Dos problemas afligen a la OTAN (y a tantos otros orgánulos): no sabe quién es el enemigo y nadie paga las cuotas.
Trump exacerba ambos.
Los socios no se ponen de acuerdo en quiénes son sus enemigos y cómo han de calificarlos.
La asamblea anual de la OTAN, con las trifulcas y vedetismos de los líderes, ha desplazado la Cumbre del Clima de Madrid Chile Greta.
Comenzó Macron diciendo que está en muerte cerebral (la OTAN). Esto disgustó a Trump porque le quitó el protagonismo de decir la mayor y la primera boutade. Sin meme no hay asamblea mundial que funcione: sin meme o frase escandalosa efímera no hay OTAN.
Al menos Macron tuvo su frase y su foto (que encabeza o descabeza estas líneas).
En general, nadie sabe quién es su enemigo durante el tiempo en que hay actividad. Y luego está, claro, lo de pagar el 2% de cada casa/PIB para la OTAN.
Así que Trump va de arancelario y recaudador de morosos a la vez.
No es mal papel.
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