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Cómo hacer una mudanza: ¡8 puntos para repasar del primer al último momento!

Si estás inmerso en este momento vital tan emocionante como adelgazante, tranquilo: TODO VA A SALIR BIEN.

Cuando estamos cómodamente instalados en nuestra vivienda desde hace un tiempo, todo parece funcionar más o menos bien de forma autónoma.

El agua sale caliente del grifo. Internet parece funcionar, porque Facebook nos muestra la última tendencia doméstica y, sí, las facturas llegan puntualmente a tu buzón (aunque la mayoría de los proveedores domésticos ya te la envían vía e-mail si lo solicitas, ahorrándole el peso a los bosques).

Pero ahora toca reiniciar todo eso. Trasladar tu vida entera a otra dirección. Una tarea apasionante para algunos y tremendamente estresante para casi todos.
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Así pues, la planificación será clave para evitar disgustos, retrasos y errores de cálculo

Si quieres sacar un 10 en tranquilidad durante esta próxima mudanza, apúntate estas claves y todo irá de maravilla:

 

1. Antes de nada, habla con tus compañías proveedoras de servicios domésticos

Puede que seas capaz de trasladar tus posesiones completas de A a B en solo un fin de semana. Pero tu compañía del agua, del gas, la del teléfono y la eléctrica no funcionan tan rápido.

Llama un mes antes a cada una de ellas para cerciorarte de qué papeleos debes llevar a cabo para cambiar tu dirección de forma correcta y a tiempo. Y una vez hecha esta labor, repítela en forma de comprobación 15 días antes y, de nuevo, 3 días antes de la mudanza física.

¡Lo último que quieres es llegar a tu nueva residencia y no tener agua para ducharte después de cargar con toneladas de libros!

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Si eres despistado, te recomiendo que te crees un pequeño listado con los contactos de tus proveedores en una nota del móvil, y te programes alarmas en esas fechas para llevar esta tarea a cabo.

De paso, pide que te pasen en bloque las últimas facturas y que desconecten el servicio si es necesario.

 

2. ¿Harás tú tu mudanza o contratarás a expertos para ayudarte?

Según la Federación Española de Empresas de Mudanzas (FEDEM), en cada traslado se transporta una media de entre 40 y 70 cajas. Habitissimo completa este dato con otro muy interesante: el coste medio de una mudanza hecha por profesionales en España es de 321,36 euros.

Eso sí, ten cuidado si decides contratar a una empresa para llevarla a cabo. Lo primero es que debes avisarles con, al menos, dos semanas de margen para que te garanticen su disponibilidad y no tener problemas.

Si optas por una opción legal (sorprendentemente, solo el 60% de las personas lo hacen), dispondrás, para tu sosiego, de un seguro de responsabilidad civil (que se hará cargo de cualquier daño o pérdida que los operarios lleven a cabo en tus electrodomésticos y otras propiedades).

Si, por el contrario, te sumas al 40% de personas que cada año optan por empresas pirata, serás tú el responsable último en caso de accidente durante el traslado.

Créeme, cuando veas a los operarios desmontar, cargar, subir y volver a montar todos tus muebles voluminosos, la televisión y tus cuadros, querrás respirar sereno con un contrato oficial de mudanza y sus correspondientes seguros en el bolsillo.

¡Ahorrarte un poco en el presupuesto puede salirte tremendamente caro!

Si, por el contrario, cuentas con tiempo libre y ayuda —¡necesitarás muchas manos!—, puedes optar por hacer tú mismo tu mudanza. Calcula entonces el coste del alquiler de una furgoneta (puede rondar los 150 € para toda la mudanza).

Otro coste a sumar a tu presupuesto es el de cajas, cinta adhesiva y plástico burbuja. Piensa que este último sale a unos dos euros el metro cuadrado, y tendrás mucho que envolver con él, por lo que el coste de esta sección de papelería puede ascender fácilmente a los 100 €.

Los niños mimados de cada mudanza deben ser, por experiencia, cuadros y marcos de fotos, obras de arte, pantallas, vajillas y plantas. Requieren mucho plástico burbuja y avisos bien visibles de “FRÁGIL” en cada caja que los contenga.

 

3. Documentos importantes

Desde papeles bancarios, escrituras, libros de familia, expedientes médicos, medios de pago, documentación de vehículos, facturas, diplomas y certificados profesionales o domésticos… Haz acopio de todos ellos e introdúcelos en una carpeta que no perderás de vista en ningún momento y no irá con el resto de la mudanza, sino siempre contigo.

̶P̶u̶e̶d̶e̶s̶  debes perder la caja con tu colección de pongos. Pero no te permitas el lujo de perder de vista documentos importantes que te costaría enormemente solicitar de nuevo a entidades públicas y privadas.

 

4. Limpieza general

Tanto del hogar que dejas como aquel al que aterrizas. Generalmente, las casas se entregan siempre limpias. Pero tu criterio de limpieza jamás será el mismo —en un índice de “cariño”— que el del anterior inquilino.

Por eso es recomendable que te encargues tú mismo de poner a punto tu nueva morada antes de que sea invadida por decenas de cajas, muebles y estorbos para la labor.

Ten en cuenta que se trata de una oportunidad única de dejar como nuevos algunos rincones que tardarán eones en volver a ver la luz del sol.

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5. ¿No te dejas nada? ¿SEGURO?

Has repasado todo lo que está a la vista, y mucho de lo que no. Correcto. Ahora, haz memoria y repasa todos tus lugares secretos. Escondrijos en los que guardas dinero, joyas o piezas de valor para que no sean encontradas por eventuales ladrones.

Si llevas muchos años en esta casa, puede que haya varios de estos lugares repartidos entre cajones, estantes y huecos ocultos, y no te acuerdes de ellos. ¡Es el momento de jugar a los espías con tus propias cosas y asegurarte de no dejarte nada importante!

6. Llaves: unas llegan, y otras se van

Asegúrate de recopilar todas las copias de llaves que te dejó el anterior casero para devolvérselas. De la misma manera, recibe las nuevas, haz tantas copias como sean necesarias (al menos una por habitante, otra de seguridad y una más para un amigo que viva cerca o vecino de confianza) y comprueba que todas ellas funcionan.

No te saltes este último paso. No quieres comprobar que la copia está mal hecha esa noche que la que las pierdes y llamas a alguien a altas horas de la madrugada…

 

7. El frigorífico, desconectado un día antes.

Recuerda que debes desconectarlo de la red eléctrica y vaciarlo por completo al menos 24 horas antes de la mudanza física, para poder trasladarlo con garantías y minimizar el riesgo de averiarlo por el camino.

No lleves contigo comida perecedera, consúmela las últimas semanas antes de la mudanza (incluida la del congelador).

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8. Elegir bien el horario de tu mudanza es FUNDAMENTAL

¿Recuerdas los largos atascos de tráfico que hay en tu ciudad cuando comienza y cuando termina la jornada laboral?

Imagínate verte encerrado en uno de ellos con esa enorme furgoneta con toda tu vida a la espalda. O buscar aparcamiento y lugares donde parar a descargar en medio de ese panorama.

Mejor, huye de las franjas de 8 a 10 de la mañana y de 17:30 a 19:30 de la tarde para mover vehículos.

 

Si aún tienes dudas sobre qué más necesitas para que tu mudanza sea ideal y no una pesadilla, revisa estas otras 6 leyes de una mudanza perfecta, que se complementan con las que acabamos de ver.

¡Y comenta aquí debajo cualquier duda o idea que quieras compartir con nosotros! 😉