Un empleado de un «destacado banco» de la ciudad de Dapaong (al norte de Togo) descubre una «gran cantidad de fondos» en la cuenta del exministro de Deportes de Togo, fallecido en un accidente de helicóptero en 2007 (el dato es verídico y refuerza el resto del discurso) y se dirige a ti para que seas el beneficiario. Una chica inglesa de 24 años quiere disuadirte persuadirte para que la ayudes a conseguir los 5 millones de libras que su padre le dejó en herencia: debes hacerte pasar por su marido, ya que ella sólo puede sacar el dinero antes de cumplir los 30 si se casa.
El proyecto Poly-Spam, de la fotógrafa Cristina De Middel (Alicante, 1975), hace sonreir a cualquiera que haya recibido alguna vez este tipo de correo basura en la bandeja de entrada de su correo electrónico. Caracterizados por fabulosas faltas gramaticales y situaciones de profundo dramatismo, los e-mails son la trama ideal para un culebrón, un discurso preparado para el robo de datos o la estafa, pero con un aura de exotismo rocambolesco que hace digna su lectura.
De Middel recoge mensajes que ella misma recibió en su cuenta (los traduce al castellano en su web) y hace fotos para convertir los intentos de timo en una realidad escenificada. Está Sandrine Nzi, de Costa de Marfil, la única hija de un acaudalado empresario dueño de varias minas de oro y que murió «misteriosamente». La artista la imagina escondida bajo la cama de un modesto hotel, al que (tal y como cuenta Nzi) se ha trasladado por temor a que su familia la mate. Está la vidente española Marisol, esperando paciente tu llamada en una habitación oscura y con una carta de tarot en la mano.
En una entrevista que concedió a PHotoEspaña en 2009 con motivo de la exposición de las fotos en una galería de Madrid asociada al festival, la autora habla de estos mensajes como un reflejo de lo que deseamos, «de los sueños que tenemos» y del espíritu altruista que hay en cada uno de nosotros siempre combinado con el ansia de dinero fácil. Aunque el proyecto tenga ya unos años, las historias siguen sonando frescas como si las hubieras recibido hoy en la carpeta de spam.
Helena Celdrán
El verbo disuadir está mal usado, de hecho significa todo lo contrario a lo que se quiere decir:
«Una chica inglesa de 24 años quiere disuadirte para que la ayudes a conseguir los 5 millones de libras…»
DISUADIR: Inducir, mover a uno a desistir de una idea o propósito de hacer algo.
Sería correcto si se usa por ejemplo el verbo Convencer, o Persuadir, que creo que es lo que quería poner el autor/a del artículo.
Saludos!
09 septiembre 2014 | 13:03
Elías, tienes toda la razón. Ya hemos corregido el error.
Muchas gracias por tu aportación.
09 septiembre 2014 | 13:10
Cada día borro varios hemails de esa clase sin siquiera pensar en eso ya que mi sueño es que lean mis novelas al menos mil millones de lectores de este pequeño planeta encharcado y por eso he puesto en varios sitios mi estrategia nueva que dice….Ampliaré mi ignorancia literaria para escribir aún peor,la crítica dirá que soy genial y tendré más lectores http://antoniolarrosa.com
Clica sobre mi nombre
09 septiembre 2014 | 16:52
La idea me parece genial. Cada vez que reciba un correo timo no podré evitar imagiarme la escena del supuesto remitente.
Carla
http://www.lasbolaschinas.com
10 septiembre 2014 | 07:36