Sánchez SXXX nos va a poner un piso, pero es El pisito de Ferreri y Azcona, o sea, humo de estrellas, bambolla vana y flux electoral. Se comprende que al ir todo tan apretado enuncie la luna y el sol, pero ya hemos visto otros flamugios.
En el plano terrenal el sanchazgo se esfuerza por sobrevivir a la dura pelea por la vida política, se la busca como puede, y ha demostrado ser un lince, pero al gentío raso le da todo igual.
La regulación, la burocracia asfixiante, la extractividad sin tregua, el ordenancismo y la sobresaturación de leyes absurdas, mal redactadas, mal pensadas… han colapsado el superavit afectivo de la nación, que es tan alto que una y otra vez se sobrepone a toda esta morralla insufrible y se echa a los bares, ya que no a la cultura, y ya es bastante: la hostelería es la culutra española, el tapeo y el tardeo y el frufrú social.
Sánchez, SXXX, con su frivolidad acelerada, pide un titular y sus mesnadas de asesores le ponen de nuevo en la mesa la Sareb y sus cuatro pisos que no revendió la mujer de Aznar, Ana Botella, pero pasa el lunes y el martes salen las cifras de la realidad sarebiana, y vuelve el persistente sí es no, o no es sí, ya da igual porque casi nadie atiende a estos anuncios de finde y rosas.
En fin.