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El big data del alma

Semipánico por escasez de semiconductores

Que paguen impuestos los robots, por supuesto. Y cuanto antes.

La escasez de semiconductores, microprocesadores, chips, paraliza fábricas de coches. Paraliza casi todo.

Hay semipánico porque la demanda excede con mucho a la oferta. Y las previsiones son largas. Y la producción es corta, y muy localizada.

El gran Mateo Valero, fundador y director del BSCC, lleva años diciendo que Europa necesita un chip propio, desarrollarlo. La dependencia viene de la misma base.

El chip es el agua de hoy, es la vidalife total. El agua y el aire, que ya cotizan en bolsa, como los propios chips. Tierras raras e independencia en los semiconductores, utopías que el sanchazgo no se permite soñar porque tiene aunque colocar a tanta gente y repartir millones cuando lleguen.

Para fabricar una mascarilla hay que empezar de cero. Desmantelamos tanto que hasta la gomita es un enigma.

Así que el chip ni soñarlo. Lo demás es ruido y locura, necesidad y políticos impotentes. La gran impotencia en la sindemia, mezcla de varias pandemias que se retroalimentan. Hidra de nueve cabezas, el petit apocalipsis diario, los malos tratos laborales, familiares, unversales.

Esperando el chip en una esquina del mundo. Taiwan, Holanda, China misma.

Esperando el viernes cual funcionarios, hacer ejercicio, ver series, sobre todo no pensar. El nopensar.

Las fábricas de coches paradas, todo requiere un chip. Pronto cada cual llevará el suyo, si lo hay.

Esta semana perdida el sanchazgo ha anunciado vagamente once mil millones… y ya está.

 

Entretanto, en América, los mercados tienen un nuevo actor compuesto por multitudes organizadas a ratos: hoy ha vuelto a dispararse el precio de acciones en una oleada viral. Gamestop de nuevo, y otras. Si estos movimientos llegan a otros ámbitos, como ya ha pasado en momentos menos terribles, qué podrá pasar.

Se rompe la negociación PPPSOE. La sombra de la Gürtel tapa todo. Eligen a los jueces que les juzgarán. Por eso no quieren a los que ya les juzgaron. Vamos al juez robot, juez algortimizado que, por cierto, tendrá que pagar impuestos, como buen robot.

Finde buen tiempo, el cochecito de Marte estaría bien que enviara fotos de seres vivos echando un partidillo.

Aquí, el caso del profe francés Didier Lemaire, que alertó del dominio islámico y se ha tenido que ir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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