El juez ha imputado a tres peces gordísimos. Espe, Cifu, Monzón. El asunto Púnica coleaba hasta que ha saltado este sapo. Son demasiado relevantes para pasar inadvertidos. Las acusaciones son graves y numerosas. El lunes se ha dado la vuelta.
El PP se ha cambiado la sangre a toda prisa y parece que ya no es aquel de cuando volaban los sobres de Bárcenas. Pero las salpicauras le alcanzan, el logo es el mismo. Presunción de inocencia ante todo. Calma, tiempo, declaraciones.
Esta imput a Sánchez le da un respiro en su agonía en funciones. Sánchez estaba ya abrasado. Una cosa es enredar con la política y otra cuando no llega el dinero, que es lo que pasa. La pasta no capilariza y se sublevan hasta los amigos. En esa fase cruel estamos.
El juicio innumerable de la Púnica puede deshuesar una vez más (desde Filesa) la financiación de los partidazos, la entraña del régimen. La estructura operativa. Valga decir la esencia de España en su mejor momento (dejando aparte el imperio).
C’s avisa a sus socios de que con semejante pasado no se puede sumar nada.
Siguen cayendo los coches, y aflojan un poco los turistas.
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Aunque nadie entiende nada de economía, aquí hay un poco de explicación.
Lo más extraño es el silencio de Facebook y su moneda y asociación Libra.