140 y más 140 y más

"It's the end of the world as we know it (and I feel fine)" Michael Stipe

Archivo de abril, 2013

Vampire Weekend: concierto en YouTube, ‘bis’ pedido a través de Twitter

El grupo estadounidense Vampire Weekend ofreció el pasado domingo un concierto en Nueva York que pudo seguirse en streaming a través de YouTube.

Fue dentro de una iniciativa patrocinada por American Express –Unstaged– que consiste en juntar a grupos musicales con directores conocidos y programar actuaciones especiales. En esta ocasión, la dirección del espectáculo corrió a cargo de Steve Buscemi, cineasta y actor de Boardwalk Empire, aunque antes han colaborado otros como Gary Oldman o Spike Lee.

La banda aprovechó la ocasión para estrenar algunos temas nuevos de su álbum Modern Vampires of The City -las canciones Everlasting Arms y Obvious Bicycle– y también para regalar a sus fans una serie de divertidos vídeos previos con cameos incluidos, como el de Debbie Harry, cantante de Blondie, protagonista de una cena un tanto surrealista.

 

Aquellos usuarios que estuvieran viendo el concierto online y lo estuvieran también comentando en Twitter tenían preparado, además, una sorpresa. Si se lograban suficientes tuits con el hashtag #AmexUnstaged se desbloqueaba un acceso exclusivo a contenido extra, incluido un bis digital en el backstage. Este:

Si te perdiste el concierto, puedes volver a verlo aquí:

Probando (al fin) Twitter Music, que me convence solo a medias

Twitter Music aún no se puede utilizar en España. Si bien durante las primeras horas de vida de esta nueva herramienta parecía que la web sí estaba operativa en nuestro país, Twitter confirmó hace diez días que de momento solo pueden disfrutar de ella en EE UU, Reino Unido, Canadá, Irlanda, Australia y Nueva Zelanda.

En Genbeta nos cuentan unos trucos para saltarse este obstáculo temporal y yo he decidido tirar por el camino rápido. A través de una cuenta en la App Store del Reino Unido me he podido bajar la aplicación para iPhone.

Mi primera impresión está llena de dudas, ya que creo que el margen de maniobra es escaso: todo funciona a partir de canciones concretas y recomendaciones. No hay interacción con otros usuarios, no se pueden escuchar canciones a demanda, no se pueden hacer listas y para que Twitter Music te recomiende música tienes que seguir a artistas en Twitter, algo que no todo el mundo hace.

Twitter Music

Twitter Music tiene cuatro apartados principales: música popular, nuevos talentos, sugerencias y #nowplaying. El primero es una lista de los temas que más éxito tienen en Twitter, los que más comparten los usuarios. Os podéis imaginar quién ocupa los primeros puestos: Demi Lovato, Rihanna, Justin Timberlake, etc.

La lista que me aparece a mi tiene 140 artistas que se muestran con su foto correspondiente y numerados. Si arrastramos hacia abajo el dedo por la pantalla, se actualiza. Si tocas cualquiera de las fotos, además, se agranda su tamaño y te da la posibilidad de escuchar la canción, seguir en Twitter directamente al artista o visitar su perfil.

¿Escuchamos la canción entera? No. Escuchamos unos segundos por cortesía de iTunes. Si queremos escucharla entera, podemos vincular nuestra app con Spotify o con Rdio, dos servicios de streaming. El problema con Spotify es que si quieres que reproduzca canciones en tu móvil tienes que tener una cuenta premium, es decir, de pago.

Como yo de momento no la tengo, he decidido vincular Twitter Music con Rdio, plataforma a la que he accedido con mis datos de Facebook. Este es un plantallazo del player de Twitter Music y de cómo podemos tuitear desde ahí mismo la canción que escuchamos, usando el icono que está situado arriba a la derecha. La aplicación nos deja añadir texto al tuit, que se publicará con el hashtag #nowplaying:

Twitter Music

En el segundo apartado, el de talentos emergentes, hay artistas desconocidos -«ocultos», dice la app-, aunque también me he encontrado con grupos como Glasvegas, que no son precisamente unos novatos. De nuevo, lo que se recomiendan son canciones específicas.

El tercer apartado, el de sugerencias, se configura a partir de los gustos personales de cada uno. ¿Cómo? Twitter Music se fija en qué artistas sigues en Twitter y en función de eso te recomienda a otros. Yo no seguía a ninguno, así que mi lista estaba vacía.

Decidí entonces seguir a Bruno Mars y entonces Twitter Music comenzó a sugerirme a otros músicos. Si entras en el perfil de un artista desde Twitter Music, la aplicación te muestra debajo a quién sigue ese artista, en este caso, a qué artistas sigue Bruno Mars. Las sugerencias, por tanto, se afinan por una doble vía.

En el siguiente pantallazo podéis ver el perfil de Bruno Mars y, a continuación, qué artistas me sugirió la aplicación después de seguirle:

Twitter Music

Por último, el #nowplaying. Twitter Music te dice la música que han compartido en Twitter las personas a las que sigues.

No me queda claro cuál es el método, ya que, según he comprobado, no todos han seguido el mismo modus operandi: creo que ninguno ha usado, para empezar, Twitter Music; además, mientras unos han compartido la música en Twitter a través de Spotify, otros simplemente han compartido un enlace de Pitchfork.

Así que, supongo que la aplicación hace un barrido por los contactos del usuario y criba por palabras clave o por fuentes. Este es un pantallazo de lo que me muestra -a mi- Twitter Music en relación a lo que han compartido en Twitter mis contactos.

 

Twitter Music

 

Como conclusión principal diré que Twitter Music se apoya en una red social, pero no lo es. Eso puede suponer una desventaja respecto a otras plataformas (como Spotify, claro).

Digamos que Twitter Music es una extensión de Twitter especializada que supone navegar por el contenido musical de Twitter a través de una aplicación. Y siempre usando como unidad la canción, no el disco ni el artista. Tú no escoges, te sugieren. Habrá que ver, además, si funciona bien la selección de nuevos talentos, que puede llegar a ser un escaparate interesante.

La aplicación no permite filtrar la música que se comparte por países, algo que sí se puede hacer con los trending topics en Twitter. Así, me queda la duda de si el apartado de canciones más populares se ajusta por defecto al país al que pertenece la tienda App Store desde el que el usuario se baja la aplicación.

Por último, me pregunto si no tardaremos en ver, de alguna forma, distorsiones en las listas de favoritos, tendencias o los mismos talentos emergentes si algunos músicos o discográficas tienen en un futuro la posibilidad de «promocionar» canciones y darles un lugar destacado.

Los seis Vines ganadores en el concurso especial del Festival de Tribeca

No hace mucho os conté que el festival de cine de Tribecca decidió este año incluir dentro de su sección oficial un apartado llamado #6secfilms, en el que convocaba a los usuarios de la red social Vine a enviar sus mini películas de seis segundos para concursar en alguna de sus cuatro categorías: género, autor, animación y serie.

Pues bien, ya se han anunciado los seis ganadores del certamen, cuyos trabajos os muestro a continuación:

 

Detallazo del ‘Chicago Tribune’ con el ‘Boston Globe’ por su trabajo «tenaz»

La redacción del diario Chicago Tribune ha enviado a la del Boston Globe 50 pizzas en agradecimiento por el duro esfuerzo que han realizado durante la última semana.

En la carta que acompaña al pedido alaban, de periodistas a periodistas, su cobertura «tenaz» de los atentados del pasado lunes durante el maratón de Boston -y también las posteriores informaciones-, destacando que su trabajo ha impresionado al resto del país.

Algunos de los trabajadores del Boston Globe, emocionados con el detalle, han colgado imágenes en las redes sociales de la sorpresa. Entre ellos, el infografista español Chiqui Esteban. El Chicago Tribune les dice a sus colegas que no les pueden comprar horas de sueño, pero que sí les pueden invitar a comer.

 

 

Por supuesto, el agradecimiento ‘oficial’ no se ha hecho esperar:

 

 

Boston y el ruido en Internet

Ayer hablé con una persona que, como consecuencia de un viaje a un país de Oriente Próximo, había pasado toda la semana sin acceder a Internet y apenas estaba enterada de las últimas noticias. Me preguntó: «¿Lo de Boston no está siendo un poco mediático?». Enseguida pensé que dentro de esta definición yo habría incluido a las redes sociales.

El torbellino informativo y conversacional ha pasado ya. Muerto uno de los sospechosos y capturado el otro, han cesado los flashes, la tensión y las especulaciones. No obstante, y aunque sea inevitable, es necesario reflexionar sobre lo ocurrido, sobre la ansiedad de todo el mundo por atrapar a los culpables del atentado y el afán por participar de esa caza. Hablo, por ejemplo, de Sunil Tripathi o de Salah Barhoun, señalados como sospechosos por usuarios de redes como Reddit, Twitter, 4Chan y Facebook durante horas.

Sus fotos fueron difundidas masivamente y algunas llegaron a ser portada, como en el New York Post. Internet y las redes sociales son tremendamente útiles para buscar información, pero su proporción de ruido es altísima. Muchos usuarios pasaron de comentar y dar su opinión sobre lo sucedido a ofrecer supuestas pistas fiables, citando al escáner de la policía o a medios equivocados, en una especie de crowdsourcing de autonombrados patrulleros. El resultado, claro, fue caótico y desgraciado para todos aquellos acusados y para sus familias. ¿Era mala la intención? No lo creo; el pecado fue la irresponsabilidad.

La información es imposible de controlar. Y sobre todo, muy difícil de verificar (aquí unos consejitos de The Nieman Foundation, que ofrece algunas pistas sobre cómo filtrar la información en Twitter y propone listas y herramientas en desarrollo como Keepr).

Sin saber aún qué ocurrió -el FBI y la Policía de Boston están en ello, es su trabajo- y tampoco si los dos sospechosos principales son los culpables, a esta hora circulan en las redes muchas teorías paralelas sobre los hechos que pretenden echar por tierra la versión oficial. No es algo extraño. El perfil de Instagram que se puede ver a continuación, por ejemplo, sigue colgando fotos que presuntamente desmienten a las autoridades, aunque no estén muy fundamentadas o se vean parciales.

Foto de Heda91

 

Por supuesto, lo primero que hicieron los usuarios y todos los medios de comunicación nada más saber nombres de posibles terroristas fue buscar los perfiles en redes sociales de los sospechosos, a ver si ahí encontraban alguna señal o justificación a lo sucedido. Por supuesto, surgieron los primeros fakes, tal y como vemos en este post de Slate.

Poco después, las cadenas de televisión ABC y CNNque había metido la pata anteriormente con reproche del mismísimo FBI– encontraron el perfil de Twitter de Dzhojar Tsarnaev, el menor de los hermanos: @j_tsar. Algunos de sus compañeros en Cambridge lo confirmaron en sus propios perfiles. La cuenta, con la que el joven tuiteó el mismo día del maratón un verso coránico, tiene ya más de 90.000 followers; aunque no siempre fue así. Pude hacer esta captura de pantalla el viernes.

 

Cuenta de jahar

 

Tras este descubrimiento, entre otros -los perfiles en la red social VK, los vídeos del hermano mayor en YouTube, etc.-, dio comienzo otra fase. Los usuarios patrulleros se convirtieron en analistas, escrutando palabras y todas las conexiones posibles.

 

 

He pasado horas viendo perfiles en Twitter e Instagram de conocidos de Dzhokhar Tsarnaev. Muchos han optado por poner un candado, hartos de recibir comentarios de otros usuarios -incluso amenazas- y peticiones de periodistas, algunas de las cuales son realmente agresivas, o al menos es lo que se desprende de ellas. El tono de un texto escrito es difícil de interpretar. Algunos han borrado sus cuentas. Se acabó.

La facilidad con la que podemos acceder ahora a ciertas personas anónimas es increíble; también lo es que algunas de esas personas opten por seguir dejando a la vista de todos mensajes con sus lamentos o sospechas. La mayoría de los conocidos del chico sostiene que era una buena persona -algunos abogan por su inocencia total- y señalan al hermano mayor como el responsable último; también arremeten contra los medios de comunicación, no se fían de ellos. Nada de nada. Hay lectura para rato, creedme.

Hablemos del postureo

Hablemos del postureo; la pose, el tabureteo. Sentarse en lugar destacado, bebida alcohólica y burbujeante en mano, esperando a ser visto y juzgado con ojos muy abiertos, a lo plato sopero. Follow the leader.

Se ha puesto de moda el palabro en cuestión en las redes sociales (y cuando alguien dice ‘en las redes sociales’ quiere decir ‘en Twitter’), aunque caerá sin ruido, como el (la) bitcoin. El nombre, no la actitud. Los profesionales del postureo nos invadieron hace tiempo.

Este tipo de chanzas en Internet -que poco se hacen en la vida real, a lo sumo en círculos privados- muestran dos tipos de ganas: las de reírse de uno mismo, muy necesario, y las de lanzar pullas al aire. El que quiera darse por aludido, que se dé. Veáse @Postureo_.

Todos hemos practicado el postureo alguna vez. Todos hemos pensado en darle el nombre de Margaret Thatcher a una calle alguna vez. Postureo. Twitter se con-gracia con la pose mientras ella domina el mundo, desde el gastro inspirado en Flaubert hasta las frases del running. ¿Y qué decir de @luis_el_cabron?

Inventemos, como la Q de calidad, una F de fake o una P de postureo para colocar cerca de nuestros nicks. Un jurado experto –E de experto también se contempla– atribuiría los honores: ‘fulanito de tal ha sido reconocido esta semana con dos P’. Los tiempos tuiteros son más fugaces. Para todo lo demás, Instagram.

Los viernes serían denominados Día del Postureo. Pero como los jueves son los nuevos viernes -desde mis tiempos mozos, en fin-, se podría hacer una excepción. Mucho evento postural. ¿Sabéis qué? Los hashtags son postureo, pero nadie se ha dado cuenta.

De Google Plus, la música y PlayGround

Registrarse en una web sin rellenar formularios y usando nuestra identidad ya creada en una red social se llama «social login». La empresa Janrain hace un estudio trimestral que analiza cómo usan este método los usuarios, ya que para ellos decantarse por una red social u otra implica confianza en ella. Facebook, de momento, lidera el ranking con un porcentaje del 46%.

Pero tienen muchas esperanzas puestas en Google Plus. La red social de Google está, para algunos, jugando una buena estrategia para ganar usuarios, aunque para otros no sea más que una imitación con ínfulas de la herramienta de Zuckerberg. Poco a poco, la integración de varias utilidades está engrosando las cualidades de Google Plus; las últimas, relacionadas con la imagen y la geolocalización.

Según los datos de diciembre de 2012 de GlobalWebIndex, Google Plus había crecido un 27% y es ya la segunda red social en usuarios activos, con 343 millones. No es casual tampoco la irrupción de Google Communities. Creo que la especialización de contenidos va a jugar un papel importante en Google Plus y su crecimiento, más allá de que una u otra marca decida que le va bien usar esta red para vender sus bondades.

La música, por ejemplo, es uno de esos sectores con gran potencial al que Google está cediendo mucho terreno, Eurovisión incluido. Hace tres semanas nacía también una colaboración entre Google Plus y la revista PlayGround: la +AgendaPlayGround. Me cuentan que intentan darle otra dimensión a su presencia en la red social, lejos de replicar o repetir el contenido posteado en Facebook.

¿Cómo? Sí, tirando de actualidad musical -indie, más o menos mainstream-, recomendaciones y anuncios de conciertos -sobre todo de Madrid y Barcelona-, pero en plan selectivo, escogiendo (curando), destacando lo que creen «que merece la pena». No solo incluyen contenido propio, también de otros y atendiendo a lo último en aparecer en redes: un videoclip recién sacado del horno, un viral interesante, etc.

La respuesta ha sido buena: ya van por los 94.000 seguidores. Este mes, además, tienen previsto comenzar con los hangouts con grupos, periodistas musicales y otra gente conocida del sector. Por otro lado, cruzan el mundo online y offline, organizando fiestas y concursos -este mes en la sala Ocho y Medio de Madrid-, pinchando playlists de usuarios, divirtiéndose con photocalls, etc.

Una apuesta muy concreta que intenta alejarse de la de la competencia -que no es demasiado variada- y aprovechar una red social poco explorada. Ah, y además han fichado a Joaquín Reyes para que les haga la ‘promo’.

 

Darth Vader coge el testigo de Goku

El meme de este mes en redes sociales se llama «vadering». Consiste en colgar una foto imitando el uso de la fuerza de Darth Vader, el malo de La guerra de las Galaxias, con el fin de someter a otra persona.

Y digo el de este mes, porque el mes pasado se puso de moda el Hadōken o Kame Hame Ha, dependiendo de si uno es más de Street Fighter o de Dragon Ball. ¿Qué era aquello? Pues simular un ataque con bola de energía y onda expansiva que hace que la persona de enfrente salga disparada hacia atrás por los aires.

La cosa comenzó en Japón entre escolares -principalmente chicas- y terminó difundiéndose por la Red. Hay quien le ve, por cierto, una clara inspiración en las fotos de Natsumi Hayashi, una artista con un buen puñado de instantáneas dedicadas a la levitación.

El caso es que las imágenes en Twitter son innumerables y, si echáis un ojo, comprobaréis cómo se han apuntado incluso muchas empresas, gente de universidades, marcas comerciales, medios de comunicación, etc.

 

 

Pero ahora manda el Imperio. Y la nueva diversión en la Red se ha llevado unas cuantas críticas que parten de una sospecha: que el «vadering» es marketing y no un movimiento espontáneo iniciado por un usuario anónimo.

¿Por qué? Varios blogs y medios sitúan el inicio de este meme en la foto que un usuario colgó en Reddit y que, casualmente, incluye el logo de una empresa de comida rápida con alguna que otra polémica detrás relacionada con donaciones a colectivos anti gay. El usuario en cuestión ha negado la mayor.

Las suspicacias no han evitado, sin embargo, la proliferación de imágenes en redes como Instagram y Twitter. ¿Qué opináis de este tipo de modas? ¿Apuestas para la siguiente?

 

 

Bola extra: para los incrédulos sobre este tipo de historias y modas supuestamente inocentes y sin intereses detrás, enlazo el artículo de Quartz You didn’t make the Harlem Shake go viral—corporations did, que da una larga explicación sobre la rápida y enorme difusión del Harlem Shake, que pudo recibir el empujón de algunas grandes empresas. O no.

Un tablón de Pinterest llevado a la realidad

La marca de productos cosméticos Güd, que pertenece a Burt’s Bees, ha puesto en marcha una acción con Pinterest con motivo del lanzamiento de una línea de productos de pomelo y tomillo.

La idea es «hacer realidad» un tablón de esta red social, hacer realidad la «mañana perfecta» que un usuario -o más bien usuaria, ya que en Pinterest hay mayoría de féminas– haya plasmado en fotos o pines.

La idea surgió, según cuentan en la agencia Baldwin And, hace seis meses a partir de un tablón creado por una chica llamada Keri Pfeiffer, el cual decidieron convertir en real. Y, a partir de ahí, el concurso.

El plazo se cierra en mayo. Si no os hacéis a la idea de qué supondría ganar el concurso, aquí explican cómo podría quedar un tablón de Pinterest hecho realidad.

 

 

Mini Obama llega a la Casa Blanca

La Casa Blanca ha difundido este lunes un mensaje en vídeo muy especial a través de su canal de YouTube. Es un mensaje del presidente Barack Obama, pero no del real, sino del llamado Kid President, una estrella de YouTube que tiene 9 años y que en realidad se llama Robby Novak.

«Parece que esperábais a otra persona», dice el niño con cara de circunstancias nada más comenzar, para después felicitar a la nación el April Fool’s Day, el día de los inocentes anglosajón. Después, se marcha y hace que se queda atrapado en la puerta al salir de la sala.

Algunos de los vídeos de este personaje han acumulado en poco tiempo millones de visitas, como A pep talk from kid president to you, que suma más de 17 millones de reproducciones.

El niño presidente, que padece la enfermedad de los huesos de cristal (Osteogenesis Imperfecta), protagoniza una iniciativa que pretende dar más voz a los niños y ofrecer mensajes positivos para cambiar el mundo.