A Messi, mejor futbolista del mundo y del Mundial, le han opacado con una capa negra. En la entrega de la copa del mundo el emir le pone una capa de lencería fina, capa negra que tapa la camiseta de la selección argentina, el escudo, las dos estrellitas de los mundiales, el logo de Adidas y, lo que es peor, al propio Messi que, según la crónica enlazada, parece sorprendido
Si estaba pactado y el ídolo ha cobrado un extra está mal, pero si es una sorpresa es horrible. La capa negra tendrá muchos significados para el emir y sus protocolos e identidades y monsergas, pero esos significados son tan infamantes como el régimen dictatorial que dirige, que discrimina a mujeres, gais y a cualquiera que no comulgue con sus monsergas. El mundial de Catar ha sido una vergüenza y el partidazo de la final no lava ni redime nada. Y el presidente de la fifa es cómplice de un mundo hipercorrupto y sobornador. Y los muertos en la construcción de los estadios.
La imposición de la capa a Messi es el colofón del oprobio.
Este recordatorio de Amir Nasr-Azadani, el futbolista iraní que está condenado a muerte en Irán tras participar en las revueltas a favor de los derechos de las mujeres.
La fifa catarí ha prohibido cualquier manifestación sobre el mundo real, ha querido blindar el Mundial y ha conseguido emponzoñar el fútbol, la fifa y la vergüenza forrada de millones de las satrapías teocráticas.
La megalomanía de la capa negra ha hecho desaparecer a Messi y a su país y al fútbol dentro de un velo de lencería letal.
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Solo queda que Catar celebre un mundial de fútbol… femenino. Y que jueguen con burka.
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En España y parte del mundo nos contempla estamos esperando a ver si se hunde el Estado y cómo lo hace.