Leonard Freed: retratos de la sangre de aquí mismo

Leonard Freed - "Police Work", 1975

Leonard Freed - "Police Work", 1975

La página de la agencia Magnum dedicada a Leonard Freed (1929-2006) recoge esta cita: «En ultima instancia la fotografía versa sobre quién eres. Es la búsqueda de la verdad en relación contigo y esa búsqueda se convierte en un hábito».

El Museo de la Ciudad de Nueva York expone desde hace unos días Police Work 1972-1979 (Trabajo policial 1972-1979), una selección de las tremendas fotos que Freed hizo a lo largo de los años setenta, cuando trabajó como reportero siguiendo a los agentes de la Policía de Nueva York, que entonces era una ciudad violenta y más quebrada socialmente que ahora, lo que ya es decir.

El aserto del fotógrafo sobre la búsqueda de la verdad personal como hábito se hace carne en la colección. A diferencia de otros reporteros de sucesos a los que sólo interesa el teatro del drama y la sangre (Weegee  sería el ejemplo más claro), Freed indaga en el decorado para buscar las grietas por las que acaso pueda entrar un rayo de luz y redención.

Leonard Freed - "Police Work", 1978

Leonard Freed - "Police Work", 1978

Preocupado por todo tipo de cicatrices -también por las derivadas de su privilegiada condición de observador consentido de los manejos policiales-, cada imagen de la espectacular y dramática serie pone en duda los criterios de justicia, orden, violencia, moralidad y libertad y la forma en que son aplicados por el sistema.

No es casualidad que Freed haya titulado la primera exposición pública de la colección (en Londres, en 1973) El espectro de la violencia y que obligase al público a atravesar unas densas cortinas negras antes de entrar en la primera sala. Algunos viajes empiezan y acaban en la oscuridad.

Leonard Freed - "Police Work", 1978

Leonard Freed - "Police Work", 1978

¿Serían posibles hoy estas fotos? Es decir, ¿podría un fotógrafo de un país occidental y aparentemente civilizado retratar lo que sucede en los patios de atrás de las modernas babilonias y la forma en que los uniformados se mueven y conducen?

Me permito opinar que no, que el tiempo de la búsqueda se ha terminado para siempre en este campo, porque ahora son algunos policias (los agentes multimedia) quienes manejan las cámaras y hacen las fotos que desean repartir a la prensa: imágenes convenientemente seleccionadas y con los rostros ocultos y pixelados en un cínico intento de proteger la intimidad de aquellos a quienes reprime la Policía y condenamos todos.

En nuestro mundo los cadáveres y la verdad del escenario se han acabado. Nunca los vemos.

Queda la posibilidad, siempre sustancial, siempre dada a ser gestionada con el tutelaje de una beca de una fundación financiera (otra forma de criminalidad), de retratar la violencia entre los pobres, los parias de la miseria africana, asiática, centroamericana…

Es correcto y benéfico que muestren las vísceras de los pobres, pero personalmente añoro saber de la sangre de las ciudades en las que vivo.

Ánxel Grove

2 comentarios

  1. Dice ser Mike

    Podríais abrir una cuenta en Twittrer donde nos recomendéis cosas tan geniales como esta, música, películas, libros etc de una manera más constante.

    Felicidades por el blog.

    29 diciembre 2011 | 19:58

  2. Dice ser Santi

    Esto es lo que aparece en la página «Police Work: Photographs by Leonard Freed, 1972-1979 features a selection of vintage prints by the Brooklyn-born photographer who documented «life on the beat» with NYPD officers during the tumultuous 1970s. During a time when New York City faced near bankruptcy and was internationally notorious for its high crime rates and social disorder, Freed’s photographs reveal the complexity, the harshness, and the camaraderie of the city’s public safety servants and the people they protected. Highlighting a recent gift to the Museum of the City of New York by his widow Bridgette Freed, the exhibition is a gritty, realistic portrait of ordinary people doing a «sometimes boring, sometimes corrupting, sometimes dangerous and ugly and unhealthy job.»
    Me parece mucho más acertado que tus apreciaciones.
    Yo vi en su día dicha exposición y sobre todo reflejaba la dureza del trabajo policial, en su constante interacción con lo más sórdido y violento de la sociedad. En lo difícil que se hace mantener la ética y la moralidad cuando tu trabajo se desarrolla frente a personas carentes de todo ello.

    29 diciembre 2011 | 21:45

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