Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

La Pax Sanchera

La calma chicha ha llegado y podría durar al menos un día o todo el verano.

Dentro de la incertidumbria universal, España se ha calmado. Los políticos y sus agitadores profesionales han bajado el crispadero tal como les demandaba la sociedad.

Aunque nadie sabe bien por qué.

Hay acuerdos, el PP cesa en sus acometidas, el santo cayetanismo se toma un respiro, hay negociaciones, reuniones, empresarios, sindicatos, familiares que no se hablaban desde el golpe del 17…

Hemos visto las orejas al lobo del averno, estamos en medio del túnel covídeo…

Los expertos con acceso dan varias razones para esta incomprensible tregua: Juliana dio seis el sábado pasado, el gran Antonio Franco escribe de eso hoy.

El caso es que estamos en plena Pax Sanchera, un hito increible, descomunal.

Es otro país.

Dedican sus tiempos a gestionar, reunirse, debatir… lo que sea. Inclusive quizá a la vida familiar.

El covidazo ha dado mucha vida familiar. Algo inaudito.

Fluye el dinero teórico: miles de millonazos van y vienen por las noticias, hoy estos, mañana los otros… no bajan de diez mil millones, según la franja horaria.

En total, un dineral de Deuda.

Ya veremos si llega algo a alguna parte. Quizá es que estamos esperando a Europa, que ha dicho que nos calmemos: si aparentamos ser educados y respetuosos nos irá mejor. Algo así.

De momento ha bajado el mortijuelo sistemático y el país va reiniciando sus microactividades, bajo mínimos, con cautela y pánico, pero la paz es balsámica.

Esperando que se materialice algo.

Quizá es que la clase política se ha adaptado por fin al estado anímico y mental del país, que es carta de ajuste, aguantar y a ver qué pasa por ahí.

Ir haciendo. Entretanto, ir haciendo.

O quizá es que estamos pasando el duelo, que como se sabe siempre tiene un repunte o una segunda fase en la que, pasada la tronada, se va asimilando el dolor y aceptando la pérdida. Quizá.

La pandemia, entretanto, arrecia por esos mundos, que son este, con graves quebrantos. A seis horas de avión el bicho va y viene con más soltura que las presuntas medicinas.

De momento, sin que se sepa por qué, nos mecemos en la Pax Sanchera, a ver si sabemos aprovechar esta tregua no declarada.

El neocap ya no tardará en lanzar alguna novedad que nos haga flipar.

¡Incluso podríamos inventarla nosotrxs!

 

 

 

 

 

 

 

 

Los comentarios están cerrados.