Harvard ha colgado online nada menos que 32.000 piezas. Es un aperitivo para la celebración, en 2019, de los cien años de la fundación de la institución, que funcionó en tres ciudades alemanas antes de que la presión de los nazis obligase al cierre. El fundador de la Bauhaus, Walter Gropius, emigró a Bostón y fue, hasta su jubilación, decano de la Facultad de Arquitectura de Harvard. De ahí la riqueza del archivo de la universidad.
El repositorio tiene una sección de búsquedas que permite filtrar por autor, técnica, tipo y fecha. Los resultados pueden ser examinados en páginas emergentes donde aparecen detalles, información y contexto sobre cada objeto. Por desgracia —supongo que las jugosas regalías que siguen generando los diseños de la escuela tienen algo que ver—, las imágenes no siempre permiten tener una buena visión de la obra.
Por ejemplo, la ficha de la silla Club B3, de Marcel Breuer, más conocida como silla Wasilly, se limita a cuatro fotos de 256 píxeles por cada lado, sin posibilidad de zoom y mucho menos de giro o cambio de perspectiva.
Pese a ese hándicap, el museo en línea es fastuoso, con obras de la pandilla de genios que se reunieron en el plantel docente de la escuela —cada nombre está vinculado al resultado de la búsqueda en el nuevo e-museo— : el escultor Gerhard Marcks; los pintores Paul Klee, Lyonel Feininger y Vassily Kandisky; el director escénico, de vestuario y tipógrafo Oskar Schlemmer; el fotógrafo László Moholy-Nagy; el diseñador de muebles Breuer; los arquitectos Gropius y Mies van der Rohe…
El nuevo portal ofrece también tres añadidos convenientes: una guía de los archivos que están depositados en Harvard, una cronología histórica de la escuela y un mapa de los alrededores de Boston donde es posible encontrar la huella del centro, cuyo espíritu trasladaron a la ciudad del noroeste de los EE UU Gropius y algunos de sus amigos.
En funcionamiento entre 1919 y 1933, la Bauhaus estaba basada, según decía el manifiesto fundacional, en la destrucción de cualquier tipo de arte que pecase de elitista o esnob: «Las escuelas de arte (…) tienen que volver al taller. Este mundo de pintores, dibujantes y artes aplicadas tiene que convertirse en un mundo que construye (…) Arquitectos, escultores, pintores… ¡Todos tenemos que volver a la artesanía! Porque no existe el arte como profesión«.
Jose Ángel González
Fantástico!
05 septiembre 2016 | 14:57