Este cielo amarillo de octubre amanece con la luna fresca más el irpf el ipc y eso. ¡Y el iva!
Cielo amarillo y los pájaros que quedan. Las gallinas saben lo que hay que hacer en un caso de chernobyl.
Los drones festivos van todos a una. Los drones iraníes que compró Rusia para atacar a Ucrania van ciegos al gps en grupos suicidas, son misiles baratos que se pueden anular con inhibidores baratos.
Putin no tiene misiles ilimitados. Chatarra letal.
Cielo amarillo como La lluvia amarilla de Llamazares, la despoblación está en pleno auge.
Bajo las bombas de Putin el subcontinente, apenas una península visto desde el este, se estremece y tirita en pleno calor. Tiembla de miedo preventivo. La canción de Polansky o el ardor Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS…
Los veranillos se suceden y pasa otro día más sin encender las calefacciones. Cielos amarillos amaneciendo a las ocho de la mañana bajo la luna ahuevada.
Los camiones de gasoil no llegan a tanta demanda, los pueblos perdidos en las montañas climáticas y en las vaguadas demográficas quieren tener el depósito lleno. Arabia Saudí ha hecho subir otra vez el combustible. Cada día trae sus precios.
Lo que más sube es no hacer nada. Sale carísimo.
Pero a veces compensa. En ese dilema esta el gentío mundi. Ius gentium.
Las almas y las cosas. Cielos de lomo de cebra por oriente.
Ya se ha puesto el cielo azul octubre veranillo bis, la España vacía hace las maletas con ruedas.
El consumo aguanta, quizás en este extremo del mundo haya sopa y caldo y los drones sigan siendo recreativos.
Tal vez quede algún verano.
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