
Aunque continúa siendo una serie elegante que se ve con gusto, la quinta temporada de Mad men ha sido la más irregular de todas. Percibo una notable diferencia de calidad entre las historias y un cierto desgaste en los personajes, que ya no nos impactan con sus vivencias sórdidas del pasado ni con sus luchas presentes. Muy a mi pesar, Mad men está comenzando a deslizarse inexorablemente hacia una repetición de fórmula en la que, como bien dice David Simon, suelen caer todas las series a partir de la cuarta o quinta temporada.
Atención, SPOILERS Aún así, su creador Matthew Weiner nos ha ofrecido momentos asombrosos y un capítulo memorable: The other woman, donde nos ha devuelto el espíritu perturbador que ha hecho de Mad men una de las series más personales de la televisión actual. Se podría decir que en esta temporada han convivido historias sorprendentes con otras de menor fuerza. Excelentes han sido las narraciones de Joan y su ruptura matrimonial; la de Peter Campbell en busca de un sueño erótico con el que paliar su aburrimiento marital, o la Roger Sterling haciendo sus pinitos con el LSD.
En el otro extremo hemos visto historias con menos gancho como la de un Don Draper inactivo, cada vez más alejado de aquel atrayente y atormentado personaje que se negaba a sí mismo. O la de Peggy Olson, más aburrida en su éxito profesional que como joven promesa. Por no hablar de lo escasamente atractivos que se han vuelto los retos publicitarios del estudio, que ya no contextualizan la historia en una época sino que se convierten en meros ornamentos de la trama.
Por estas razones, es inevitable pensar que el pez comienza a boquear fuera del agua, aunque todavía puede volver a saltar en la corriente si los guionistas se esmeran. De todas formas creo que no sería conveniente estirar mucho más esta fantástica historia, para que Mad men pueda concluir con la misma dignidad y estilo con la que fue concebida.
Un bailecito un tanto bochornoso
Precedida por una gran (y excelente, por cierto) campaña publicitaria -ese tipo precipitándose al abismo se ha convertido en un icono global-, el anhelo por el estreno de la nueva temporada de Mad men se tradujo en una cierta decepción durante el visionado del primer capítulo. No entendí muy bien la conversión de Draper en un tipo amable, y menos todavía el numerito sensual de Megan, ya que en la anterior temporada se la presentó como una secretaria modosa, capaz de satisfacer los anhelos hogareños de Draper.
Pero la chica era demasiado mona para limitarse únicamente a cuidar de los vástagos del galán publicitario, y tenía que enseñar cachas. Y las enseñó. Vaya que sí. Ruborizando a todo el personal y haciendo que Draper se retorciera en su butaca ante tan bochornoso espectáculo. Pónganse en su lugar. Una fiesta de cumpleaños a la que ni siquiera quieres asistir y, encima, tu mujer reventando la bragueta de los presentes. En fin. Ahí comprendimos una cosa de Draper (y de Megan): que las mujeres que le gustan son guapas pero con una inteligencia emocional algo deficiente. Sin embargo creo no equivocarme al afirmar que todos preferimos a la francesita antes que a la eternamente insatisfecha Betty, de una vacuidad a la altura de su perfecta belleza.
Ahí os dejo el numerito del Zou Zou Bisou que, visto en sí mismo, tiene su gracia.
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Fat Betty |
Fat barbie
Y sigo hablando de Betty, porque su aparición como fat barbie ha sido de las mejores vueltas de tuerca de la serie. Me impactó ese vestido que no entra, ese helado engullido en silencio que esconde los mil y un pesares de esta mujer cruel y desgraciada. Y esa mirada accidental, celosa y airada, al cuerpo desnudo y perfecto de la nueva mujer de Draper. Una mirada que asusta y que, al mismo tiempo, inspira piedad. Sin embargo, el excelente arranque de esta historia no se ha visto respaldado por una profundidad in crescendo, y me he quedado con ganas de saber más sobre su vida, atrapada de nuevo en la insatisfacción y los viajes a la nevera.
El precio de la esmeralda
Otra de las historias mejor narradas de esta temporada (y una de las más perturbadora de la serie) es la de Joan en The other woman. Su toma de conciencia como mujer independiente, tras el ejemplo de Peggy, y su renuncia a la seguridad de su matrimonio, la han convertido en un personaje más interesante. Y el peaje por su libertad y su nuevo status como socia han sido altos. De nuevo, la agudeza del guión vuelve a impresionarnos con la inclusión de ciertas dudas sobre su conciencia. ¿Hasta qué punto rechaza Joan lo que ha hecho? ¿Su pragmatismo le acarreará problemas de insomnio, de respeto hacia sí misma, o merecerá la pena a corto plazo? La sexta temporada lo desvelará.
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Espléndida Alexis |
No acabaré este post sin mencionar la sugestiva presencia de la más joven de las Gilmore Gilrs, Alexis Bledel, que nos ha sorprendido con una pletórica madurez, a años luz de la cándida inocencia de Rory. Me ha encantado verla en ese asombroso papel de ama de casa desquiciada, sometiéndose a la tortura del electroshock para olvidar sus penurias y su vacío existencial. La última escena, amnésica, con el aniñado Pete totalmente perplejo, me hizo olvidar todas las cosas que me habían decepcionado de esta temporada. Ah, y también ese hermoso vídeo final de Megan en blanco y negro que no parece vaticinar nada bueno para los planes matrimoniales algo machistoides de Draper.Si te ha interesado este post quizás quieras leer
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Y no te olvides del momentazo Don-Peggy en ese maravilloso capítulo The other woman. Se me saltaron las lágrimas! Lo que sí que es una pena es que hayan acabado con Lane Pryce y su lado oscuro
01 julio 2012 | 20:05
Yes!! Aunque la historia de Lane nunca me entusiasmó del todo. Creo que la podían haber desarrollado mejor, me pareció un poco previsible. El momento Don-Peggy estuvo muy bien, tienes toda la razón, después de tanto tiempo y tantos secretos compartidos… En fin, que supongo que Peggy volverá. ¿Qué crees tú??
02 julio 2012 | 14:13
Creo que tenemos Peggy para rato (afortunadamente) y encima en la competencia! Aunque no soy nada objetiva, no hablaría de decadencia de la serie, los personajes siguen contándonos historias interesantes a través de sus vidas, tal vez el único más aletargado sea Draper y aún así, ya veremos…
03 julio 2012 | 18:39
Espero que la sexta temporada sea mejor que ésta, pero siempre pasa igual cuando intentan ordeñar la vaca demasiado. Como dices, Mad men sigue contando historias interesantes, pero respecto a las primeras temporadas su calidad ha disminuido bastante. ¡Estarás conmigo si decimos: Weiner, a trabajar!! 😉
04 julio 2012 | 19:01