuenta además con entrevistas a expertos que profundizan sobre estos ruidos perdidos.

Dicen estar abiertos a recibir nuevos sonidos, o historias relacionados con ellos, con el objetivo de ir incluyendo más piezas en su catálogo que cubre desde principios del siglo XX hasta el año 2000.

 

CONSERVE THE SOUND – Teaser from CHUNDERKSEN on Vimeo.

 

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