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El big data del alma

Nuevo oráculo orante optimista aprensivo

El oráculo orante es un poco Jano, el de las dos caras: por un lado está concentrado compungido quizá agobiado. Por otro mira con alegría e ingenuo optimismo. No sabemos si esta mirada es para animarse, para seguir las normas del mainstream que obliga a ser positivos y todo eso, o qué.

Nos abemos casi nada de este oráculo orante, ni siquiera su nombre o su función.

Porque en este inframundi todo tiene nombre y función.

Descargue la última versión de su vida. ¡Actualice! – Más tarde – Ignorar.

El oráculo orante es un hombrículo todavía húmedo, el auténtico homúnculo del XXI, ya sin manos, o escondidas porque no las necesita, todo es inalámbrico, inmaterial y casi autónomo.

El orante oracular es todo simpatía futura y aprensiones presentistas, doble bifaz, doble o triple o nulo sexo.

Sabe que es una versión previa de la nada que está llegando, el mundo no espera nada de él pero también sabe que es capaz de dar a luz un idóneo que viene al mundo ya con los papeles en regla, una múltiple identidad abierta.

Todo incesante en el último minuto.

El oráculo orante no hace preguntas ni emite sentencias, solo sabe estar en húmeda alegría, ingenuo optimismo y aprensiones eternas.

 

 

Siendo los empresarios la mayor fuente de legitimidad, su anuencia al indulto ya lo bendice. Se nota que está al caer el money UE, la next generation no verá un céntimo, todo se va a fagocitar y deglutir in situ y en el acto.

De hecho, ya está gastado.

El futuro ya quedó explicado y congelado en el informe aquel de los expertos anónimos del gob.

Los empresarios han bendecido el lote completo. Si llega la pasta bien vale una misa.

El viernes llega medio muerto pero con mucha positividad.

La sanchería empezará en breve.

 

 

 

 

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