‘Los Caminantes’: La estética fugaz de los vendedores ambulantes

Surgen sobre la arena suave o el áspero cemento, son los caminantes, que otros llaman vendedores ambulantes. Los distinguimos por su constante merodeo, parecen obligados al tránsito eterno, como movidos por la maldición bíblica de un tal Caín, que castigado tuvo que vagar por las playas, azotado por su marca de nacimiento.

The Walkers. ©Felipe Bedoya.

Los Caminantes/The Walkers. ©Felipe Bedoya.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nada o poco sabemos de ellos. Caminan, venden, ofrecen, piden, transportan enseres. Podrían ser la tribu perdida de un sistema galáctico, recolectando monedas para pagarse el retorno a casa.

Aparecen antes que nadie en los lugares turísticos. Cruzan las miradas en un paseo sin tiempo. Son una fuerza telúrica. Una marea. Un impulso muchas veces molesto para el afortunado que se tumba en la playa esperando que el bronceado disimule su condición de esclavo financiero. Son en realidad sombras huidizas, encuentros con algo oscuro.

Pocos les prestan atención, no más allá de la urgencia: el oleaje de la demanda y la oferta. A quienes no comparten su suerte no les importa por qué caminan durante jornadas enteras. Vagan por la tierra, nada más. Nómadas en este territorio de ilusiones sedentarias. Una anomalía en este balneario de sol. Forman parte del paisaje, acaso sean el paisaje mismo.

Los Caminantes. ©Felipe Bedoya

Los Caminantes. ©Felipe Bedoya

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El artista Felipe Bedoya ha dedicado uno de sus mejores trabajos a estas personas, que en su Colombia natal representan a un indígena flotando sobre las arenas económicas.

Así los describe Natalia Vidal Toutin en el prólogo de este proyecto estético llamado Los Caminantes.

Llegan antes que el forastero. Delineados, en apariencia, por trazos pictóricos gruesos y homologantes, merodean jornadas completas caminando sin destino. Son esclavos desorientados del impulso de un sol que quema y de uno que otro viajero que les presta atención e intercambia miradas y monedas con sus cuerpos cansados. Ruegan por la voluntad de una compra artesanal.

The Walkers. ©Felipe Bedoya.

Los Caminantes. ©Felipe Bedoya.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las composiciones de Beyoda ejercen de lienzo, designan la extrañeza cardinal de unos cuerpos en fuga. Hay cierto culto a la geometría, un hálito de espiral, cuadrado o triángulo. Prosigue la explicación…

Se trata del relato rutinario del vendedor ambulante. Un registro aéreo, contornea sus siluetas en una intensa paleta de color, que crea signos de identidad entre individuos que no tienen más en común que su misión, la de reunir la colecta del día.

Los Caminantes © Felipe Bedoya.

Los Caminantes © Felipe Bedoya.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La cámara de Bedoya se sitúa en el momento de antes, en la construcción arquitectónica de una jornada de constante acecho. Los merodeadores equivalen a meteoros sin órbita.

Bañados por la misma luz, deben vagar hasta fundirse con el infinito caliente. Ejercen la apropiación indebida de los espacios turísticos, y en Colombia el comercio informal alcanza al 51% de la población.

Los Caminantes © Felipe Bedoya.

Los Caminantes © Felipe Bedoya.

Caminar, caminar como Caín. Caminar como estos vendedores de Cartagena de Indias, que solo esperan a ser detenidos por los ojos de Bedoya, que nos obliga con su lente a retirar la vista del azul paraíso para observar las sombras que se pierden en el trajín de la arena.

Son objeto de un proyecto estético que remite a una experiencia revivida, de siluetas oscuras que comienzan su día sin saber dónde y cómo va a terminar.

Los Caminates. ©Felipe Bedoya

Los Caminates. ©Felipe Bedoya

Los Caminantes © Felipe Bedoya.

Los Caminantes © Felipe Bedoya.

Los Caminantes © Felipe Bedoya.

Los Caminantes © Felipe Bedoya.

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