¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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El pacto de Barcelona impactará en Madrid

La política catalana lleva varios años en modo matrioskas rusas, y muy a menudo con un importante matiz: en lugar de una más pequeña, dentro de algunas muñecas hay en muchas ocasiones otra aún más grande. De la matrioska del concierto fiscal salió la del derecho a decidir. De la del derecho a decidir, la de la ruta a la independencia en 18 meses. De la de la consulta, la del plebiscito. De la del plebiscito con el 47% de los votos, la de la declaración soberanista dizque por mandato popular obviando al restante 53%. (Y ahí al lado, de la matrioska de la herencia del padre Florenci Pujol, la de los hijos, algunos parece que comisionistas).

Abierta esta tarde la matrioska Artur Mas, dentro se atisban por ahora una colección de matrioskas a cual más sorprendente: la de la intervención de facto de la gestión de la CUP por parte de Junts pel Sí, y sin asamblea de la CUP mediante; la del pucherazo tres meses después de unas elecciones del que además el que lo ha dado se jacta -«Lo que las urnas no nos dieron directamente se ha tenido que corregir a través de la negociación”, ha dicho Mas-; la de un nuevo president, Carles Puigdemont, independentista pata negra, no converso reciente, y que puede dejar al president saliente en un simple aficionado.

Se ignora a estas horas si en las próximas se atisbará o aparecerá como por arte de ensalmo alguna matrioska más, mañana en el pleno del Parlament, por ejemplo, pero lo cierto es que el pacto de Barcelona entre Junts pel Sí y la CUP va a impactar y mucho en Madrid. En Mariano Rajoy, en Pedro Sánchez, en Pablo Iglesias, en Albert Rivera…

A Sánchez lo presionarán internos, externos y mediopensionistas para que ceda una abstención que le dé a Rajoy rápidamente la investidura como presidente de un Gobierno que afronte el nuevo reto catalán. Al PP, se le presionará desde el PSOE y quién sabe si desde Ciudadanos para que Rajoy dé un paso al lado -ya que lo ha dado Mas- y el candidato del Partido Popular a presidente sea otro u otra, o incluso de otra formación o de ninguna. A Iglesias se le presionará desde cerca -ya lo han hecho días atrás de alguna manera Mónica Oltra y Carlos Jiménez Villarejo- y desde el PSOE para que el nuevamente complicado y enrevesado escenario catalán tenga enfrente un Gobierno de centroizquierda con recetas de tipo federal. A Rivera, para que no sea dúctil y maleable solo a la solución de centroderecha sino también hacia la de centroizquierda.

Quién sabe. A lo mejor el nuevo Govern en Barcelona es una oportunidad para un Gobierno en Madrid con más cintura y más capaz de reaccionar al problema catalán, a ese número creciente y ya muy crecido de ciudadanos que no están allí cómodos ni contentos con su encaje institucional con el resto de los españoles.

Nuevo mapa y nueva etapa política

Aguantan PP y PSOE algo mejor de lo que les auguraban algunas de las encuestas, sobre todo al segundo, pero el mapa político español ha sufrido una convulsión. La España política de hoy se parece poco a la de la anterior legislatura. Se abre una nueva etapa, llena de retos y de oportunidades. Estas son algunas de las principales claves de lo que ayer pasó en las urnas

1. El PP sufre una enorme sangría de votos y de escaños. Ha perdido 3,6 millones de votos respecto a 2011, pues pasa de 10,86 millones hace cuatro años a 7,2 millones ahora. En escaños, pierde 1 de cada 3, al pasar de 186 a 123. La fragmentación del voto en el resto del arco parlamentario le dan a su líder, Mariano Rajoy, posibilidades de seguir gobernando, pero lo haría en una posición débil, sin garantías de estabilidad.

2. El PSOE también retrocede bastante, pues pasa de 7 millones de votos en 2011 a 5,5 ahora y cae del 28,76% al 22,0% en votos y de 110 a 90 en escaños. Es el peor resultado de los socialistas desde la Transición democrática, pero no tan malo como el que le auguraban la mayoría de las encuestas. Los socialistas quedan claramente por encima de Podemos en votos y sobre todo en escaños, lo que probablemente le baste a Pedro Sánchez para seguir al frente del partido y evitar el ajuste de cuentas interno que algunos barones territoriales le preparaban.

3. Podemos, uno de los grandes triunfadores. Fundado hace menos de dos años, ha logrado cosechar -con sus aliados en Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia- más de 5,2 millones de votos, el 20,6% de los emitidos, y 69 diputados. Su cabeza de lista, Pablo Iglesias, y sus aliadas Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y Mónica Oltra, vicepresidenta valenciana, muy activas en la campaña, refuerzan sus posiciones de liderazgo en la izquierda y de impulso a unas nuevas políticas sociales y territoriales.

4. Ciudadanos, otro emergente emergido. Apenas un año después de saltar desde Cataluña al conjunto de España, la formación reformista liderada por Albert Rivera suma 3,5 millones de votos, casi el 14%, y logra 40 escaños, una cosecha muy valiosa en un sistema electoral que penaliza a los medianos y pequeños. Por su posición central en la escala ideológica, con capacidad de pactar hacia izquierda y hacia derecha, previsiblemente jugará un papel determinante en los pactos de la legislatura.

5. En Cataluña, mucho cambio. Aunque son elecciones muy diferentes, los resultados de ayer se parecen poco a los de las autonómicas de septiembre. En Comú Podem -el gran dominador- multiplica por 2,5 los votos que tuvo entonces, ERC supera a DiL (antes Convergencia) y cosechan por separado casi medio millón de votos menos que juntos en Junts pel Sí en septiembre, Ciudadanos pincha en casa (unos 735.000 votos entonces, 490.000 ahora)… Ese nuevo mapa, con ERC por encima de la vieja Convergencia, debilita aún más a Artur Mas y probablemente determine en breve algún cambio en el proceso secesionista.

6. Sorpresas en País Vasco y Navarra. Podemos gana en votos en la primera, aunque logra un escaño menos que el PNV, y se acerca mucho al ganador en la segunda, UPN-PP. Uno de los perdedores es Bildu, que es solo cuarto en el País Vasco -con dos escaños, como el PP- y no logra representación en Navarra. En esta última tampoco logra escaño Geroa Bai.

7. Andalucía, granero socialista, pero menos. Le aporta al PSOE uno de cada 4 diputados, deja muy atrás en la región a Podemos (a unos 650.000 votos menos), pero ha visto cómo se le acerca mucho el PP, que consigue 21 diputados por 22 los socialistas.

Y 8. El sistema electoral sigue provocando distorsiones. Al PP, cada escaño le cuesta de media unos 58.500 votos. Al PSOE, unos 61.300. A Podemos, unos 75.000. A Ciudadanos, unos 90.000. Y a la Izquierda Unida de Alberto Garzón, ¡unos 460.000!

Rajoy no da entrevista a ’20minutos’

Nada más volver de verano, comenzamos en 20minutos a preparar la cobertura de la campaña electoral. Programamos reportajes, informes, cobertura diaria, comparativas, vídeos, el especial web, la encuesta después… Creamos un formato especial: desayunos informativos en la redacción. El 15 de octubre estuvo aquí Pablo Iglesias. El 3 de noviembre, Albert Rivera. El 19 de noviembre, Pedro Sánchez. Del PP, el 22 de septiembre Pablo Casado… pero no conseguimos ni a Rajoy ni a Soraya Sáenz de Santamaría. ¡Y mira que insistimos!

Debate interno sobre las entrevistas. ¿A todos los cabezas de listas de partidos estatales, aunque las encuestas les den mal, como a IU y a UPyD? Sí. ¿Y a los de las dos fuerzas emergentes, Ciudadanos y Podemos? También. Anteayer, miércoles publicamos en ediciones impresas y en web la de Alberto Garzón (IU) y la Andrés Herzog (UPyD). Ayer, jueves, la de Pablo Iglesias (Podemos) y la de Albert Rivera (Ciudadanos). Hoy viernes, la de Pedro Sánchez (PSOE)… pero no, no tenemos la de Mariano Rajoy (PP). No nos la ha dado. «Te va a hacer un doñana», me auguraron hace unos días, «como al Debate a 4».

¡Y mira que hemos insistido! Llamadas, rellamadas, correos, whatsapps, sms (y no es señalar). Se lo dije al propio Rajoy el 21 de octubre en un acto en el que coincidimos. «En 2008 nos diste entrevista. En 2011 no. Ahora toca sí». No me dijo que no, pero ha sido que no. Un doñana.

La batalla por el indeciso entra en el cuerpo a cuerpo a cuatro

La batalla por el indeciso ante el 20-D se recrudece, y en varios frentes: En los debates televisivos, en las propuestas novedosas de última hora, incuso en la divulgación de rumores de todo tipo.

Pablo Iglesias prometió ayer en Barcelona que, si gobierna, habrá un referéndum en Cataluña en menos de un año. Mariano Rajoy ha prometido esta mañana que, si gobierna él, eliminará el pago de IRPF a los jubilados que sigan trabajando y, durante el primer año, a los jóvenes que encuentren su primer empleo. Albert Rivera se apropia de frases y de eslóganes que hasta ahora sólo decía Iglesias: «Si podemos rescatar a los bancos, podemos rescatar a las familias y a los emprendedores. ¡Sí se puede!». Pedro Sánchez repite y tripite que, si todos le atacan a él y le dan por políticamente muerto es porque ven en el PSOE a la única alternativa que realmente puede sacar al PP del Gobierno…

Y mientras, circula por Madrid el runrún de que el periodista Fulanito guarda para los últimos días de la campaña una información sobre corrupción tan explosiva que va a destrozar de modo inmisericorde a uno de los candidatos. (Pero no os alarméis aún, pasa casi todos los años a esta distancia de las urnas, puede que sí y puede que no).

La batalla de Madrid, clave del 20-D

Una de las mayores sorpresas del Preelectoral del CIS que conocimos ayer estaba en su previsión para Madrid. El instituto público de investigación de opinión pública augura que el PSOE será superado aquí no sólo por el PP sino también por los dos partidos emergentes, Ciudadanos y Podemos, y que se convertirá en la cuarta fuerza política. Los 36 escaños que se reparten en la principal circunscripción española -más del 10% del total de diputados- quedarían el 20-D así, según el CIS: PP, 14-13; Ciudadanos, 10. Podemos, 6-7. PSOE, 5. IU, 1.

He hecho el ejercicio de irme a las elecciones más recientes, las autonómicas de mayo pasado. A los votos reales que recogieron en aquellos comicios en la Comunidad de Madrid las cinco formaciones -PP 1.047.056 votos; PSOE, 804.692; Podemos, 587.949: Ciudadanos, 383.874; IU, 130.890-, les he aplicado la Ley D’Hondt para los 36 escaños que se adjudican el 20 de diciembre, y me sale esto: PP, 13. PSOE, 10. Podemos, 7. Ciudadanos, 5. IU, 1.

Si te fijas, verás que la proyección de aquellos votos de mayo y la previsión que ahora hace el CIS arrojan resultados prácticamente idénticos para PP, Podemos e IU y cambian radicalmente para PSOE y Ciudadanos, que pasan de un 10-5 en la proyección de los datos reales de mayo a un 5-10 en las encuestas del CIS ahora. ¡Qué enorme diferencia!

¿Qué ha pasado en apenas medio año? ¿Cómo es posible que se mueva tanto el voto y en solo dos de los cinco principales jugadores? ¿Se ha venido abajo el madrileño Pedro Sánchez (PSOE) en su propio campo de juego? ¿Es creíble que el trasvase de votos se haya producido sólo del PSOE a Ciudadanos? ¿Las posiciones de derecha -PP- y de izquierda -IU y Podemos- no se han alterado prácticamente nada, y sin embargo en el centro se ha producido un trasvase intenso desde PSOE a Ciudadanos, de modo que el primero se está convirtiendo en casi residual y el segundo en piedra angular? ¿Estará pasando otro tanto en otros territorios, no sólo en Madrid? ¿Está el Ciudadanos de Albert Rivera sustituyendo al PSOE de Pedro Sánchez como el partido más centrado y más centrista del espectro ideológico español, y el único capaz de articular mayorías de Gobierno tanto a su derecha como a su izquierda, en estos nuevos tiempos de fragmentación del voto y ausencia de mayorías absolutas, en los que la capacidad de pactar en muchas direcciones es el activo más importante? ¿O estamos asistiendo más bien a un error de la muestra y de la cocina del CIS en Madrid, y el 20-D pondrá realmente las cosas en su sitio, en un escenario más parecido al de mayo?

PD. Me han contado esta mañana que estudios propios del PSOE le dan 8 escaños en Madrid, un poco más cerca de los 10 de la proyección con los votos de mayo que de los 5 de las encuestas del CIS. ¿Será así?

Este es nuestro candidato a presidente del Gobierno, Albert, pero si no te gusta tenemos otra

Las calles se han llenado esta noche de carteles electorales con las caras de los candidatos para el 20-D. Unos nos miran a la cara, otros miran no sabemos muy bien dónde, ni por qué sonríen.

En las calles del centro de Madrid, sorpresa: he visto esta mañana al venir hacia la redacción tantos Marianos como Sorayas, y muchos de ambos. En varias grandes avenidas que he cruzado, el presidente del Gobierno y número 1 del PP por Madrid, Mariano Rajoy Brey, cuelga en los cartelones de las farolas de las aceras de los impares y la vicepresidenta del Gobierno y número 2 de la lista del PP por Madrid, Soraya Sáenz de Santamaría, en las de los pares, tan retocada por cierto su imagen que de lejos -la edad, la presbicia…- me parecía Tejerina más joven y más alta.

Es como si, a la luz de las encuestas, que dicen que el PP necesitará para gobernar sí o sí el apoyo de Ciudadanos, le dijeran ya en el día menos 16 al líder de esta formación, Albert Rivera, parafraseando a Groucho Marx:
-Este es nuestro candidato, Albert, pero si no te gusta, tenemos otra.

El 20-D también se juega en online

Enhorabuena a elpais.com, que ha conseguido organizar el primer debate electoral digital de nuestra historia para unas elecciones generales y al que tienen confirmada la asistencia tres de los cuatro principales candidatos a presidente del Gobierno para el día después del 20-D: Pedro Sánchez (PSOE), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Podemos).

Hace dos campañas, en las elecciones de 2008, desde 20minutos.es
promovimos un debate online entre los candidatos de los dos grandes partidos de entonces, José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y Mariano Rajoy (PP). Lo abrimos desde el primer minuto a todos los medios online que se quisieran sumar a la iniciativa, y se sumaron muchísimos, desde grandes diarios a modestos blogs.

Al final, tras muchas idas y venidas, muchas llamadas, correos y reuniones, el PSOE -que estaba en el Gobierno- aceptó nuestra propuesta, pero el PP -que estaba en la oposición- no se atrevió, y no pudimos hacer finalmente el debate porque nos faltaban la mitad de los convocados. Veo que ahora tampoco han conseguido los colegas de elpais.com que Rajoy acuda al ciberdebate, pero este sí se va a celebrar, con asistencia del 75% de los llamados.

Se equivoca en la inasistencia el director de campaña del PP, Jorge Moragas -si es que ha sido él, que lo dudo de su inteligencia-. Las batallas electorales ya no se juegan sólo en los mítines, los medios impresos, la radio y la televisión. Los medios online, las redes sociales y el conjunto del entorno digital son cada día más determinantes en el debate público y en la formación de la opinión pública sobre todo tipo de asuntos. Incluso en la decisión del voto.

El factor edad: Rajoy 60, Sánchez 43, Iglesias 37, Rivera 36, Garzón 30

Un veterano ya cerca de la edad legal de jubilación y que lleva varias décadas en coche oficial y cuatro jóvenes que han pasado hace casi nada a la primera línea de la política y están vírgenes en gestión. En las elecciones del 20 de diciembre va a jugarse un partido entre experiencia y bisoñez o -visto de otra manera- entre un candidato que está ya un poco de vuelta de todo y otros cuatro que están llegando con mucha hambre de balón.
El 20-D, el día de las elecciones, Mariano Rajoy (PP) tendrá 60 años; Pedro Sánchez (PSOE), 43; Pablo Iglesias (Podemos), 37 (los cumple este sábado); Albert Rivera (Ciudadanos), 36 (los hace en un mes); y Alberto Garzón (IU), 30 (los hizo la semana pasada).
Son unas diferencias enormes en sus extremos: 17 años del mayor al segundo mayor; 30 años del mayor al más joven. Salvo en los primeros años de la transición, nunca en las elecciones generales de la democracia ha habido tanta brecha de edad entre los principales líderes.
En las elecciones de 2011, celebradas el 20 de noviembre, Rajoy tenía 56 años; Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE), 60; Cayo Lara (IU), 59; y Rosa Díez (UPyD), también 59. Sólo 4 años de diferencia entre los extremos. Ganó Rajoy.
En las de 2008, el 9 de marzo, José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) tenía 47; Rajoy, 52; y Gaspar Llamazares (IU), 50. Solo 5 entre los extremos. Ganó Zapatero.
En las de 2004, celebradas el 14 de marzo, Zapatero tenía 43; Rajoy, 48; y Llamazares, 46. También 5 años entre los extremos. Ganó Zapatero.
En las de 2000, el 12 de marzo, José María Aznar (PP) tenía 47; Joaquín Almunia (PSOE), 51; y Francisco Frutos (IU), 60. Una ligera excepción, por Frutos: 13 años de diferencia entre los extremos. Ganó Aznar.
En las de 1996, el 3 de marzo, Aznar tenía 43; Felipe González (PSOE), 53; y Julio Anguita (IU), 54. 11 entre los extremos. Ganó Aznar.
En las de 1993, celebradas el 6 de junio, González tenía 51 años; Aznar, 40; Anguita, 51. 11 entre los extremos. Ganó González.
En las de 1989, el 29 de octubre, González tenía 47; Aznar 36; Anguita, 47. 11 entre los extremos. Ganó González.
En las de 1986, celebradas el 22 de junio, González tenía 44 años; Manuel Fraga (AP, luego PP), 63; y Adolfo Suárez (CDS), 53 años. 19 entre los extremos, por Fraga. Ganó González.
En las de 1982, 28 de octubre, González tenía 40 años; Fraga, 59; Landelino Lavilla (UCD), 48; y Santiago Carrillo (PCE), 67. Otra excepción: 27 entre los extremos, por el efecto Carrillo, nacido en 1915. Ganó González.
En las de 1979, el 1 de marzo, Suárez tenía 46 años; González, 36; Carrillo, 64; y Fraga, 56 años. 28 de distancia entre los extremos. Ganó Suárez.
En las de 1977, celebradas el 15 de junio, Suárez tenía 44 años; González, 35; Carrillo, 62; y Fraga, 54 años. Entre los extremos, 27 años. Ganó Suárez.

Algunas conclusiones estadísticas:
-Tras 11 elecciones generales de la democracia, en 9 ocasiones ganó un candidato quadragenario o cuarentón (Suárez en 1977 y 1979; González en 1982, 1986 y 1989; Aznar en 1996 y 2000; Zapatero en 2004 y 2008) y en 2 un quincuagenario o cincuentón: González en 1993 y Rajoy en 2011.
-Nunca ha ganado un treintañero. Nunca tampoco un sesentón.
-El más joven al ganar, González en 1982. Tenía 40 años, 7 meses y 26 días de edad.
-El más mayor al ganar, Rajoy en 2011. Tenía 56 años, 7 meses y 24 días.

PD. La semana pasada, preguntada sobre sus posibilidades de relevar a Mariano Rajoy como cabeza de lista del PP en las elecciones del 20-D, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo : «Lo que sea sonará».
El 20-D, Sáenz de Santamaría tendrá 44 años.

Nadie puede con Rajoy como político peor valorado

Eran encuestas distintas y ámbitos diferentes: España entera en un caso, una comunidad autónoma o un gran municipio en los otros. Las fechas, parecidas. Del 1 al 9 de julio en el caso de la encuesta a nivel nacional y de finales de mayo a finales de junio en el resto. El encuestador, el mismo: el CIS. Y la pregunta exactamente la misma:

«Le agradecería que me indicara si conoce a cada uno/a de los/las siguientes líderes políticos/as y que valoración le merece su actuación política. Puntúelos/las de 0 a 10, sabiendo que el 0 significa que lo/a valora muy mal y el 10 que lo/a valora muy bien»

La primera encuesta era el Barómetro del CIS de julio pasado, publicado a primeros de agosto. Las segundas, las Postelectorales de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015, publicadas ayer. Podemos por tanto, considerar las notas prácticamente homogéneas. Y son estas, ordenadas de mejor a peor:

Uxue Barcos, 6,20

Ada Colau, 6,05.

Manuela Carmena, 5,99.

Mónica Oltra, 5,85.

Ángel Gabilondo, 5,83.

Guillermo Fernández Vara, 5,47.

Miguel Ángel Revilla, 5,39.

Joan Ribó, 5,06.

Xavier Trías, 4,88.

Cristina Cifuentes, 4,73.

Juan Vicente Herrera, 4,61.

Ximo Puig, 4,51.

José Antonio Monago, 4,43.

Pedro Santisteve, 4,28.

Luisa Fernanda Rudi, 4,23.

Javier Lambán, 4,21.

Emiliano García Page, 4,18.

Javier Fernández, 4,11.

Pablo Echenique, 3,91.

Pedro Sánchez, 3,84.

Gaspar Llamazares, 3,61.

María Dolores de Cospedal, 3,51

Cayo Lara, 3,42.

Alberto Fabra, 3,38.

Soraya Sáenz de Santamaría, 3,17.

Rosa Díez, 2,97.

Esperanza Aguirre, 2,96.

Rita Barberá, 2,87.

Mariano Rajoy, 2,61.

El listado no recoge a algunos políticos relevantes que ni tenían elecciones en mayo pasado ni están en el Congreso de los Diputados -Artur Mas, Oriol Junqueras, Susana Díaz, Íñigo Urkullu, Alberto Núñez Feijóo, Albert Rivera, Pablo Iglesias, Alberto Garzón…-, pero aun así, da para muchas conclusiones. Algunas mías:

-Los políticos nuevos tienden a irse a la parte alta de la tabla, estén en el partido que estén.
-Los que llevan ya muchos años en el candelero tienden a irse hacia abajo.
-Muchas mujeres en la parte buena de la lista. Copan las 4 primeras posiciones.
-Los nombres del ámbito local y autonómico salen por lo general mejor valorados. Y los de ámbito nacional, peor.
-Nadie le disputa al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el título de político peor valorado, al menos nadie del primer nivel de la política nacional, autonómica y local (en su Gobierno, sí: Báñez, 2,40; Soria, 2,27; Montoro, 2,07…).

Y una pregunta:
¿Puede alguien tan mal valorado como lo está ahora Rajoy ganar unas elecciones tan reñidas como serán las generales del próximo 20 de diciembre?

El nuevo curso, en solo 5 grandes claves

Todos los cursos políticos parecen importantes cuando comienzan, pero este más que importante se diría decisivo, crucial. Estas son las claves a las que habrá que estar especialmente atentos:
-1 Nuevos tiempos políticos. No es seguro que las elecciones generales previstas para otoño confirmen o no la salida de Mariano Rajoy (PP) del poder y una posible alternancia al centro izquierda o a la izquierda, pero sí parece que –como en muchos ayuntamientos y comunidades autónomas en mayo- se abre un nuevo periodo sin mayorías absolutas en el Congreso y de más diálogo, pactos y compromiso entre las diferentes fuerzas políticas. A priori, Pedro Sánchez (PSOE) tiene más papeletas de ser figura central en este nuevo periodo, apoyado en Pablo Iglesias (Podemos) o en Albert Rivera (Ciudadanos), o en ambos en diferente escala –uno en el Gobierno, otro en el Parlamento-, si bien Rivera también puede ser muleta de Rajoy. La gran coalición (PP + PSOE) parece descartada.
2. Cataluña en la encrucijada. Otras elecciones, las del 27 de septiembre en Cataluña, determinarán si la operación independencia emprendida por Artur Mas acelera o si entra en declive. Una u otra hipótesis afectarán mucho al conjunto de la política estatal.
3. El cómo de la mejora económica. En la economía, todo indica que –salvo sobresaltos globales, como los recientes de China o del derrumbe del precio del petróleo- vamos hacia un panorama mejor que el de cursos pasados, aunque está por ver si eso cala realmente al bolsillo y a la confianza del ciudadano medio. Tras las elecciones generales, quién administre y cómo tras esa expectativa de bonanza determinará si se corrigen o no los recortes y retrocesos del Estado del Bienestar y la creciente desigualdad en la sociedad española.
4. Las enseñanzas de la corrupción. Gürtel, Bárcenas, Noos, ERE, Palau, Tarjetas B, Púnica… Algunos de los grandes escándalos de corrupción de los últimos años van a entrar aún en mayor ebullición en los juzgados en los próximos meses, y otros celebrarán esta temporada sus respectivos juicios. Las investigaciones y las sentencias -y las reacciones a ambas- dirán si la sociedad en su conjunto y los políticos y los partidos en particular aprenden algo de estas horribles manchas de nuestra historia reciente.
y 5. Un mundo que empeora. Ojo también a la que se presenta como nueva gran crisis global: la de seguridad provocada por el yihadismo –sea el de lobos solitarios en Occidente o sea del Estado Islámico en Oriente Medio- y la de fortísimos movimientos migratorios internacionales, inducidos por la inseguridad -conflictos bélicos, Estados fallidos, etc.- o por pobreza extrema. Las previsiones son pesimistas. Nada indica que en esto se vaya a mejorar.