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El big data del alma

Menos se perdió en Cuba

El país se hunde como siempre, quizá un poco más. Acordarse de años duros consuela algo: no hay banda terrorista que asesine. Esto sería un avance.

En general el mundo va a con una pierna por dentro y otra por fuera. Putin Novichok y el jeque de Arabia Saudí van por fuera. Xi va por fuera. Trump proclama su pregolpismo retórico.

China crece: el palo derecho de la V. El virus ha matado a un millón de personas. Un genocidio sin culpables claros, de momento.

Geopolítica del virus: ruina total excepto China, que remonta y oculta. Vencedor del triste año covídeo. Aun queda un trimestre para consolidar el caos.

España se hunde como siempre en sus inercias: pereza, corrupción y copiapega. Menos se perdió en Cuba.

No quiere decirse que haya sido premeditado, programado, pero el virus nos está matando por todos lados. Muertos de muerte y muertos de asco/hambre. Ascohambre o hambreasco. Del pan negro y seriales de la radio hemos pasado a series y pan blanco goma.

Como en el crack del año 8, los que puedan apretar, apretarán. Los que pueden extraer, extraerán. Ya lo hacen.

El Estado, el que más. El Estado, los gobs zombis que lo exprimen, extraerá disimulando: agitprop POP.

Los paraísos fiscales aumentan su poderío. Nadie les tose. Hola, Davos, qué hacemos hoy.

Lo menos que podrían hacer es extender los paraísos fiscales para pobres. Que se pueda esconder dinero a partir de un euro. Quizá ya se puede. Pero eso sí, pagando a hacienda (los pobres).

Sumisión a China para comer, todos bendecidos, el que ose pensar será uigurizado. Redes de control. Esclavitud bajo plataformas tecnológicas, imperios emergidos y ambos. Un repartidor de pizzas de 89 años, Derlin Newey.

España no sabe invertir la pasta de la UE, solo accede a un poco escaso de 34 %. Es de los últimos en la lista de inútiles. Tampoco se sabe qué hace el gob sanchero (el IgleSánchez) para solicitar los presuntos euromillones. Sólo barullos y trifulcas políticas.

Llamar guerras culturales a las guerras culturales es el último atentado contra la cultura, palabra hueca oídos sordos.

Lo peor es que no hay constancia de que el gob trabaje en algo útil, solo en sí mismo y sus monsergas. En sobrevivirse a sí mismo/a y asegurar sus insumos y sus próximas e indefinidas puertas giratorias (dos ministras de la era Rajoy ya se han recolocado, Báñez y Tejerina: ¡presentes!).

 

 

 

 

 

 

 

 

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