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Entradas etiquetadas como ‘Instagram’

Instagram ya permite ‘embeber’ sus fotos

Pasito a pasito. Así va la lucha entre Instagram y Vine por captar usuarios y facilitar a los mismos el uso de sus redes. Hoy Instagram ha escuchado una de las demandas que más se han repetido últimamente y ha habilitado la opción del ‘embebido’ de sus fotos y vídeos.

¿Qué es eso? Pues que ahora, en la versión web de Instagram, si accedemos a cualquier perfil, escogemos una foto y clicamos sobre ella para hacerla más grande, nos encontramos con que en la parte derecha hay una flecha. Si pinchamos sobre ella, accedemos al código que nos permitirá incluir esa foto (o ese vídeo) en cualquier web.

No es necesario estar registrado en Instagram para acceder al código y, además, si una persona tiene su cuenta con la opción de privada es evidente que, al no verse sus fotos, tampoco se puede acceder a sus códigos, a menos que las haya compartido de forma individual.

Al incluir o incrustar cualquier foto en una web, queda visible siempre quién es el autor, arriba a la izquierda, como podéis ver aquí:

Instagram ya permite etiquetar a personas

Instagram lo enfoca de otra manera. Habla de etiquetar a un grupo de música en una foto hecha en uno de sus conciertos o de poder navegar por las instantáneas relacionadas con una marca, más allá de hashtags. Aunque, aclara, el usuario siempre tendrá el poder.

Me refiero a la nueva funcionalidad que Instagram, la red social de fotos, ha puesto en marcha hace solo unas horas. Por supuesto, hablamos de la aplicación móvil, ya que la versión web todavía es un bebé en este sentido. Se trata de adoptar el sistema de etiquetado de personas o de perfiles de marcas en las fotos. ¿Os suena? Claro que sí, porque el contagio proviene de papá Facebook.

A partir de ahora, si nos hacemos una foto con el móvil en una cena y la subimos a Instagram, la aplicación nos da la posibilidad de etiquetar en la misma, si tienen cuenta, a las personas con las que estamos. Tras la actualización de la app, en nuestro perfil ya se puede ver un icono mediante el que cualquiera podrá consultar las fotos en las que se nos ha etiquetado.

Instagram

Para que nadie se eche las manos a la cabeza, Instagram dice que las fotos en las que se nos etiqueta no tienen que aparecer obligatoriamente en este apartado de forma automática –a menos que así lo decidamos-, sino que tenemos la posibilidad de seleccionar cuáles queremos optando por un modo «manual» (eso sí, por defecto está seleccionado el automático).

Es más, si decidimos en un principio que se vean todas, después tendremos en cualquier momento la opción de cambiar nuestro criterio y «ocultar» las que no queramos que se vean o bien eliminar toda referencia a nosotros en las fotos que nos parezca. Podemos elegir.

Esto no solo sirve para las fotos recién hechas, sino también para las que ya hemos subido, para nuestro archivo. Hay que pinchar en el icono […] y se nos da la opción de «añadir personas». Para hacerlo, hay que tocar la pantalla en el lugar de la foto donde queremos etiquetar a alguien y buscar su nombre; la persona recibirá una notificación (si tu perfil es privado, la recibirá solo si te sigue).

No podremos, en ningún caso, etiquetar a gente en fotos de otros. Aunque cualquier persona, a no ser que la hayamos bloqueado, sí nos puede etiquetar en una de sus fotos. A los perfiles privados solo pueden acceder, como siempre, las personas aceptadas previamente.

Por último, podréis comprobar si alguien ha etiquetado a alguien (sin ser un chiste de Gila) entrando en un perfil, abriendo una foto cualquiera y dando un toque en la pantalla. De inmediato aparecerán las referencias (en web no funciona).

 

Entiendo el etiquetado y su función de red. La argumentación de Instagram, además, evitando mencionar demasiado el tema personal -centra las bondades del etiquetado en un terreno más amplio, de entidades o marcas- es muy positiva. Quiere diferenciarse de Facebook, del tipo de fotos que allí se cuelgan y de las polémicas anteriores sobre este asunto y la privacidad. Y hace muy bien.

Le veo muchas posibilidades a la función de etiquetado, tantas como posibilidades artísticas, informativas u ociosas tiene Instagram. Es un añadido, como ya he mencionado, al hashtag (de los que también se abusa, y mucho, en Instagram). Pero, y aunque sé que todo es editable y puedo decidir yo, (a mi, personalmente) no me gusta nada que me etiqueten. Hay que preguntar primero.

Solo para empezar, por si acaso, yo recomiendo que accedáis a vuestro perfil personal, pulséis el icono de la carita enmarcada y seleccionéis (en la rueda -iPhones- o en los tres puntitos verticales -Android-) la opción «manual». Al menos para evitar el boom inicial.

 

 

Por cierto, imagino que en algún momento Instagram habilitará (¿en web, quizá?) la opción de filtrar de forma selectiva, por listas o con carácter individual, con quién compartimos nuestras fotos. Lo siguiente podrían ser los álbumes. ¿Acabará siendo Instagram la dueña oficial del apartado de fotos en Facebook?

Fotos: Blog de Instagram.

Cine mudo hecho con Instagram

El festival de cine mudo de Toronto ha decidido aunar el potencial de Instagram y el de las películas sin sonido y ha creado tres trailers para promocionarse en la red social de fotografía.

¿Cómo? Pues usando el concepto del zootropo o, si queremos, el de la libreta de papel con un dibujo en cada página que genera movimiento cuando pasamos las hojas muy rápido.

Tres cuentas en Instagram con 30 posts cada una, @tsff_1, @tsff_2 y @tsff_3, son las que podemos explorar para acceder a estas peliculitas en blanco y negro.

Pero tenemos que hacerlo desde el móvil. Al pulsar la opción de ver las fotos de manera individual, se nos pide que pasemos por ellas rápidamente usando el scroll y así podremos apreciar el movimiento.

Todo esto tiene un pero muy grande: la gente ha dejado comentarios en las fotos, que ralentizan y entorpecen la visión de los trailers, que no quedan limpios. Me parece una idea muy bonita, pero no se consigue del todo el efecto deseado. ¿Qué os parece? ¿Cómo lo solucionaríais?

 

 

Instagram ya tiene timeline en web

Instagram ha dado un pasito más en web y ya permite que sus usuarios vean un timeline –es el feed, pero casi suena mejor, a una sola columna, con las imágenes de aquellas personas a las que siguen. Igual que en el móvil.

La red social está trasladando poco a poco todas las ventajas de su aplicación móvil a la web, y eso que podría decirse que la tendencia general sigue el camino contrario. De hecho, la filosofía de esta red pasa(ba) por hacer fotos en cualquier lugar y compartirlas en el momento. Ellos, no obstante, dejan claro que lo de subir fotos aún es monopolio del pequeño dispositivo, por mucho que la consulta y el escaparate sean ahora universales.

Lo cierto es que solo con los perfiles, que además tienen un carácter muy estático -al margen de la cabecera-, la mudanza al ordenador que Instagram hizo hace unas semanas se quedó un poco corta. Ahora, al menos, se puede navegar ligeramente por los perfiles de los demás, ya que vemos sus fotos y nicks en el feed y no tenemos que buscarlos a propósito. Hablo de nuestros conocidos, claro, porque entiendo que el siguiente paso será habilitar un buscador; y después, ¿los mapas?

Alguna funcionalidad más: con un doble clic en una foto ya estás diciendo que te gusta y, debajo de cada imagen, en el margen derecho, podemos pinchar y nos trasladamos a la página completa de la foto. También podemos comentar ahí mismo, en nuestro pequeño timeline. Otra de mis demandas, que conste en acta, pasaría por ofrecer un código embebible de las fotos o permitir la navegación por los seguidos y seguidores de cada usuario, incluidos los propios.

Y apuesto lo que sea a que los laterales del timeline albergarán algún tipo de contenido en breve, que se ve demasiado desértica la pantalla, ¿no os parece? Ah, importante, para ver vuestro feed de Instagram en web tenéis que entrar con vuestro usuario y contraseña; y, esto no cambia, los que tengáis una cuenta privada seguirá como está (y además se indica en los perfiles, aunque tengas acceso a ellos).

La red social asegura que estos cambios se deben a que tienen que tratar como es debido a su «creciente comunidad», intentando poner un punto y aparte al tropezón con la privacidad y a la huida de muchos usuarios hacia otras alternativas.

 

Timeline Instagram

 

*Imagen de mi timeline, con fotos de Lino PortelaAntonio Fraguas.

5 hashtags para terminar el año

1.- #lastprintissue. La revista Newsweek deja de imprimirse en papel y comienza una nueva vida, solo digital, con el nombre de Global Newsweek. Su última portada muestra una etiqueta de Twitter (sí, en mayúsculas, qué le vamos a hacer) sobre una foto de su antigua redacción en Nueva York, síntoma de lo que algunos ven como incertidumbre total, como una deriva inevitable o casi como un desastre. Otros, sin embargo, consideran que la publicación se ha estrellado sola y que el periodismo que simbolizó tiene todavía mucha vida.

 

 

2.- #Bangkok. Más que un hashtag es el lugar revelación del año. Junto a Yakarta (Indonesia). La capital de Tailandia ocupa el primer puesto en la lista de lugares más instagrameados durante el año 2012, según la lista que ha hecho pública la red social de fotografía. Yakarta, por su parte, es la ciudad más activa del mundo en Twitter, según un estudio de la empresa Semiocast que se realizó el pasado verano. La segunda ciudad es Tokyo. El japonés, de hecho, es el segundo idioma más utilizado en Twitter, después de inglés. Asia, al poder.

 

 
3.- #CuartoMilenio. A falta de un Salvados con hashtag entusiasta que acaparara toda la atención –volverá en febrero– y visto el éxito del programa especial que se emitió este domingo y los comentarios generados en Twitter -hoy lunes era aún trending topic-, la nave del misterio de Iker Jiménez tiene todas las papeletas para convertirse en un nuevo hit tróspido. Los ataques de canibalismo, el apocalipsis zombi y las sales de baño tuvieron mucho que ver, entiendo. Si tenéis curiosidad, podéis ver de nuevo el programa.
 

 

4.- #FiscalCliff. Es uno de los temas que más preocupan ahora mismo en Estados Unidos y en todo el mundo. Lleva más de 75.000 menciones en las últimas 24 horas en Twitter y más de 250.000 en la última semana, según Topsy. Si no hay acuerdo entre demócratas y republicanos, coincidirán en el tiempo grandes recortes de gasto público y subidas de impuestos, ya que se terminan las exenciones fiscales que aprobó Bush y amplió Obama. Es el llamado abismo fiscal. Quedan horas para encontrar una solución.

 
Resultados en Topsy
 
5.- #Feliz2013 / #HappyNewYear. Muchos lugares del mundo ya han llegado (publico esto hacia las 18 horas). Recordad que Facebook os permite programar mensajes para felicitar el año. Los problemillas que tenía, al parecer, se han solucionado. Al menos, a mi me deja enviarlos. Probad, es una buena alternativa al colapso de redes; y pueden incluirse fotos.

 
Facebook stories
 

Propósitos (por si acaso) 2013: 1 día, 1 red

Me diréis que no se cumplen y que normalmente tienen más de idealistas que de realistas, pero no voy a hablaros de propósitos a largo plazo, sino de algo que podéis (debéis) hacer un día de estos, aprovechando las vacaciones (si es que las tenéis) o al menos un festivo suelto. Al igual que ordenamos los armarios o las librerías de casa, poner orden en las redes sociales viene bien de vez en cuando. Y me refiero a un Facebook, un blog, un Tumblr, un Menéame o un Linkedin, a las más comunes.

Imagen de Magnus D

Ahora que empieza un nuevo año, podemos hacer un repaso a toda nuestra existencia digital. Para los que no tengáis mucha -seguro que más de la que creéis-, a lo mejor en un día lo tenéis solventado. Para los demás, recomiendo empezar por aquello que usamos más. Y aquí permitidme que os cite el correo electrónico, que no es estrictamente una red social, pero que sin duda es lo que más se utiliza: vaciad bandejas, mandan correos pendientes y dejadlo todo a cero.

En cuanto a las redes, y dados los cambios que últimamente han hecho muchas de ellas, creo que algo inteligente es repasar las configuraciones de nuestros perfiles, la privacidad, quién puede ver lo que publicamos y quién no, etc. Una por una. Y, por supuesto, hacer limpia de ‘amigos’, seguidos y demás. Ya, suena un poco cruel, pero es que es muy sencillo engrosar una lista que en un momento dado puede llegar a monstruo. Aquí, la ‘táctica de los jueves’ que os comenté en su día es muy útil.

El consejo es eliminar todo aquello (o a todo aquel) que ha dejado de aportarnos algo. A continuación, algo que no solemos cambiar: la foto del avatar. Podemos buscar una más actualizada o que represente un poco mejor lo que queremos ahora. Yo intento poner la misma en todos mis perfiles (también el nick), aunque esto no lo cumplo a rajatabla con algunas cuentas privadas; sí lo hago con el nick, siempre es el mismo, al menos desde que tengo conciencia digital.

Actualizar ‘bios’ o curriculum puede ser el siguiente paso, si es que tenéis algo que actualizar. Hablo de Linkedin, pero también de los textos breves que ponéis en los perfiles de Facebook o Twitter, por ejemplo. Eso que os define en una palabra o dos, o bien, ese blog que tenéis (¡ponedlo!). También podéis, de forma adicional, tener un about.me o similar. Un lugar en el que, de un plumazo, la gente pueda ver lo que sois en Internet y las redes sociales; los que tenéis web propia podéis mostrarlo ahí.

Hablando de blogs. Si tenéis alguno medio abandonado, cerradlo o retomadlo. Lo mismo con Tumblrs y demás (es mi caso, yo voy a tener que ponerme las pilas bastante). Poned al día vuestros tablones de Pinterest, los álbumes de Flickr y Facebook, etc. Y repasad todas esas cuentas o registros que hicísteis en webs, medios de comunicación, redes sociales que al final no tuvieron éxito u otras que usáis poco. Sopesad si queréis seguir con ellas.

El conjunto debería ser asequible y manejable, aunque esto no suele cumplirse casi nunca.

Por último, siempre es práctico fijarse en los perfiles de amigos y conocidos para saber en qué redes sociales se mueven o cuáles acaban de descubrir. Fijáos en gente que tenga una presencia en Internet solvente, constante y actualizada y a lo mejor podéis sacar ideas para la vuestra. Probad redes nuevas (sin ansiedad, ¿eh?) y, sobre todo, alternativas: de fotografía, profesionales, anónimas, de colaboración y cultura libre, temáticas, sobre hobbies, de storytelling, de vídeo

No os volváis locos, podéis proceder así tanto para organizar como para explorar: un día, una red. Así no se os hará pesado.

* Imagen de Magnus D.

Instagram, tus fotos y la madre del cordero

Menudo lío con la nueva política de privacidad y los nuevos términos de uso de Instagram (30 millones de usuarios registrados). Llevo todo el día leyendo comentarios, tuits, posts y reflexiones sobre este asunto. Incluido el texto oficial. Y lo cierto es que, si bien creo que nos llevamos las manos a la cabeza enseguida con decisiones de una empresa privada engullida por un gigante, también privado, de la misma forma surgen dudas razonables. En primer, lugar, de carácter más técnico y, en segundo lugar, de carácter más conceptual.

A ver, ¿alguien se ha leído alguna vez los términos de uso de Facebook? Sin embargo, muchos sí pusieron aquel mensajito de mentira en sus perfiles no hace mucho, ya sabéis, «In response to the new Facebook guidelines…». El caso es que la red social preguntó recientemente a sus usuarios sobre la política de privacidad y los nuevos cambios, pero casi nadie respondió. Nos preocupa el tema de la privacidad, claro que sí, aunque hay quien cuelga todo tipo de fotos en Facebook, rompe con su pareja en público o deja entrever que tiene una depresión de caballo. Así, al aire.

Y después nos quejamos. Pero tenemos derecho, que conste. Al fin y al cabo somos clientes; aunque, claro, no pagamos nada y podríamos entender como razonable que un servicio de este tipo fuera a querer rentabilizar lo que hace. Zuckerberg no es una ONG. Dicho esto, cuando Facebook compró Instagram, pudimos deducir que la empresa pequeña adecuaría su modo de funcionar a la grande. Era lo lógico. También que, de alguna manera, las dos redes sociales compartirían algo más que dueño. Una integración progresiva y, seguramente, vista con recelo.

 

 

¿Por qué? Pues porque todas las cautelas que como empresa se había impuesto Facebook, blindajes jurídicos y de responsabilidad incluidos, iban a ir a parar a Instagram. En fin. Uno de los puntos de la discordia habla de nuestros datos. En principio, el usuario seguirá decidiendo si quiere compartir sus fotos de Instagram en Facebook o no aunque, por ejemplo, podría ocurrir (especulo) que si te geolocalizas varias veces en un mismo sitio con la app móvil de Instagram, la empresa (o sea Facebook) entienda que te gusta ese lugar y se lo cuente a un anunciante, que afinará su publicidad para ti. Y no hace falta tomar prestadas fotos.

Facebook y Google ya hacen esto. También puede pasar que si compartes una foto de Instagram en Facebook con hashtag determinado (sigo especulando), a lo mejor te la encuentras en un anuncio relacionado con esa temática. Aunque en esa foto salga una tercera persona ajena a todo esto; o un menor. Esto también pasa: cuando le has dado a ‘me gusta’ en una página o has compartido un enlace tu foto de perfil de Facebook puede aparece asociada a una publicidad. Cada acto que llevamos a cabo en una red social puede tener consecuencias. Y es algo que aceptamos. Ahora, en mi opinión las empresas son expertas en jugar con estas cosas: muchas veces un segundo consentimiento expreso no estaría de más.

Los nuevos términos de uso dicen que no solo compartirán tus datos de registro o que obtengan de las cookies o de tu dispositivo, sino también el contenido que publiques. Y que no lo harán, como antes, solo con sus «proveedores de servicio», sino con todas las compañías de grupo o con los llamados «socios». Instagram es «socio» de Facebook, por lo que suponemos que va de eso. Y no solo hablan de copyright cuando plantean una posible violación de derechos, sino de «marcas registradas». ¿Y si le haces una foto en la calle a un cartel?

 

 

Sigo. Dice Instagram que no siempre nos dirá que la publicidad es publicidad. Bueno, ya sabéis que en Twitter hay mucha publicidad encubierta. Nada nuevo. Aunque eso, para mi, también bordea la legalidad. Más. Instagram no reclama como suya la propiedad de tus fotos, siguen siendo tuyas, pero a cambio tú le otorgas una licencia mundial de uso, que antes era limitada y ahora es transferible y se puede, digamos, subrogar. A menos que tu perfil sea privado, entiendo. Si tú has decidido que solo unos escogidos pueden ver tus fotos, se entiende que no están sujetas a un uso público, ¿no? El responsable máximo del contenido publicado, en todo caso, sigues siendo tú, el usuario.

Me llaman la atención varias cosas: me parece que se hace mucha referencia en el nuevo texto a las leyes locales que afectan a cada usuario («in your jurisdiction»). ¿No creéis? Por otro lado, la red social amplía su listado de supuestos de acoso con tres palabras más, «defame, stalk, bully». Difamar. Interesante. Algo ya apuntaba antes, aunque ahora queda mucho más claro. También dice que no «debes» publicar información privada o confidencial tuya o de otros, como un número de teléfono o un email privados. A mi también me recuerda, como dice Phil González (Instagramers), a lo de «No meta usted el gato en el microondas…».

González cree que toda esta polémica sobre los cambios de uso en Instagram es una «exageración» y se pregunta por qué alguien querría hacer ruido con eso. Y habla en su blog de «un Facebook que molesta e incomoda a otras grandes empresas que no se pudieron quedar con ella, en su día. ¿O quizás otras que quisieron comprar la joya de Instagram y se quedaron con las ganas? (¿Google?)». Ahí queda.

Imagen de Mourner

Ya falta poco. Las imágenes que compartas no solo no pueden ser de carácter sexual, sino que ahora Instagram añade que las que muestren algún tipo de discriminación o violencia tampoco están permitidas. Otra cosa que me llama la atención es que se hace hincapié en que un usuario no puede ceder, vender o transferir su cuenta y todo lo que conlleva a otra persona; pero también se dice que tú no puedes crearle una cuenta a otra persona, salvo empresas o personas «expresamente autorizadas». ¿Y qué hay de cuentas que usa más de una persona, por ejemplo, de un blog o un Tumblr colaborativos? Yo tengo una. ¿Y qué pasa cuando Time permite que varios de sus fotógrafos usen su cuenta oficial?

También dice Instagram que todos los datos que pongamos al registrarnos deben ser verdaderos. Y que, aunque tienes que tener al menos 13 años para abrirte una cuenta en Instagram, como ocurría antes, si eres menor de 18 o estás por debajo de una edad legal oficial, entienden que compartes contenido y datos con el visto bueno de tus padres. Es decir, que te aplican igualmente todas las condiciones de uso, como si fueras adulto. Es lo de siempre: por marcar en una web de alcohol que tienes 18 años no quiere decir que los tengas. Aquí hay un debate spin off: ¿Deben los menores usar Instagram? ¿cómo controlar eso?

Por último, un par de apuntes. Solo quiero recordar que hay unos cuantos usuarios de Instagram que en su día decidieron que sus fotos llevarían licencia creative commons, por ejemplo, a través de i-am-cc.org. Que otros les ponen marcas de agua para determinar su autoría y que otros tantos las venden para hacer imanes. Algunos decidieron pasarse a Flickr antes de estos cambios, aunque muchos ya eran usuarios fieles y nunca tuvieron Instagram, por aquello de la calidad y la profesionalidad. Hay más alternativas. Las amenazas de baja son muchas y los consejos para ello, también. ¡Ojalá vendan mis fotos!, dicen por ahí. En cualquier caso, una de las afirmaciones -con sorna- que más he visto en Twitter en las últimas horas es:

 

 

*Imagen de Mourner.

**Actualización (23.14 horas): Instagram se explica en este post de hace unos minutos, así que os invito a leerlo también. Dice que no van a vender las fotos de los usuarios.

Los filtros para fotos en Twitter, más cerca

Aunque pueda parecer lo contrario dada la última riña -Instagram decidió bloquear la visualización de sus fotos en Twitter, aunque por ahora yo las sigo viendo-, la red de microblogging más famosa y la de fotos más popular se acercan cada vez más. Las señales, según publican varias webs, entre otras All things Digital y The Next Web, apuntan a que antes de fin de año -Navidad, dulce Navidad- tendremos la posibilidad de subir fotos a Twitter, desde la misma aplicación, con filtros que las hagan más interesantes.

La noticia como tal no es nueva, se supo a principios del mes de noviembre. Pero claro, llegan las vacaciones y por lo tanto un uso del móvil mayor por parte de los usuarios. El boom que supuso en Estados Unidos Acción de Gracias en Instagram -se compartieron 10 millones de fotos relacionadas esta festividad- habría empujado a Twitter a darse un poco de prisa. El jefazo de Twitter, Jack Dorsey, está estos días compartiendo imágenes desde su cuenta de Twitter en blanco y negro; algunos empleados de la compañía hacen lo propio con supuestos filtros.

Esto, como sabréis, no quiere decir absolutamente nada. La cantidad de aplicaciones móviles para poner filtros, presentar collages o distorsionar fotos es inmensa, por lo que una foto subida a Twitter -y a Instagram y dónde sea- puede haber sido retocada en otro sitio antes de colgarla. Pero la guerra entre Facebook, dueño de Instagram, y Twitter es cada vez más intensa, sobre todo por todo lo que tenga que ver con la fotografía. No quiero ni pensar, si es que lo hacen, en el momento en el que se lancen a por los vídeos…

 

Una divertida parodia de Instagram

Os dejo este vídeo que hace una parodia divertida de Instagram con una versión de una canción del grupo Nickelback llamada Photograph. Os lo podéis imaginar: risas a costa de las fotos de comida, de pies, de gatitos, de las luces de la ciudad que sea o de un cartel abandonado. Todo muy vintage, claro.

Mezcla Instagram con Street View

La facultad de Comunicación de la universidad de Rutgers, en New Jersey, tiene un grupo de trabajo llamado The social media information lab, que estudia ecosistemas sociales, cómo y por qué se comparte contenido, realiza análisis a partir de datos y crea también aplicaciones. Uno de los proyectos que tienen en marcha se llama The Beat.

Consiste en cruzar imágenes de Instagram colgadas por los usuarios con una geolocalización concreta con la correspondiente foto de Google Street View. El objetivo es, de alguna manera, dar contexto a lo que la gente comparte. Y funciona, claro, con hashtags. Si colocamos una etiqueta en la caja de arriba, la web nos va mostrando las instantáneas subidas a Instagram con dicho hashtag en el lado izquierdo, mientras que de fondo podemos ver la zona donde han sido tomadas las fotos.

En la parte de abajo, hay un enlace a las imágenes, que se muestran una detrás de otra como si de una proyección de diapositivas se tratara. Ahora solo tenéis que probar, por ejemplo con alguno de los 100 hashtags más populares de Instagram o bien con alguno de Twitter. Os dejo algunos ejemplos:

 

 

Hashtag #bored en The Beat