No soy nadie para juzgar a Pandemonia, la primera ‘celebrity’ de látex

No soy nadie para juzgar a Pandemonia… No soy nadie para juzgar que aparezca así vestida, como una escultura andante que esconde a un artista anónimo; que se pasee de esta guisa por las principales avenidas de Nueva York o Londres; que se haya convertido en reclamo de algunas marcas hambrientas de novedad; que bajo su máscara y cuerpo de látex hable de feminismo y estereotipos con voz de hombre; de mujeres y fama, de arte conceptual, donde el creador, el logo y el producto se fusionan.

Ahora posa tus ojos en Pandemonia.

Pandemonia during the close of Madrid Fashion Film Festival in Madrid on Thursday 2nd, June 2016

Pandemonia during the close of Madrid Fashion Film Festival in Madrid on Thursday 2nd, June 2016. Gtresonline.

Habita en los límites del delirio y de la boutade conceptual. Transita sobre los tópicos de la cultura del cuerpo con el brillo de una cicatriz estética. Pandemonia Panacea es el nombre escogido por un artista multimedia, desconocido y aficando en Londres, para crear este ser ambulante. Una parodia, muñeca fashion que se pasea y teoriza como un intelectual, llamativa, esperpéntica…

Nacida como el reverso de las celebreties de carne y hueso, que curiosamente la acogen como si fuera una de las suyas, ha tomado de las revistas su pelo rubio –las esculturas capilares-, la piel tersa -el plástico es mejor-, su figura deslumbrante que recuerda a una obra de Roy Lichtenstein… Cuerpo estrambótico de pin-up de cómic.

Defiende el arte viviente o total, señala estereotipos con su monstruo animado. Aparece como el fantasma de la moda, un espejo social disparatado para una sociedad necesitada de disparates. Es una fantasía, una denuncia, una broma… Le gusta esgrimir las definiciones que argumentan su construcción de objeto post pop art: una mezcla de los ideales del siglo XXI, la obsesión por la imagen que deforma los espejos multipantalla, el reflejo de los ídolos, la traición al espíritu.

No soy nadie para juzgarlo… Él mismo ha diseñado a su personaje-máscara y creado los vestidos de látex que después lo envuelven. Piel pública. Inorgánica. Metáfora.

Apela a redefinir el yo con un caucho refinado que oculta, dice, el símbolo de una sexualidad latente. ¿Cuántos querrían hacer el amor con Pandemonia? Posarse sobre el calor y el artificio. Oh, dios…

Inventó su propia celebrity en 2008 al percatarse de la tiranía del selfie, haciendo desaparecer al humano bajo la muñeca que simboliza los deseos ocultos. Las muñecas son las nuevas musas, las ninfas del lago negro: nosotros un conjunto de rostros hinchables, y los labios, una herramienta más del photoshop.

Esa es ella, él, eso…

Así ha logrado colaborar con grandes marcas, ser invitadas a eventos de moda y artísticos. ¡No soy nadie…! Además del disfraz carga con un bolso y un perrito de plástico que le sirve para romper el hielo y entablar conversaciones donde la palabra «cool» puede tener el dramatismo de un soneto de Shakespeare.

Él, ella, eso, llama popsurrealismo al invento, y yo ya no soy nadie sin mi propio traje de látex, quiero ser Pandemonia, hacerme selfies, reinar en Instagram, ser VIP en las pasarelas (London Fashion Week, el Madrid Fashion Film, la MTV party…), que hablen los medios de mí, beber champán en esos saraos con mi pajita de plástico, vivir asfixiada por mi propia invención y logo… y entonces soñar con llegar al hotel, desvestirme en soledad para pasear después por los iconos de una ciudad desconocida, sintiendo por fin el aire fresco en la piel, siendo un animal anónimo más que observa y escucha a sus semejantes anónimos, animales como yo cuyo disfraz no es tan evidente, y que parecen sorprendidos, atónitos, y dicen: ¿viste a la Pandemonia esa…? ¡Qué cool!

Y otra vez Shakespeare: La Tempestad, El Sueño de una Noche de Verano, La Comedia de las Equivocaciones, Mucho ruido y pocas nueces

 

#pop meets #postpop. 🐼 with @betsy at her 🎶 launch. #betsy

A post shared by Pandemonia (@therealpandemonia) on

Los comentarios están cerrados.