Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

El mes de la nada ha parado el tiempo… oficial

El mes de la nada ha parado el tiempo irreal de las instituciones, lo demás va lanzado como manda septiembre.

Unos se juegan todo / todos pagan a unos / el iphone nuevo.

El mes de la nada ha parado el tiempo oficial, el otro va más rapido que nunca, ya de los nervios.

Ambos están a punto de descarrilar… por el entrelazamiento natural.

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Presencias a tope, fantasmas del pasado actual, resucitaciones de quita y pon, vigencias urgentes, alarmaciones, seres vivos o muertos doblados por ia de alquiler, apps que crean cuerpos para suplantar a personas vivas y muertas, grandes y pequeñas, locura de intensidades y terrores de pacotilla. Y verdaderos.

Billonarios sin nada que hacer más que pensar en qué podrían hacer si quisieran hacer algo, tecnológicas de sí mismas, jaleos, barullos, trifulcas en cada cumbre y en cada pasillo.

Imposiciones del poder en sus caídas múltiples, imposiciones de los poderes en sus decrepitudes y caducidades, contubernios, conjuras, urdiciones, silencios.

El mes de la nada pasa despacio para los enormes poderes anquilosados y velocísimo para los extremos: ciudadanos bajo las inflaciones siempre a punto de fugarse a no se sabe dónde (a ninguna parte, las vacaciones, si las hubo, ya pasaron) y megaempresas que cambian de manos en un minuto y medio segundo.

En el bloque inmóvil de los poderes electos y sus derivados, que cada vez son más numerosos y menos fácticos, el mes de la nada pasa sólo con ruido y furia y amenazas y admoniciones.

Y el fingimiento propio de la decadencia.

 

El PIB estaba mal calculado/a.

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