Rajoy va a sacar adelante sus presupuestos. Corea del Norte deja las armas nucleares. La policía de USA ha detenido a un asesino y violador en serie de hace cuarenta años gracias a que la gente sube sus datos genéticos a la red. Esto es como lo de Facebook: aunque no estés, acabas estando por lo que dicen de ti. Todo cambia a gran velocidad.
Rajoy no iba a subir las pensiones de ninguna manera, el PNV no iba a aprobar los PGE mientras el 155 pesara sobre Cataluña. Eso ha cambiado. Carambola: al PNV se le rebotan los jubilados; Rajoy sube las pensiones sin avisar a Montoro.
Hay una gran eficacia en destruir empleo, el paro va y viene, sin que haya gran diferencia entre empleo basura y el abismo. El último trimestre España ha crecido a menos del 3%. Lo reconoce el poder, que miente en las cifras, incumple sus presupuestos y trampea todo lo que toca. El poder siempre miente; es su privilegio: violencia y mentira. En tiempo de paz, la mentira estándar está en las cuentas. Europa se deja mentir siempre que sus bancos sean los primeros en cobrar. Zapatero y Rajoy cambiaron la constitución en una tarde para dar preferencia al pago de la deuda. Rajoy dijo que el rescate de los bancos no costaría nada. Mentir es gobernar. Mentir y recortar. Educación y sanidad. Todo para tanques y amigos.
De repente Rajoy, con el partido hundido y enterrado varias veces, resucita otra vez de sus cenizas, que son las cenizas de España endeudada al 98% del PIB. Gana un año de tiempo hasta las municipales y autonómicas, una eternidad: de mayo a mayo. Gana dos años hasta las generales, una vida para el que ya era cadáver varias veces incinerado. Lo de Cifuentes ya se ha olvidado. Todo está perdido en las encuestas pero le quedan dos años de poder. Aunque tenga que ceder en todo, pensiones, chantajes, engordar los nacionalismos insaciables, lo que sea.
El largo declive de un sistema, el régimen del 78, que tan bien funcionó hasta que reventó el mundo. Todo cambia cada día. Sin presupuestos y con la crema de la corrupción hasta el cuello, Rajoy estaba al aire, fuera de la mesa, en la mesa de autopsias. Ahora manda de nuevo, aunque tenga que entregar la seguridad social a un fondo buitre y hacer un resort en el Valle de los Caídos. El caso es aguantar.
Rajoy llega vivo al Tour con las carnes abiertas y con la sentencia judicial en la calle. Eso también ha cambiado: la protesta es transversal, elemental, y puede ser su 15M. Peligros de mayo.
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