Junts y Erc son ya Tip y Coll de la hégira actual, los clásicos de la temporada horrísona en los albores de la sanchería, que no acaba de romper. La sanchería pega buenos gatillazos y cogobierna (co-co-co-co-co-gob) pero no alcanza la plenitud de sus ansias, que es el mayorazgo de Labraz de la hispania agónica y plúrima, el sanchazgo ha de lidiar hora tras hora con sus ávidos socios, los sociminis de la Moncloa en llamas. Hasta para cambiar el papel del salón de banderas, que ha habido que comprar más mástiles, necesita SXXX el permiso y el placet y el nihil obstat de la curia cat y de toda la colla, que para el día de la Hispanidad este año van a desfilar los castellets sobre los blindados y la cabra gorda de la legión llevará la barretina y bailará el chirimiri. Junts y Erc o Erc y Junts son la banda sónica del sancherío, que ahora tiene que embuchar en la ley de amnistía el trasvase del Ebro y remontar la clemencia hasta antes de Chindasvinto y Recaredo, y que abarque o acoja los delitos de terrorismo, así se podrán beneficiar los otros y los de más allá, y empezaremos de menos cero si es que los organismos mundiales permiten esas retroactividádivas. Al final el sancherío, como redacta las leyes con chat gpt, aumentará las penas de los amnistiados, será como el sí es sí pero al revés, y habrá que retroactivar hasta la fundación de Roma o más. Entretanto Erc y Junts siguen siendo los díscolos mandamases y son los tiempos tan intensos de la cuarta o quinta desamortización de España, etc.