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El big data del alma

Apoyemos al gobierno, que solo puede mejorar

Hay que preservar a este gobierno por una razón muy sencilla: solo puede mejorar.

Atacarle es perjudicial para el desafío que tenemos delante (y dentro).

Pero el gob, a su vez, ha de cambiar algo: humildad y permitir preguntas y repreguntas en las ruedas de prensa, como corresponde al mundo civilizado. Y, por supuesto, permitir que el Congreso funcione por videoconferencia y cumpla su misión.

Medio país funciona por videochat, así que no hay excusas para prolongar más tiempo esta práctica de preguntas filtradas y esta excepcionalidad de gobernar sin parlamento.

Solo con esos detalles ya mejoraría mucho la salud democrática.

También hay minuncias que revelan una torpeza absoluta: dar las cifras en modo imagen o pdf, un atraso increíble, formatos inmanejables propios de administraciones atrasadas. ¿Por qué no usar papiro o tablillas de cerámica?

Por lo demás, todos los gobs (excepto los que pasaron el virus en 2002 y 2003, y ya veremos) han reaccionado tarde y mal.

Un gob, por definición (y más en estas décadas neolibs), no sabe hacer nada. Su principal misión es seguir y dar negocios a los amigotes (capitalismo de amigotes), todo con una dosis de propaganda.

En la crisis 2008-2020 los gobs han recortado el incipiente estado del bienestar, se han blindado con leyes mordaza, etc.

En el caso de España los gobs, cuando había money, privatizaron para sus amigotes de pupitre. Luego, a recortar y a revender pisos «sociales» a los fondos buitre, privatizar sanidad a trozos, abandonar la investigación, etc.

Lo único en lo que han alcanzado una cierta competencia o capacitación los gobs es en corrupción, como se ha comprobado en España, Cataluña, etc.

Esas habilidades no sirven para un crack como el que ha traído el coronavirus.

Así que el gob actual solo puede mejorar. Siempre que la tentación autoritaria y mangoneante (mangante) no se enquiste.

Así que hay que seguir obedeciendo con «disciplina social», no creerse la propaganda gob: no esperar ni un euro (antes bien, algún hachazo extra), y exigir que cumplan con los mínimos requisitos democráticos: que reabra el parlamento y que se pueda preguntar en las ruedas de prensa.  Basta del plasma de Rajoy.

Y humildad básica ante un cataclismo global.

 

 

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