Aproveché la enorme y variada concurrencia (los Reyes, Soraya Sáenz de Santamaría, las ministras Pastor y García Tejerina, Albert Rivera, Pablo Iglesias, Cristina Cifuentes, Ximo Puig, Emiliano García-Page, César Luena, Ángel Gabilondo, Pablo Casado, José Manuel López, Begoña Villacís, Rita Maestre, Sara Hernández, Antonio Miguel Carmona, César Alierta, Manuel Pizarro, Amado Franco, Alejandro Echevarría, Catalina Luca de Tena, Luis Enríquez, Carmen Serra, José Gabriel González Arias, Carmen Serra, Enrique Cerezo, Arturo Fernández, Ángel Durández… centenares de personalidades de la sociedad española, no sólo de la política y de la comunicación) para anunciar en mi discurso que estamos trabajando en un nuevo 20minutos de nuevo innovador, en un proyecto que apuesta por el periodismo «independiente, crítico, justo, transparente, distante del poder, ético, social».
Este es el texto íntegro que llevaba escrito para mi intervención. Metí alguna morcilla, algún añadido, pero no quité nada, lo dije todo:
Señor. Señora.
Señora presidenta de la Comunidad de Madrid. Señora vicepresidenta del Gobierno. Señoras ministras. Señores presidentes de Comunidades Autónomas. Señora presidenta de la Asamblea de Madrid. Señora Delegada del Gobierno. Señores secretarios de Estado. Señores candidatos a presidente del Gobierno. Señora presidenta y señor vicepresidente de Grupo Heraldo. Señor presidente de 20minutos Editora. Autoridades. Colegas. Amigos.
Gracias a todos por venir a celebrar con nosotros el XV Aniversario de 20minutos. Gracias, presidenta de la Comunidad de Madrid, por acoger hoy en esta casa de los madrileños a un diario que hace 15 años largos nació madrileño y que hoy es madrileño y, gracias a la tecnología, también global.
En nombre de todo el equipo que durante estos quince años hemos construido 20minutos –de los que hoy seguimos aquí y de los que ya no están con nosotros, pero aportaron también todo su talento y su esfuerzo en este proyecto-, gracias muy especiales, Majestades, Señor, Señora, por vuestra presencia. Gracias por aceptar nuestra invitación para presidir este acto. Muchas y muy sinceras gracias.
Hace ahora no ya 15 sino 16 años, en noviembre de 1999, ocho personas, cuatro mujeres y cuatro hombres, varios de ellos están en esta sala, nos fuimos a una notaría de Madrid a constituir la empresa editora del que iba a ser el primer diario gratuito de la historia de España. Tres meses después, en febrero de 2000, lo lanzamos aquí, en Madrid; y en noviembre de ese mismo año 2000, en Barcelona. Así nacía “el primer diario que no se vende”, un lema que durante muchos años figuró al lado de nuestra cabecera.
Para el lanzamiento de marketing usamos otro eslogan: “Nadie da un duro por nosotros”. Nadie daba un duro por nosotros porque éramos gratis y porque en nuestro mundo, el de la comunicación y el periodismo, nadie creía que aquel recién nacido llegara muy lejos. Estaban equivocados, como veis.
Costó mucho. En 2001 se nos acabó el dinero y el apoyo financiero inicial que habíamos conseguido, y vendimos la compañía a la multinacional noruega Schibsted, con la que lanzamos ediciones en otras 13 grandes áreas urbanas españolas, llegamos a millones de lectores, dimos servicios a miles de anunciantes, lanzamos una potentísima edición online que se ha convertido en la segunda más visitada en castellano en el mundo, promovimos otros medios impresos y electrónicos de diferentes periodicidades y nos convertimos así en un grupo multimedia líder.
Hace apenas cuatro meses, un editor español, Grupo Heraldo, compraba a los noruegos este grupo de medios y abría una nueva etapa en nuestro proyecto, una nueva etapa de la que hoy os contaremos algunos detalles. Gracias, Grupo Heraldo, Pilar, Fernando, familia Yarza, por vuestra apuesta por este proyecto y por este equipo.
Los diarios son seres vivos. Nacen, crecen, se desarrollan… y los que son capaces de adaptarse a los continuos cambios del entorno, al nuevo hábitat siempre cambiante de los lectores, de los anunciantes y de la sociedad en su conjunto, ésos no mueren nunca. El secreto de la longevidad, e incluso el secreto de la eterna juventud, está en los diarios en ser siempre capaces de cambiar, de evolucionar, de innovar.
Durante estos primeros 15 años de vida de 20minutos hemos hecho un diario sobre todo innovador. Innovador era en el año 2000 ser un diario impreso gratuito para los lectores. Innovador era considerarnos pagados con la atención de los lectores y transformar esa atención en ingresos gracias a la publicidad. Innovador era también hacer un diario para la calle, para la gente corriente, para todos los públicos. Para los que votan izquierda y para los que votan derecha y para los que no votan. Innovador era también hacer un diario online variado como el universo, interactivo con los lectores como nadie hasta entonces, actualizado y cambiante cada minuto, las 24 horas del día. Un diario que se ocupara de lo importante pero también de lo interesante. Un diario abierto.
Los diarios gratuitos, los diarios abiertos, podemos presentar una brillante hoja de servicios al conjunto de la sociedad. Reforzamos en nuestras sociedades el derecho a la libertad de expresión y al resto de libertades. Fomentamos la lectura y la trasmisión de conocimiento. Facilitamos el acceso de los ciudadanos a la información, la cultura, la participación y el debate público. Creamos comunidades de lectores y cohesión social. Jugamos, en definitiva, un relevante papel social.
Pero no hablemos ya más del pasado, hablemos ahora del futuro.
Como comentaba antes, nuestra sociedad está cambiando a toda prisa. Todo cambia a nuestro alrededor y de una forma crecientemente acelerada. La revolución tecnológica, la globalización, la crisis económica global… son algunos de los grandes motores de ese cambio. También nuestros hábitos cotidianos están cambiando. Ninguno de nosotros compramos, viajamos, nos relacionamos, nos entretenemos o nos enamoramos como hace 15 años. También nuestros lectores y nosotros mismos como lectores estamos cambiando. Ya tampoco nos informamos como lo hacíamos antes, luego tampoco tenemos que seguir haciendo los diarios, los medios de comunicación, como los venimos haciendo desde siempre. Toca cambiar, toca evolucionar, toca innovar de nuevo. No podemos pararnos.
Dejadme que os cuente una anécdota personal. Antes de fundar 20minutos, yo fui miembro de la dirección de cinco diarios diferentes en muy pocos años. Cada vez que cambiaba de periódico, llevaba un ejemplar de mi nueva cabecera a mi padre, un hombre que no tiene nada que ver con la comunicación y que vive aún hoy en mi pueblo burgalés, Torresandino. Mi padre lo ojeaba superficialmente, echaba un vistazo a los titulares… y me decía:
-Este es el periódico de ayer, ¿no?
-No, padre, es el de hoy –le contestaba yo.
Y él replicaba:
-¡Pero si todo esto lo escuché yo anoche en la radio!
Eran los años noventa, el medio instantáneo era entonces la radio, apenas había en aquellos momentos medios online potentes. Ahora, dos décadas después y tras la eclosión inmensa de medios en internet que se ha producido, tras la multiplicación de los medios instantáneos, ¿tenemos que seguir haciendo diarios impresos con noticias de ayer? ¿Tenemos que seguir publicando diarios de ayer, como diría mi padre?
Los lectores ahora se enteran de las noticias por los medios instantáneos, que son sobre todo los medios online, y se informan en profundidad por los medios impresos innovadores y por los medios instantáneos más ambiciosos: aquellos que son capaces de hacer informaciones menos perecederas, más elaboradas; informaciones y otros contenidos en los que, además de instantaneidad y rapidez, haya jerarquía, profundidad, análisis, conocimiento, punto de vista, criterio, afán de prescripción y de influencia… Así será el nuevo 20minutos, en muy pocas semanas. Un 20minutos de nuevo innovador.
Acabo ya, pero no quiero hacerlo sin una reflexión en voz alta sobre el periodismo en general, en estos tiempos difíciles y confusos. Durante la crisis, agobiados por nuestros problemas económicos y por la dificultad de la transformación digital, muchos medios y muchos periodistas quizás hayamos olvidado en parte nuestra razón de ser fundamental, que –como bien sabéis, señora- no es otra que vigilar al poder y fomentar la pluralidad, el debate público y el buen funcionamiento de la sociedad democrática.
Quizás, aun sin dejar de ser éticos y rigurosos, hayamos hecho a veces un periodismo demasiado obsequioso con los poderosos, un periodismo de mirar en ocasiones hacia otro lado, un periodismo incluso al revés: blando con las espuelas y duro con las espigas. Un periodismo, además, engreído y autocomplaciente, acrítico con nosotros mismos.
Quizás hayamos caído estos años, en definitiva, en la tentación de convertirnos –como decía Noam Chomsky- en la industria de las relaciones públicas de las élites políticas y financieras.
También en eso tenemos que cambiar. Tenemos que dejar de hacer periodismo obsequioso, periodismo complaciente, periodismo cómplice. Necesitamos un periodismo independiente, crítico, justo, transparente, distante del poder, ético, social.
Parafraseando, señor, unas palabras vuestras, del día de vuestra proclamación como rey, necesitamos un periodismo renovado para un tiempo nuevo.
Muchas gracias.
Os tendré aquí al tanto de nuestros pasos en ese proyecto.