Todo está en el aire, eso es lo bueno, en parte, y lo malo, a ratos. Nadie sabe nada, el secreto A se choca o marida con el secreto B y un montón de secretillos pululan y culebrean y se entrelazan por minutos formando un hojaldre que se llama España y que se bambolea en los hojaldres mayores, algunos enormes, del mundo en general, planeta, sistema, galaxia, Biden/Trump/Putin, Xi, Erdogan… los colosos con pies de plastilina, África, América, Asia, Europa… se deshacen los polos el permafroooost a más velocidad de lo previsto el hojaldre se derrite, cambian las corrientes marinas y los vientos y las ballenas se hacen la cola un lío, más o menos como todos, las bacterias rugen de ansias y hambre y poco a poco a mil kms/s se ha ido la semana que ya pronto será santa pasó el miércoles de ceniza y los fieles son todos emigrantes y la mayoría de los curas también y está todo temblando más o menos como siempre, aunque un poco mejor que nunca porque el planetoide ha evolucionado algo con retrocesos y fracasos y más miedo que alma estriada del fusil…. bum.
Mejor que haya sosiego y temple en los altos mandos y en las corporaciones monstruosas y que sujeten el delicado móvil de Calder que está en un ay ay ay.
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La peli Los que se quedan, de Alexander Payne, buena para ver.