Cada vez más modernos… y más frágiles.
Vamos a hablar bien clarito de tu lavadora y tu lavavajillas. Hay un dicho que todo conductor de moto conoce y respeta: “Existen dos tipos de moteros, los que se han dado una torta, y los que se la van a dar”.
Lo mismo, exactamente, sucede con todo aparato creado bajo la cruel dictadura de la obsolescencia programada: las cosas, tarde o temprano, se rompen. El tiempo siempre gana la partida.
Pero cuánto tarden en hacerlo y la gravedad del asunto (y por tanto, su coste) también depende de ti.
Como nos gusta cuidar tu hogar y todo lo que sucede en él, nosotros también somos expertos en electrodomésticos. Y los mejores técnicos del equipo han elaborado unos consejos para que aprendáis a identificar problemas y ahorréis mucho dinero (esos 131€ son la media del coste de reparación, datos registrados por Reparalia en servicios prestados de arreglo de electrodomésticos).
Los puntos débiles de TU LAVADORA… ¿Y si…
-… NO HAY AGUA? Comprueba que has elegido el programa correcto (no me mires así, a veces pasa). Después, revisa que las tomas de agua fría y caliente estén bien conectadas, y que la manguera de llenado no esté doblada. ¿La llave de paso de agua está bien abierta? Si todo esto está en orden, es momento de que avises a un especialista.
-… SE MUEVE Y HACE MÁS RUIDO DEL HABITUAL? Si el tambor se muestra inestable, este es el problema (para el especialista). Si el suelo donde está colocada es blando o irregular, tú mismo puedes solventarlo. Si ambas cosas están en orden, casi seguro se tratará del motor: necesitas arreglarlo o cambiarlo.
-… SE PARA A MITAD DE LAVADO? Puede tratarse de un fallo del mecanismo (la clásica ruleta) que hace avanzar automáticamente los programas entre sí. O puede que la manguera de drenaje esté más abajo que la tubería de salida, no permitiendo que el agua fluya.
Los puntos débiles de TU LAVAVAJILLAS… ¿Y si…
-… NO RECIBE AGUA? Si tras el lavado, todo sigue sucio y seco, mira bajo el fregadero y asegúrate de que la llave de paso del agua caliente está completamente abierta. Si no es este el problema, mira el manual del lavaplatos para saber cómo acceder a la válvula de entrada de agua: probablemente esté atascada.
-… NO REABSORBE EL AGUA? Tal vez la llave principal de la casa esté dañada, o la tubería de tragado esté atascada. Otra posibilidad es que la bomba esté averiada y necesites cambiarla.
-… NO LAVA BIEN? Aquí, un pequeño ejercicio de humildad… ¿seguro que colocas bien los cacharros en su interior? Recuerda que no deben estar pegados unos a otros o crear callejones sin salida a los chorros de agua. Igual que en el frigorífico: las cosas, bien separadas para que agua/frío circulen correctamente y lleguen a todas partes (recuerda nuestro post para aprender a conservar la comida en el frigo) ¿Que lo haces bien? Genial, ahora, prueba a poner más detergente. Si tampoco funciona, hora de llamar al técnico.
-… HACE DEMASIADO RUIDO? Cuando esté frío, mira dentro y comprueba que no hay objetos sólidos esparcidos (restos de comida, partes de cubiertos…). Revisa también que el lavavajillas esté colocado sobre una superficie plana. Si no es ninguna de estas dos, probablemente la válvula de entrada esté averiada (un técnico te la sustituirá).
Echa un ojo de vez en cuando a ambos aparatos y recuerda que, como siempre, detectar pronto los problemas ahorra que se terminen agravando y encareciendo.
¡Buena colada! 😉
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