140 y más 140 y más

"It's the end of the world as we know it (and I feel fine)" Michael Stipe

Entradas etiquetadas como ‘Linkedin’

Propósitos (por si acaso) 2013: 1 día, 1 red

Me diréis que no se cumplen y que normalmente tienen más de idealistas que de realistas, pero no voy a hablaros de propósitos a largo plazo, sino de algo que podéis (debéis) hacer un día de estos, aprovechando las vacaciones (si es que las tenéis) o al menos un festivo suelto. Al igual que ordenamos los armarios o las librerías de casa, poner orden en las redes sociales viene bien de vez en cuando. Y me refiero a un Facebook, un blog, un Tumblr, un Menéame o un Linkedin, a las más comunes.

Imagen de Magnus D

Ahora que empieza un nuevo año, podemos hacer un repaso a toda nuestra existencia digital. Para los que no tengáis mucha -seguro que más de la que creéis-, a lo mejor en un día lo tenéis solventado. Para los demás, recomiendo empezar por aquello que usamos más. Y aquí permitidme que os cite el correo electrónico, que no es estrictamente una red social, pero que sin duda es lo que más se utiliza: vaciad bandejas, mandan correos pendientes y dejadlo todo a cero.

En cuanto a las redes, y dados los cambios que últimamente han hecho muchas de ellas, creo que algo inteligente es repasar las configuraciones de nuestros perfiles, la privacidad, quién puede ver lo que publicamos y quién no, etc. Una por una. Y, por supuesto, hacer limpia de ‘amigos’, seguidos y demás. Ya, suena un poco cruel, pero es que es muy sencillo engrosar una lista que en un momento dado puede llegar a monstruo. Aquí, la ‘táctica de los jueves’ que os comenté en su día es muy útil.

El consejo es eliminar todo aquello (o a todo aquel) que ha dejado de aportarnos algo. A continuación, algo que no solemos cambiar: la foto del avatar. Podemos buscar una más actualizada o que represente un poco mejor lo que queremos ahora. Yo intento poner la misma en todos mis perfiles (también el nick), aunque esto no lo cumplo a rajatabla con algunas cuentas privadas; sí lo hago con el nick, siempre es el mismo, al menos desde que tengo conciencia digital.

Actualizar ‘bios’ o curriculum puede ser el siguiente paso, si es que tenéis algo que actualizar. Hablo de Linkedin, pero también de los textos breves que ponéis en los perfiles de Facebook o Twitter, por ejemplo. Eso que os define en una palabra o dos, o bien, ese blog que tenéis (¡ponedlo!). También podéis, de forma adicional, tener un about.me o similar. Un lugar en el que, de un plumazo, la gente pueda ver lo que sois en Internet y las redes sociales; los que tenéis web propia podéis mostrarlo ahí.

Hablando de blogs. Si tenéis alguno medio abandonado, cerradlo o retomadlo. Lo mismo con Tumblrs y demás (es mi caso, yo voy a tener que ponerme las pilas bastante). Poned al día vuestros tablones de Pinterest, los álbumes de Flickr y Facebook, etc. Y repasad todas esas cuentas o registros que hicísteis en webs, medios de comunicación, redes sociales que al final no tuvieron éxito u otras que usáis poco. Sopesad si queréis seguir con ellas.

El conjunto debería ser asequible y manejable, aunque esto no suele cumplirse casi nunca.

Por último, siempre es práctico fijarse en los perfiles de amigos y conocidos para saber en qué redes sociales se mueven o cuáles acaban de descubrir. Fijáos en gente que tenga una presencia en Internet solvente, constante y actualizada y a lo mejor podéis sacar ideas para la vuestra. Probad redes nuevas (sin ansiedad, ¿eh?) y, sobre todo, alternativas: de fotografía, profesionales, anónimas, de colaboración y cultura libre, temáticas, sobre hobbies, de storytelling, de vídeo

No os volváis locos, podéis proceder así tanto para organizar como para explorar: un día, una red. Así no se os hará pesado.

* Imagen de Magnus D.

Buscar trabajo en los 80 con Linkedin

Una nueva entrega nostálgico humorística de Squirrel-Monkey nos explica cómo buscaríamos trabajo a través de la red social LinkedIn en los años 80… ¡con un CD Rom! Aunque eso de imprimir un formulario, rellenarlo y mandarlo por fax no se me antoja tan extraño hoy día (todavía).

Unos días antes, por cierto, le tocaba el turno al YouTube de hace dos décadas, con apasionantes vídeos de «calidad» -memes, gatitos y tal- y una irónica anticipación de la «cibercultura». Leed los comentarios que han dejado los usuarios, no tienen desperdicio (y aportan algún dato).

Y sí, yo también había escrito en la barra del navegador la url de ese otro vídeo que aparece en el minuto 2:43. Pero ya nos habían avisado, que conste.

LinkedIn nació en 2002; hace siete años se subió el primer vídeo a YouTube, con elefante y todo. Desde entonces y hasta hoy los números de esta red social de vídeos no han hecho más que crecer, aunque menos de lo esperado para algunos.

YouTube tiene hoy 800 millones de usuarios únicos al mes -101 millones menos que Facebook- y recibe 4.000 millones de visitas al día. Google lo compró en 2006 por 1.650 millones de dólares.

¿Para qué y cómo uso las redes?

Resulta que cada vez que aparece una nueva red social tenemos esa sensación de que hemos de estar en ella, por lo que pueda pasar.

(Por si acaso) creamos una cuenta y confiamos en que de algo nos valdrá o, por lo menos, nos aseguramos de que nadie va a apropiarse de nuestro usuario, ese que ya tenemos muy bien posicionado en los escaparates mainstream. Por el que nos conoce todo el mundo.

#yoconfieso que lo he hecho alguna vez, por ejemplo, con (Go)Miso -para compartir qué serie o película estás viendo en la televisión-, Eskup -la red social de El País– o Quora -no sé, ¿dónde queda entonces Yahoo answers?-, a las que después no he dedicado prácticamente nada de mi tiempo. También es cierto que me pica la curiosidad y opto por investigar de primera mano cuál puede ser la utilidad de la red en cuestión, cómo es su diseño, etc. (Por si acaso).

Me quedé sin profundizar en Yumit -¿se lo habrá comido Instagram?- o en los check-in de Foursquare; aunque creo que tendré que recuperar el tiempo y ponerme las pilas con la geolocalización si atiendo a los buenos consejos de Ana Ramírez (@petitsetmaman): ojo, que en los próximos diez años se lanzarán al espacio 230 nuevos satélites comerciales. Recomiendo que echéis un vistazo a esta presentación que hizo en el último CafeyTwitts.

Con todo esto me estoy refiriendo a redes sociales que todos conocemos, las mayoritarias.

Después hay muchas más, específicas, temáticas, de las que un día de estos os hablaré. Pero es que The Wall Street Journal ya nos ha explicado esta semana, citando datos de ComScore, que Facebook se lleva una media de 6,7 horas al mes por usuario de redes sociales. Además, Facebook acaba de anunciar novedades importantes. Igual que Twitter.

Mi uso de las redes sociales se limita a un número de ellas concreto, aunque ya le he echado el ojo a Path, que por cierto utiliza nuestro meteorólogo Emilio Rey (@digitalmeteo); le preguntaré. Aunque hay muchas más cosas que investigar por ahí.

En mi caso, no recuerdo si fue antes Facebook o Twitter, pero con ellas hago cosas muy diferentes. La primera sigue siendo bastante más personal y mantengo incluso el perfil cerrado, aunque tengo intención de cambiar esto. Creo que usamos muy poco esta red social para cuestiones profesionales, porque LinkedIn se ha adelantado por la izquierda y porque a mi, que soy periodista, Twitter me hace un buen favor con el tema de la inmediatez.

Me he propuesto subsanar el error y, poco a poco, nutrir mi perfil de Facebook con otras cosas orientadas a mi profesión, aunque sin desechar el entorno más cercano. Eso sí, puede que quite algunas fotos… De momento, es Twitter quien acapara mis minutos en las redes sociales: a través de ella he hecho más contactos e incluso amigos, por qué no decirlo. Y también es la red que ha dado visibilidad a mi trabajo. En este sentido, Google Plus comienza a recorrer también ese camino, pero de una forma mucho más lenta y difusa.

A veces publico mis tuits de forma automática en Facebook, pero intento que mis contenidos en cada una de las redes sociales sean distintos o, por lo menos, no publicarlos al mismo tiempo para no spamear. No obstante, cuando he escrito algún reportaje o un post que creo que me ha quedado bien, lo hago sin pudor y me pongo en modo autobombo. Qué remedio.

Foto de @MirenM

Instagram me gusta mucho. También tengo el perfil cerrado -aunque el otro día Berto (Romero) me recomendó que lo abriera- y la uso para fotografiar casi cualquier cosa que me parece atractiva y que no requiere una cámara más grande. Sé que puede pervertir la fotografía como concepto por el hecho de tener filtros, pero es un divertimento. A veces comparto mis fotos en Twitter y Facebook.

En Pinterest soy nueva. De momento estoy explorando y he prometido un post con mis progresos, aunque hay a quien le parece, con cariño, que abusa de los gatitos y la moda. También estoy en Flickr y YouTube, claro, aunque es verdad que no les saco el partido que merecen. En Tumblr hago mis pinitos y a Tuenti, como podréis suponer, llegué un poco tarde (y casi a MySpace).

Este es mi balance personal, pero me parece que cada vez va siendo más profesional. ¿Es este el verdadero valor de las redes sociales? ¿O creéis, por el contrario, que se están banalizando por momentos? Me gustaría recibir vuestros consejos y también opiniones. Y no, no tengo LinkedIn.

* El vídeo es de The Wall Street Journal. La imagen es una de mis fotos favoritas tomada con mi móvil para Instagram. Se titula Tintin way of life.