La única cosa dulce en mi vida o la caída de Don

Atención, SPOILERS «Aquí es donde crecí.» Don contempla junto a sus tres hijos el decrépito burdel. En las escaleras, un niño pobre y negro, reflejo de Dick Whitman, se come un polo. Suena la nostálgica canción ‘Both Sides Now’, de Judy Collins, y Sally mira a Don. Don mira a su hija y, por un momento, creemos que hay esperanza, que existe posibilidad de redención. «So many things I would have done, but clouds got in my way», canta Collins. Y es en esta maravillosa escena final cuando encontramos sentido al póster promocional, que mostraba a Don contemplándose a sí mismo, caminando en dirección opuesta. Porque la aceptación de sí mismo, del hombre que fue, es lo único que puede salvarle de la negrura en la que ha estado ahogándose durante la sexta temporada, y que ha venido forjándose desde el inicio de ‘Mad Men’.

Sin embargo, no sé si habrá redención o Don ya está demasiado lejos de ella. Ha tocado fondo, y lo ha hecho de una manera patética, vergonzante, perdiendo por completo los papeles, sumergiéndose en esa sentimental melancolía sin freno de los alcohólicos, con la mano temblando por el síndrome de abstinencia mientras vomita su historia del chocolate Hershey en el peor momento posible, tapándose los ojos con las manos, gimoteando mientras confiesa: «Lo más cerca que estuve de sentirme querido fue por una chica que me hacía revisar los bolsillos de sus clientes mientras se acostaban. Si conseguía más de un dólar, ella me compraba una tableta de Hershey. Y me la comía solo, en mi habitación, con gran ceremonia… sintiéndome como un chico normal. Ponía dulce en el envoltorio. Esa era la única cosa dulce de mi vida

Y lo más terrible de todo es que ya ni nos da pena. Don se ha convertido en un personaje peripatético no sólo en sus relaciones laborales, sino en sus afectos: obligando a Sylvia a quedarse encerrada en la habitación del hotel y estar dispuesta para él en todo momento, acostándose de nuevo con su ex, sintiendo celos de Megan y, a su vez, ignorándola por completo… Don ha perdido su carisma. Ante la nueva juventud que oye a Janis Joplin y que fuma marihuana, él es un veterano de Corea, un hombre que ya está dejando atrás la juventud y que ve sombras de muerte, un crápula, un mujeriego, un egoísta, un mentiroso. Y lo más importante, una persona que no se acepta a sí mismo y que ha buscado en el éxito laboral una felicidad que no existe.

Peggy en una posición que nos recuerda algo, ¿verdad?

Milagros a Lourdes
Como no creo en los milagros ni en los cambios de personalidad, pienso que esta mirada al pasado en compañía de sus hijos, reconociendo quién fue, no es más que un espejismo. Su realidad es mucho más complicada: sin trabajo, con un matrimonio infeliz (roto) y una mujer que va a comenzar una nueva vida en Hollywood. Pero esta caída abrupta abre una posibilidad narrativa muy interesante, que siempre ha estado latente: Don hundiéndose en sus recuerdos mientras emerge una vida paralela, la de Peggy, tan parecida a la suya en suplir con trabajo los déficits emocionales, tratando de sepultar el pasado (el hijo que tuvo con Pete y al que nunca visita) bajo una lluvia de premios y reconocimientos. Peggy ocupa su lugar en la oficina y no nos extraña. Es la mujer emancipada que renuncia a una vida personal plena: la nueva historia de los nuevos tiempos.

Bon Benson y otras incógnitas
Esta temporada, muy sólida y compleja en cuanto al desarrollo del personaje de Don, ha tratado de manera superficial a la mayoría del reparto protagonista. También ha sido caótica a nivel narrativo, aunque hayan intentado otorgar cierta coherencia iniciando la serie en Navidad y cerrándola en Acción de Gracias. Asimismo, la historia del ¿ascenso? de Bon Benson, que tanta rumorología ha generado en las redes sociales y con las que nos hemos divertido mucho, ha restado fuerza y presencia a otros personajes. Hagamos un repaso:

Joan 
Ha estado casi desaparecida. Tras la enorme repercusión de ‘Another Woman’ de la quinta temporada, la despampanante pelirroja básicamente ha figurado para pasear sus sinuosas curvas en la oficina y poner morritos de vez en cuando. Me hubiera gustado ver cómo cambiaba su rol dentro de la empresa o cómo intentaba jugar sus bazas en un mundo de ejecutivos libidinosos. Sólo ha habido pinceladas de esta historia y la he echado de menos.

Betty 
Betty es un personaje maravilloso, una mujer tan desagradable como extraña. Weiner la ama, se nota, y de vez en cuando le otorga escenas increíbles. En esta temporada ha tenido dos momentos impagables, ambos en la cama como escenario. La primera escena con Francis, bromeando sobre si estaría interesado en violar a la jovencita violinista (mientras ella la sujeta) para dar un poco de chispa a su vida sexual, y la segunda, con Don en la cabaña, diciéndole a su ex tras hacer el amor: «Esa pobre chica (Megan) no sabe que quererte es la peor forma de llegar a ti.» Por cierto, que en el episodio noveno asistimos a su insólita transformación: Betty deja atrás los helados con sirope y vuelve a ser una sirena.

Sally
El impecable trabajo de Kiernan Shipka y sus estupendas escenas han convertido a Sally Draper en uno de los personajes protagonistas. Sally es una adolescente que debe desmitificar la figura paterna, pero encontrárselo encima de la vecina duele. Y mucho. Su rebeldía, su fragilidad, la capacidad de manipular a su madre y su nueva vida en el internado me interesan sobremanera. ¿Se acostará por primera vez con su amigo telefónico al que también le ha salido bigote? Decididamente quiero verlo.

Megan
Se ha dado cuenta de que es una marioneta más en la vida de Don. «Antes solía tener lástima por tus hijos, pero ahora me doy cuenta que todos vamos en el mismo barco», exclama cuando Don le dice que no irán a California. Mucho me temo que la ingenua muchacha que bailaba el ‘Zou Bisou Bisou’ está hasta el moño del fantasmagórico y alcoholizado Don. Y, qué demonios, ¡tenía que ir a Hollywood a rodar una película! Por cierto, la famosa camiseta con la estrella de Vietman (la que llevaba Sharon Tate) habla de su posicionamiento ideológico respecto a la guerra, opuesto al de su marido. Para este matrimonio no hay muchas salidas…

Pete
Tras su idilio traumático con Rory Gilmore, Pete Campbell necesitaba un cambio de rumbo. Esta temporada ha protagonizado una de las historias más demenciales: la de su madre y Manolo, el enfermero español, una relación que ha acabado en ¿asesinato?, auspiciada por esa gran incógnita que es Bob Benson. Pete, como en las comedias antiguas, ha abierto y cerrado puertas, se ha enfrascado en peleas donde ha perdido los papeles, ha gritado a su secretaria y ha hecho el ridículo en Detroit. O se va de la agencia o mata a Benson. Por cierto, ¿entendéis que investigue a Bob para, finalmente, no hacer nada? Yo no. 

Ted
Iba de buen chico, pero, al final, consigue lo que quiere (llevarse a Peggy al catre) y después tiene remordimientos (no me digas). Parecía que fuera distinto a los otros pero, cuando ve a Peggy enseñando pechuga, le entran los celos locos y va tras ella. La rivalidad entre Ted y Don tampoco ha sido una de las tramas más fuertes, pero ha quedado un momentazo para el recuerdo: ese loco viaje en avioneta, con Don aferrándose a la agarradera, aterrorizado y sudando a lo bestia. Pues nada, Ted se va a California. Buen viaje, cuida de tu familia y no te líes con una actriz (no es que perdamos mucho. En fin).

Roger
Tuvo un gran momento. El episodio del funeral de su madre. Después, simplemente ha estado ahí, haciendo enfadar a su hija y poco más. Bueno sí, recibió un puñetazo en sus partes nobles a manos del productor enanito en ese estupendo episodio que fue ‘The Tale Of Two Cities’, y le cantó las cuarenta a Bob Benson, que ronda a Joan más de lo que le gustaría y se exhibe sin pudor con bañadores apretados.

Bob Benson o la gran X
¿Quién es Bob Benson? Él ha sido el macguffin de esta temporada. Hemos ido tras sus pasos como pollos sin cabeza y hemos especulado todo tipo de locuras. ¿Es el hijo de Don? ¿Quiere hacer chantaje a alguien? ¿Es un oportunista que se vale de sus melosas sonrisas para escalar puestos? ¿Es una Eva al Desnudo en potencia? ¿Es el amante de Manolo? ¿Quiere carne de Pete para cenar y no precisamente a la plancha? Pues nos hemos quedado con las ganas de saber más. Lo cierto es que su inclusión en la serie ha sido un aliciente, pero también ha restado protagonismo a otras historias quizás más interesantes. Esperemos que todos los esfuerzos empleados con Bob esta temporada sirvan para una gran trama en la siguiente.

Viendo El planeta de los simios, memorable escena

De ‘La semilla del diablo’ a Janis Joplin
Y no podía finalizar el post sin hacer referencia a todos esos detalles que nos han retrotraído a los fantásticos sixties, porque ésta ha sido la temporada la guerra del Vietnam, los asesinatos de Martin Luther King y de JFK, de la música rock y la psicodelia (Janis Joplin, Bing Crosby, Elvis Presley, Mitch Ryder & The Detroit Wheels, Sergio Mendes & Brasil ’66, The Mamas & The Papas, Ozzie Nelson, Janis Joplin, Little Alice, etc.), de los conflictos sociales en las calles, de los grandes acontecimientos retransmitidos por televisión, de los swingers. Y también la temporada del cine, con referencias explícitas a grandes iconos de la pantalla como ‘La semilla del diablo’ y ‘El planeta de los simios’, donde vemos a un Don humanizado en una de las mejores escenas de la temporada.

Dentro de este contexto se enmarca uno de los episodios más locos y atractivos de la ‘season’, ‘The Crash’, una especie de oasis entre la amargura, con ese médico estrafalario administrando a los publicistas una extraña droga energética que les lleva a cometer locuras sin fin: carreras, claqué y hasta un disparatado juego emulando a Guillermo Tell. Aunque rompiera la serialidad, ¡cuánto disfrutamos y qué risas nos echamos al comentarlo!

Por todo ello, y aun con sus defectos, esta sexta temporada ha borrado las dudas que provocó en mí la irregular temporada anterior y, a pesar de su tono lóbrego, ha conseguido tener momentos luminosos y divertidos de pura comedia. Y lo más importante: ha abierto la puerta al brillante final de una de las mejores series que hoy en día están en antena. 

Si te ha gustado este artículo quizás quieras leer
El infierno de Don Draper (Review de los cuatro primeros episodios de la sexta temporada)

11 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Lledó AP

    No te imaginas cuánto disfruto leyendo tus posts… Suscribo palabra por palabra… 😀

    26 junio 2013 | 16:47

  2. Muchas gracias, yo también disfruto mucho con tus excelentes recomendaciones del blog!! Por cierto, que estoy viendo The Crimson Petal and The White (recomendación tuya) y pasándomelo en grande. Muchas ganas de escribir sobre ella! Un beso y gracias :))

    26 junio 2013 | 16:58

  3. Dice ser Lledó AP

    Yeah!! Si es que nos queremos la vida… #ains

    26 junio 2013 | 17:18

  4. Mucho HAMOR! #dobleains ;))

    26 junio 2013 | 18:26

  5. Dice ser Pepino

    Con la aparición de Bob Benson en Mad Men me pasa un poco como al padre antiguo al que no le gusta el novio nuevo de su hija aunque sea un buen tío. Soy muy, muy fan de Mad Men y son muchos años disfrutando del núcleo duro del reparto, quiero mucho a Roger, Joan, Peggy, Betty, Pete (sí, hasta a ese pobre diablo), Sally… Y me cuesta mucho aceptar a un personaje que entre ya al final de la serie y les «robe» minutos e importancia a ellos. A pesar de que he disfrutado mucho las tramas del bueno de Benson, siempre que aparece pienso «no quiero verte en MI serie, fuera». En cualquier caso, gran análisis de la temporada y por supuesto In Weiner We Trust!!!

    27 junio 2013 | 11:08

  6. Gracias Pepino! Me pasa igual que a ti, aunque me ha entretenido la trama de Benson he echado de menos más escenas con «el núcleo duro», como bien dices, de la serie. Por cierto, lo de «No quiero verte en MI serie, fuera», me lo apunto, que me ha dado mucha risa! (lo repetiré como mantra cuando salga en la próxima temporada, jejeje). A ver en qué queda tanto rollo con Bob Eva al Desnudo Benson). Y, SÍ, Weiner ha creado una de las mejores series de la tele, y confío (confiamos) en que el final esté a la altura. En cuanto termine me voy a pegar un buen maratón, porque me parece ya muy lejano el día que empecé a ver ‘Mad Men’. Muchas gracias por pasar a visitarme y por la charrera!! 🙂

    27 junio 2013 | 12:08

  7. Esa escena del final de esta temporada me hace llorar, no se si es porque estoy en algo similar con mi hija ya que esta en la preadolescencia y tal vez la voy perdiendo esa imagen inocente de antaño.. es increible, que buena serie, te hace recordar de que todos somos miserables pero a la vez hay una esperanza que nos hace continuar.. no lo se.. espero la ultima temporada nos deje mas de que hablar, saludos desde venezuela

    27 junio 2013 | 15:25

  8. Esa escena del final de esta temporada me hace llorar, no se si es porque estoy en algo similar con mi hija ya que esta en la preadolescencia y tal vez la voy perdiendo esa imagen inocente de antaño.. es increible, que buena serie, te hace recordar de que todos somos miserables pero a la vez hay una esperanza que nos hace continuar.. no lo se.. espero la ultima temporada nos deje mas de que hablar, saludos desde venezuela

    27 junio 2013 | 15:26

  9. Hola Efren,a mí también me conmovió mucho el final, y puedo comprender lo que dices de tu hija. Algo así le pasa a Don. Sabe que si no la retiene ahora quizás la pueda perder. Es lo bueno que tiene las grandes narraciones, que nos emocionan y nos hacen reflexionar sobre la vida. Yo también estuve con la canción final un par de días en la mente, que me removió sentimientos y nostalgias… Y, claro que sí, estoy convencida de que la última temporada nos va a dar para hablar largo y tendido. Gracias por tu emotivo y sincero comentario, ¡y es un placer saber que me leéis en Venezuela! Un abrazo!!

    28 junio 2013 | 11:18

  10. Dice ser Raimundo Rubio

    Bueno esta claro que la serie continua con el idilio entre Don y Peggy, colorin colorado.Apoteosica continuacion seguro.Menos mal que no lei nada, me hubieras chafado todo. Que disfrute 3 capitulos que me faltaban seguidos de madrugada. Felices vacaciones

    25 julio 2013 | 06:46

  11. Hola Raimundo. ¿Tú crees? A mí no me da la impresión de que vaya a suceder nada entre los dos. Son amigos o, al menos, lo eran. Me alegro que hayas disfrutado de esa triple sesión de Mad Men. También es una de mis favoritas. Por cierto, fíjate siempre cuando pongo ¡ATENCIÓN, SPOILERS!, que son reviews y, efectivamente, pueden chafarte todo. ¡Pero ojo que aviso!! Felices y seriéfilas vacaciones para ti también 🙂

    26 julio 2013 | 13:21

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