La confusión, dentro del orden, llega hasta el horizonte aquel y más allá. Por el este la invasción, atascada, sigue en pleno agónico contrataque.
Ayer ganó la selección española (de fútbol) en los penaltis. El definitivo fue al estilo Panenka, en pompa.
Las agonías del verano incipientísimo se refocilan con el revival del duelo Hamilton vs Alonso, que ayer en Canadá quedó segundo.
Los coches alivian el techo de deuda o de gasto o de lo que sea. Lagarde volvió a cumplir instrucciones y subió los tipazos, los hipotecados variables agonizan con cada reunión del BCE.
En Esp todo se lo comen las eleccs, las anteriores 28-M y las próximas, 23 J, que pronto caerán en el olvido confuso que engulle todas las cosas, memes, dígitos, memorias…
Lo usual es reconocer que vivimos en la era Berlusconi, olvidadísimo y revivalizado, homenajes al factótum de la política sentimental emocional espectacularísima. Trump y el mundo fake ha pasado de ser un insulto a ser un semielogio.
Pero todo lo que se hace meme es un elogio pues estamos en el bucle elogiante.
Lo que sale triunfa. Lo que no se olvida incluso de sí mismo/a.
Strictu sensu: bucle autoelogiante berlusconal.
Muy largo para título. Y para todo.
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