La Unión Europea está bajo sospecha de corrupción… Urge echar la culpa a Catar cuanto antes. No se vaya hundir todavía más la confianza de la ciudadanía en sus políticos e instituciones.
La UE, al menos vista desde España, parecía un poco al margen de estos manejos tan nuestros. Pero era lo que queríamos creer: que al menos algo aguante. Que alguna institución sea honrada…
Honrada en parte, no nos pongamos estupendos. Pero sí algo más honrada inaccesible al trapicheo que nuestro país, en el que el debate ha caído hasta el nivel de cuánto hay que rebajar las penas a los que roban de lo público.
La palabra malversación es algo blanda, en parte ya exime a los que la practica. Es un robo y punto. Un robo a todos.
La figura delirante en torno a este recorte exprés para complacer a los socios de erc es que no haya ánimo de lucro… personal.
El caso es que ante la avalancha de corrupción sistémica (¡avalancha sistémica!) de España pensábamos que en alguna parte, en un lugar vagamente ideal, quizá en la UE, habría un poco de control y mesura. Casi honradez relativa.
Ahora se nos ha caído la ensoñación.
Al mismo tiempo resulta casi un halago: pensábamos que la UE ya no pintaba nada, como así casi es, y vemos que Catar está presuntamente echando dinero bajo mano presuntamente para… para lo que sea.
Así que no deja de ser el lado bueno de una pésima noticia. El otro lado bueno es que los ha pillado, al menos a algunos, o algunas.
España sigue con sus malversacionismos recortables.
Al menos sigue lloviendo.
Claro que este baldón (presunto) sobre la Unión Europea podría hacer que se pusieran las pilas los gobs diversos y la propia UE y sus organigramas de luxe y diren un pasito más para la unión efectiva que anta falta haría y hace.
Unión bancaria, fiscal, de todo. Antes de que reviente es mejor apretar los lacitos y el vínculo. Desde el Brexit no hemos avanzado nada. Ni la invasión de Ucrania ha conseguido que la UE avance en sí misma. Solo para seguir a USA y venga gastar. Hay que dar ese paso. La corrupción (presunta) puede ser el detonante.
El que no se consuela y es optimista es porque no quiere.
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Fusión !