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Que vuelva el vídeoblog de Rajoy

Hubo un tiempo en el que Mariano Rajoy, candidato entonces a la Moncloa, era prolijo en manifestaciones, apariciones por sorpresa y confidencias en lugares extraños, como playas, ventanas o la propia calle. No os acordaréis, pero el presidente tenía un vídeoblog.

Sí. Un lugar en el que tenía su propia banda sonora y en el que nos enseñaba pasillos y fábricas, encuentros con Álex de la Iglesia y Ana Pastor o visitas a museos. Se llamaba Rajoy en acción y aún está on line, al igual que el canal de YouTube (llamado Política XXL) en el que se colgaban los vídeos.

Duró de abril de 2009 a noviembre de 2011, justo antes de las últimas elecciones generales. Fue, por tanto, algo más que un producto de campaña puntual y algo menos que un proyecto a largo plazo, pero dio de sí bastante. Uno de los vídeos más recordados, quizá, sea aquel en el aeropuerto de Lanzarote.

Ahora que vivimos tiempos de redes sociales y de quitarse vocales, pero sobre todo de mutismos y de silencios administrativos, de pocas explicaciones y de menos comparecencias, yo abogo por la vuelta de la acción a Rajoy. O viceversa.

 

 

 

 

Los secretos de la foto de Rajoy

Se armó cierto revuelo ayer por un cambio de foto. Mariano Rajoy -o más bien quien se ocupa de eso- decidió cambiar la imagen de cabecera de sus perfiles en Facebook y Twitter. Al más puro estilo ‘Obama y sus cosas de Internet’.

En la nueva instantánea se le puede ver en su despacho, trabajando, ofreciendo una apariencia de sobriedad y seriedad. Los detalles, escrutados -hasta de forma divertida e interactiva– en varios medios y muy comentados por los usuarios, desvelan un lápiz, un ejemplar de The Economist o un ordenador apagado.

 

 

Pero el presidente del Gobierno -o más bien quien se ocupa de eso-, en realidad, ha hecho lo que muchos hacemos cuando nos hemos cansado de vernos en las redes sociales de una manera y no tenemos fotos a mano: tirar de archivo.

La foto se hizo el 17 de septiembre de 2012 y forma parte de una serie de imágenes tomadas a Mariano Rajoy por el fotógrafo Diego Crespo. Así consta en el perfil de Pinterest del jefe del Ejecutivo (sí, tiene uno), en un álbum titulado «En Moncloa», y también en su cuenta de Flickr.

Ese día era lunes y Esperanza Aguirre anunció que dejaba «la primera línea política». Además, fue a contárselo a Rajoy en persona. El presidente se cambió de corbata para la sesión de fotos; o para recibir a la expresidenta madrileña, tanto da.

Toda la serie de imágenes de Rajoy en su despacho se subió a Pinterest hace 13 días -aunque en Flickr están colgadas desde el 21 de septiembre de 2012– y ofrece otras perspectivas del lugar de trabajo de Rajoy.

Por supuesto, hay imágenes posteriores, algunas de las cuales revelan secretos no atisbados antes. Yo soy fan de los lápices con nombre y apellidos y la estanteria de Ikea (hechas en marzo de este año) y también de la soledad del pasillo (hecha el 28 de noviembre).

 

 

No se han hecho esperar los montajes sobre la foto. De hecho, en Facebook hay un usuario que ha puesto en marcha un «concurso gráfico» abierto con unas cuantas variantes que usan la ventana como espejo de realidades paralelas, llámense Bárcenas o The walking dead.

 

 

Fotos: las dos primeras, via Mariano Rajoy on Pinterest; la última, del «Concurso gráfico el despacho de Rajoy» en el perfil de Facebook de Archipiélago Machango.

Facebook, ¿qué más quieres que te cuente?

Espero, no sin miedo, a que llegue ese día en el que una de nuestras queridas redes sociales nos interpele de forma espontáneo-premeditada con un correo electrónico o incluso con un pop-up mientras navegamos. «Estoy convencido/a de que te has tomado un café con churros, como sueles hacer los domingos, ¿quieres subir AHORA la foto de tu desayuno?». Llegará. Veréis.

Ya se sabe. Uno le da la mano a alguien y enseguida el brazo se convierte en el siguiente elemento codiciado. Sobre todo si están en juego una comunidad de usuarios y un monto de dinero sustancioso. La pelea por retener perfiles es evidente; aunque también es normal. Y nosotros nos dejamos querer, o bien, huimos horrorizados hacia otro entorno si es que nos vemos acorralados o no creemos manejar lo que puede ocurrir con nuestro contenido.

¿Qué me pasa? Que Facebook me ha hablado hoy. Y no sé qué más contarle, vaya. La famosa caja en la que escribimos nuestro «estado» ha empezado a alternar diferentes preguntas (mirad, mirad) más allá del ‘qué haces’ o ‘qué piensas’ y claro, el efecto bloqueo ha sido inmediato. ¿Que cómo me siento? No me tires de la lengua. La agresividad sube medio punto. Imaginemos un repertorio mayor de cuestiones concretas: «Veo que tienes una relación complicada, ¿y eso?». Ay.

 

 

Exagero, aunque con una risa nerviosa de fondo. Como las diferencias entre ricos y pobres, el abismo entre los expuestos y los escondidos crecerá. Unos acabarán midiendo sus palabras hasta en las cartas a Papá Noel (ver política de privacidad); otros explotarán la vía Ed Harris, con seguimientos transmedia de sus 24 horas de vida. No me extraña que la hermana de Mark Zuckerberg se líe. No es fácil optar por el camino medio.

Resulta que colgó una foto en Facebook con su familia que, en principio, solo podían ver sus amigos. Pero etiquetó a su hermana y entonces la instantánea era también visible para los amigos de esta. ¿Qué pasó? Que alguien la tuiteó. Y Randi, la hermana de Mark, se enfadó un poco, aunque luego reconoció que la culpa había sido suya, no sin dejar de mencionar la «decencia y humana» (¿?) (aquí la secuencia completa). En casa del herrero…

 

 
No son Randi ni su hermano, el jefe, de los que hacen marketing con sus cosas. Por estos lares españoles tampoco se da esto en las altísimas instancias. O no como lo hacen Barack Obama y su equipo, con una estrategia global enfocada a enseñar del día a día presidencial, con tuits, vídeos, fotos y demás, como si de la estética se dedujera un fondo kilométrico. Se trata de enseñar sin contar mucho, de empatizar y de demostrar que uno está ahí. Y que mola.

 

 

En Pinterest o en YouTube, tanto da. Desde luego, saben cómo controlar ese aspecto y lo hacen muy bien. Decía que aquí vamos por detrás, pero me parece a mi que cualquier intento por asemejarnos a la inmaculada propaganda estadounidense va a interpretarse mal. La casa real intenta seguir esa línea y estrena canal de vídeo, web y «preguntas frecuentes». Nos parece poco, porque hay demasiadas cosas que queremos saber y que no encontramos en ninguno de esos sitios (¿en la entrevista? nah). ¿El making of del mensaje de Navidad? Eso ya es un poco más Obama.

(Aprovecho para sugerir que las fotos y vídeos que difundan casa real, Moncloa y similares instituciones tengan una licencia de dominio público o creative commons. Por comentar).

No nos atrevemos demasiado, no acabamos de verle la gracia a colgar una imagen distendida con nuestra familia sin pixelar las caras de nuestros hijos, como hizo ayer mismo el presidente del Gobierno.

 

 

Mariano Rajoy no es muy dado a exhibir su lado personal, sorpresas aparte. Salvo algunas fotos de reuniones o cumbres o visitas a tropas, por ejemplo, cualquier cosa que comparte Moncloa en redes sociales tiene un carácter muy serio, siempre de trabajo. ¿Habría que cambiar eso? ¿Nos reiríamos si de repente Presidencia difundiera una imagen de estas características? (Es de Pete Souza)

 

 
Voy terminando. Creo que hay gente que acaba confundiendo el hecho de mostrar sin enseñar con ‘les doy algo para que estén contentos y así no me dan la brasa’. Que supongo que justifica buena parte de los excesos en redes sociales de algunas caras conocidas. O igual se trata de una simple ingenuidad, fruto de una confianza ciega en el feedback bueno.

Hace no mucho, el futbolista Gerard Piqué compartió en Twitter una imagen de la ecografía de su bebé, el que va a tener con Shakira. Mi opinión personal es que eso es como enseñar unos análisis de sangre o algo que sepamos calificar sin ninguna duda con la palabra «privado». No soy especialmente remilgada con este tema, pero sí creo que la prudencia es importante. El tema de los padres que monitorizan las existencias de sus hijos en las redes sociales da para una tesis que no pienso escribir, aunque ya hay gente posicionada, muy en contra, al respecto.

Antes era patrimonio de famosos o de padres de estrellas infantiles exponer al vástago al escrutinio social masivo, aunque luego terminaban quejándose igual por el interés suscitado; ahora ya puede hacerlo cualquiera. Internet y las redes sociales son una magnífica herramienta para comunicarnos, aunque yo no le enseñaría una ecografía de mi futuro hijo a la señora del estanco. Pero hay quien sí. Las elecciones son siempre personales.

Como la de compartir con todo el universo las circunstancias de tu cena de Nochebuena, en general -ojo, Nochevieja está cerca-, o las de tu cuñado, en particular. Aunque esto va a ser una necesidad psicológica, me temo. O si no, ¿qué hacíais todos enganchados al móvil?

 

 

Paradojas, retroalimentación… y humor

Pregunta: ¿alguien más ve en la imagen de abajo un lanzamiento de pelota de goma? De fondo, el hashtag #somosterroristas, que aglutina (junto a otros) desde esta mañana los comentarios, serios y graciosos -de todo hay, aunque el tema se preste más o menos-, sobre la anunciada reforma del Código Penal. No es un montaje, es el efecto que producen los mensajes en Twitter analizados con Spot. Ahí lo dejo.

#somosterroristas

En cualquier caso, han sido estas menciones en las redes sociales las que, una vez más, han logrado que algunos medios de comunicación, en sus ediciones digitales, decidieran -un poco tarde- darle relevancia de portada a un asunto que la gente ya había hecho suyo. La retroalimentación funciona en los dos sentidos; ayer ocurrió con el vídeo de Mariano Rajoy -el primero fue de TVE– y antes con el incidente de Soria; primero pasaron por los medios, después llegaron a Internet.

Otra paradoja. El día en el que conocemos -previo embargo informativo y su violación, por cierto- la subida de los precios en el transporte madrileño, la etiqueta #tarifazoMadrid es trending topic por debajo de otra patrocinada: #YOCONUNMERCEDES. Un efecto Loewe cualquiera, un viral a la altura de ver cómo el nombre de Froilán domina el mapa de España. Esas metáforas impagables que no son noticia, pero que pueden ser anécdota.

Collage de hashtags

Voy de menos a más, como véis. Y es que entre ayer y hoy la pericia de los usuarios en las redes sociales se ha tornado en memes, vídeos y juegos de palabras. Incluso en Google Plus. Empezando por #CorreMarianoCorre y terminando por #peliculasterroristas. El humor alivia, que no es poco.

Comenzamos, por tanto, con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuya espantada ante los medios de comunicación que le esperaban en el Senado desató una indignación controlada. Pero claro, Benny Hill tuvo que salir y hasta Leño puso música a las imágenes en cuestión. El líder el Partido Popular se ganó también un protagonismo visual inmediato como presunto atleta, imitador de Forrest Gump, el Flash de siempre y un icono genérico. Incluso la cabeza de una chica que desaparecía en el vídeo engullida por la mano de un cámara ha recibido su atención.

Hoy los mensajes continúan floreciendo, como el fraude fiscal: «En el próximo anuncio de Visa, tienen pensado confrontar Usain Bolt y @MarianoRajoy …» (@menudango); «La prima de riesgo, poco pero bajando #CorreMarianoCorre sigue!!! animo!!!!» (@MontesManel); «¿Alguien sabe qué hay de cierto sobre la oferta de Decathlon a #Naniano para el anuncio de pronador o supinador?» (@EderBC). Casi todos en esta línea, aunque la huída también se ha ganado sus reproches.

Seguimos con el tiro en el pie. El pobre Felipe, que no tiene culpa de nada -y además es menor, no hay que olvidarlo-, ha sido el centro de chanzas infinitas por su encontronazo con un arma. Aquí podéis ver algunos de los comentarios en Twitter. Y justo aquí debajo os dejo otros tantos, también de Spot. Logró ser, por supuesto, tendencia entre nosotros y ha sido rebautizado por la masa como el «primo de riesgo». Hasta su perfil falso ha hablado.

Tuits rescatados de Spot

La subida del precio del metro en Madrid, mencionada al principio, ha sido asimismo objeto de críticas e ironías varias. No es para menos, en siete años el precio del metrobús -billete de diez viajes- ha crecido un 107%. Mis favoritas son estas: «Sólo espero que Mercadona reaccione y saque el bonobus Hacendado» (‏@AngelaLHenche); y, por supuesto…

No han faltado tampoco, por último, los crossover hashtags, como yo los llamo.

Con ellos nos quitamos de encima varios temas a la vez, por si acaso toca seguir comentando. Ya se sabe. Ejemplos: «¿Quien ganaría una carrera, Urdangarin o Froilan? (se coje antes al mentiroso k al cojo) aunke ayer habria ganado #correMarianocorre» (@PedriBilbao); y «El metrobús en Madrid sube casi un 30!! No me extraña q Rajoy salga corriendo» (@pepis2012).

Mañana será otro día. Y otro hashtag.

(Tómese todo esto con humor)

Imagen tomada del Tumblr Love will tear us aznar

*La imagen es del Tumblr Love will tear us Aznar.

‘Quedada’ con Obama

Hace solo cuatro días la Casa Blanca anunció que ya tenía cuenta en Google Plus. Más de 21.000 seguidores después, va colgando imágenes de making ofbehind the scenes– sobre el día a día (laboral) del presidente Obama, que ya tenía su propio perfil desde hace unos cuantos meses. Su apuesta por las redes sociales es muy fuerte, y el uso que hace de ellas, un acierto con el que va ganando adeptos.

Fuera de las paredes del despacho oval, además, la campaña para las elecciones generales de este año es un motivo más que suficiente para darle un impulso a herramientas últiles como Instagram y Tumblr. Y siempre apelando directamente a la participación de la gente, sea con un hashtag, sea mandando preguntas para un hangout -encuentro, por cierto, con gran potencial periodístico para la BBC– que se producirá el próximo día 30 de enero.

«No necesitas un teléfono rojo ni un pase de prensa«, dice el vídeo promocional. Hay cuatro días para dejar preguntas, por ejemplo en el canal de YouTube de la Casa Blanca. No es la primera vez que Obama, que hoy pronuncia su discurso sobre el Estado de la Unión -y sobre el que pide comentarios-, se somete a un interrogatorio virtual. También lo hizo Zapatero, aunque muy al final de su mandato.

La Administración estadounidense asegura que las ‘quedadas’ en Google Plus con algunos de sus miembros para conversar sobre temas concretos van a ser continuas. ¿Creéis que aquí podría hacerse lo mismo? Por el momento, la rueda de prensa de los viernes tras el Consejo de Ministros es el único lugar para la respuesta bajo demanda, al margen de ocasiones (y perfiles) puntuales en Twitter.

¿Se le podría sacar más partido al canal de YouTube de La Moncloa?