Las listas del Partido Popular a las elecciones generales del próximo 20 de diciembre (20-D) están provocando innumerables tensiones internas en el partido que preside de Mariano Rajoy.
En el Congreso de los Diputados saliente, el PP contaba con 186 escaños. Las encuestas le auguran ahora en torno a 130, o incluso menos. Entrar en las listas y en una posición libre de sobresaltos se ha convertido estos días en el principal afán personal de muchos de los diputados salientes, de algunas figuras emergentes que se ven a sí mismos como los que darán al partido una pátina de renovación… y de algunos que en las elecciones autonómicas y municipales del pasado mayo perdieron sus posiciones de gobierno y no quieren ni pasarse cuatro años en la oposición autonómica o local ni dejar la política y cambiar de oficio (algunos, porque no tienen otro).
Al menos siete casos de estos últimos se conocieron oficialmente en la noche del viernes al sábado pasados, cuando se cerraron y anunciaron los cabezas de lista del PP en las 52 circunscripciones electorales. Seis alcaldes y una presidenta autonómica caídos tras las elecciones del pasado 24 de mayo (24-M) van a ser cabezas de lista en las generales ahora. Los ya exalcaldes son los de Sevilla (Juan Ignacio Zoido), Córdoba (José Antonio Nieto), Cádiz (Teófila Martínez), Palma de Mallorca (Mateu Isern), Ciudad Real (Rosa Romero) y Huesca (Ana Isabel Alós). Cada uno de ellos encabezará la lista en la provincia de cuya capital eran primer o primera edil. La ya expresidenta es la de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, que además es secretaria general del PP y ha decidido personalmente quién encabezaba muchas de las listas, incluida su posiciñon como número uno por Toledo.
Los que en el PP defienden este tipo de recolocaciones recuerdan que todos los citados lograron en mayo buenos resultado en las urnas y fueron desplazados del poder por alianzas entre terceros, y confían en que ahora movilizarán muchos votos en las generales. Los que en el PP se muestra contrarios a estas prácticas creen que quienes abandonan sus instituciones de origen porque han pasado del Gobierno a la oposición están, de alguna manera, traicionando a sus electores. Y hay quien apunta una crítica aún más acerada: ¿A quién conviene que haya mucho exalcalde ahora recolocado de diputado? A Cospedal, expresidenta ahora recolocada de diputada, una buena posición por si tras el 20-D se abre la sucesión de Rajoy.