El fallo del rubiales, como el de todo presunto, ha sido hacerlo al lado de la infanta y la reina, o sea, de la representación de la jefatura del estado en acto oficial mundial. La foto.
Se agrava el efecto, si ello es posible, por las declaraciones del presunto presidente insultando al público en general. A esas alturas el Estado aun no le había forzado a disculparse o a callarse.
El Estado estaba en otras cosas, distraído, agobiado… seguramente con su propia existencia, siempre en peligro inminente por invasión turística, tensiones centrífugas, desidia genérica, etc.
Habría que ver qué institución o qué cadena de mando ha obligado al presunto a disculparse. Y por qué ha tardado tanto y ha grabado un vídeo tan largo.
La frase:
«Seguramente me he equivocado»
El adverbio cuestiona el mensaje.
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Por lo demás todo sigue su rutina caótica normal. Queda verano y aemet se confirma como la insti preferida.
Todos los veranos debería estar el gob en funciones. Dejar un retén técnico, a su vez de vacaciones, n veces.