Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Los spamers siguen llamando más que nunca

Y así va el day peu a peu, se recupera algo el ambiente callejero, ayer lunes estaba OUT, no había fuerzas, ni gente ni, quizá, dinero, a saber.

El fin de mes solo lo conocen los bancos y las 4GAFA del averno y nadie sabe tanto de sí misma/o/e como esos entes (y hacienda a veces).

Es verdad con el calor se cae el acento del «sólo», pobrecillo.

Lo mejor de los blogs, benditos blogs, es que no hay que apelmazar los párrafos como en tiempos de Los Picapiedra, ni justificar, ni apretar las letras en el papirus, que era tan caro, casi, como ahora el papel de cocina.

O el higiénico.

Los que acumulaban papel cuando la pandemia ya declarada extinta (excepto Vargas Llosa, que se mejore) eran unos premonitores o prescriptores.

La pandemia se ha acabado y yo aun llevo una mascarilla en el bolsillo de un pantalón: es el kit de apreturas, para ir de incógnito ante las cámaras infinitas y los trenes petados de tenorinos.

La tonsileta.

Mi hermana se inventó esa (y otras muchas) palabras para suavizar cuando se nombra la tos, sobre todo la tos de los niños, kgm kjjm. Las palabras curan más que los principios activos. Tonsileta y ya.

El gob ha prohibido las llamadas basura comerciales spam monserga pero siguen llamando a todas horas mil millones de veces así que nadie ha perdido el empleo, excepto, quizá, el propio gob que todo lo hace a medias, sí, pero ya veremos.

Llaman más que antes.

Lagunas legales, seguridad jurídica basura, etc.

La entrevista de Genoveva Crespo a Belloch, que ha publicado sus memorias.

La cosa está crispadilla, por eso.

 

 

 

 

 

 

 

 

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