Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

La época se deshace como el hielo ártico

La época se deshace ella sola. Ya se ha deshecho. Los indicios del cambio climático (CC), ya evidentes, o abrumadores, son la cresta del gallo.

El gallo del fin del mundo ha dado el primer aviso. kikirikí.

O el segundo. Siempre ha sido difícil saber dónde estábamos.

Parece que ahora ya no estamos, o casi, en ninguna parte.

En poco tiempo (coma flotante) el CC ha pasado a ser lo obvio. Al menos para incluirlo en los planes de negocios.

Inversores CC.

Pero lo obvio hay que despacharlo de cualquier manera, y rápido. Y a otra cosa.

El ciclo se ha agotado, pero no compensa verlo. No sirve de nada. Es mejor seguir pedaleando en vano, al menos estamos entretenidos.

Mirando el móvil, que bendición, tic toc, para no pensar… en que no se puede pensar.

El poder piensa y cobra por todos.

Se han agotado las vías. La QE es el último invento. Comer del futuro. Esa práctica siempre ha existido, pero no tanto.

Estado Keynes llega tarde. Veinte o cuarenta años tarde. Estado keynético. En sus brasas ya muy intervenidas.

Sin riders quién traerá todo por casi nada. La pregunta neocap es quién va a hacer casi todo por casi nada en la próxima ola, que quizá es la anterior.

Y este año más que nunca el que puede puede intenta desaparecer. Pero todo está ahí, a un milímetro, al otro lado del invisible sudario.

El horror, Kurtz, el horror.

En fin, respire quien pueda y cuidado con el fuego, la lluvia, los monzones… y cuiden los uigures, los afganos…

Pequeño apocalipsis diario de agosto en el hemisferio nortesur. Un ciclo de reloj, coma flotante.

El hielo se desahace por fuera y la persona se rompe por dentro. La abres y salen microplásticos: es lo que nos une.

 

 

La nueva monserga del metaverso de las majors

 

 

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