El eminente investigador y catedrático de bioquímica y biología molecular Carlos López-Otín ha culminado su trilogía –los anteriores son La vida en cuatro letras y El sueño del tiempo (con Guido Kroemer)– con el libro Egoístas, inmortales y viajeras. Las claves del cáncer y sus nuevos tratamientos: conocer para curar (Paidós).
Es un manual que compendia lo que se sabe del cáncer, su historia y la historia de los descubrimientos que han permitido llegar al estado actual del conocimiento y a un elevado índice de curaciones.
Explica muy bien que es una enfermedad genética y que las células afectadas dejan de cumplir su misión como parte de un organismo y se entregan a un crecimiento sin límites —egoísta–, buscan a la desesperada una inmortalidad ilusoria, y la consiguen, aunque a costa de aniquilar el cuerpo en que viven, por lo que ese comportamiento acaba por matarlas a ellas también. El adjetivo viajeras alude a que se expanden hasta colonizar el organismo entero, o lo intentan.
El libro, aparte de los fundamentos bioquímicos, propone un panorama completo de la evolución humana y está lleno de ejemplos y personas, por lo que siempre mantiene una visión humanista y empática con las personas concretas. López-Otín, además de hacer avanzar el conocimiento con sus investigaciones, siempre tiene presentes a las personas concretas y habla desde esa cercanía y desde una gran experiencia en el alma, o en el corazón, que también están formados por células a las que, sin embargo, trascienden: el ser humano no es sólo un mecanismo.
También da la última hora de los avances, verifica las diversas vías de acción y sus resultados, proporciona conocimiento para ver qué podemos esperar del futuro en esta lucha contra una parte rebelde de nuestra propia evolución e insiste mucho en la prevención mediante alimentación y vida sana, tanto física como emocional y… medioambiental.
Es un compendio amplio que además está ilustrado con breves ficciones –siempre bien delimitadas– y una gran sensibilidad.
Fiel a su vocación humanista López-Otín arropa el vasto empeño de la ciencia y la medicina –la sociedad entera– con citas y referencias a obras literarias y artísticas, canciones y películas que ayudan a sobrellevar el impacto de verse por dentro y acercarse a esa última intimidad que es el gen y es la célula. Como tituló su primer libro: cuatro letras.
Carlos López-Otín ha dado una visión cultural y científica del cáncer siempre con ese objetivo que enuncia en el subtítulo: conocer para curar.
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Se nota que ha escrito este libro con el corazón y con el mismo impulso que guía sus investigaciones y su actividad académica: hacer el bien.